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¿Qué ha pasado hoy, 27 de marzo, en Extremadura?
Los actos para celebrar el 50 aniversario de Las Ochocientas comienzan hoy con una fiesta infantil
El barrio que iba a durar diez años cumple medio siglo

El barrio que iba a durar diez años cumple medio siglo

La UVA se edificó como 800 viviendas baratas para vecinos que luego serían reubicados, pero el traslado nunca llegó y se ha convertido en un barrio con entidad propia

Natalia Reigadas

Jueves, 5 de junio 2014, 00:16

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Francisco Javier Enrique se mudó cuando tenía 7 años. Pasó de San Roque a una casa provisional con techo de uralita que sus padres alquilaron en la calle Rosal. Era una de las 800 viviendas de la Unidad Vecinal de Absorción (UVA), una urbanización que iba a existir durante unos 10 años mientras se reubicaba a sus vecinos, pero que este año cumple medio siglo y se ha convertido en un barrio más de Badajoz.

«Recuerdo cuando llegamos. Era un barrio muy bonito con todas las casas blancas, las persianas y las puertas de madera y un arbolito delante de cada vivienda. Era como un pueblo muy arreglado y tranquilo en medio de la ciudad», recuerda Francisco Javier. Ahora el barrio está muy deteriorado por el paso del tiempo, pero la mayor parte de sus vecinos siguen encantados y no desean marcharse de ninguna manera. Ya es tarde. Ahora quieren que, con cualquiera de sus tres nombres, Las Ochociencias, la UVA o Santa Engracia, sea su hogar definitivo.

La UVA se inauguró en 1964 para durar una década. Albergaba principalmente a maestros, policías, guardias civiles y otros funcionarios. Los 10 años de plazo terminaron, pasaron 20, se cumplieron 30, se acercaban los 40 y no hubo reubicación para los vecinos. En 2002, finalmente, el entonces alcalde de Badajoz, Miguel Celdrán, anunció que se derribarían las casas y se construirían edificios de pisos con zonas ajardinadas. La reacción de los vecinos fue un rechazo rotundo. Ya no querían mudarse.

Desde los años 60 muchos de los residentes de Las Ochocientas han pasado de ser inquilinos a propietarios de esas casas. Además han invertido en cambiar los tejados y reformar las casas. Ahora están encantados con tener unifamiliares con patio en un barrio tranquilo en el que se conocen todos los vecinos.

«No se quieren ir. Hay mucha relación entre la gente y mucho cariño a sus casas, aunque necesitamos una rehabilitación integral y la necesitamos ya», explica Paqui Yáñez, presidenta de la Asociación de Vecinos Santa Engracia. Yáñez matiza que la UVA se proyectó como un barrio provisional y no está preparada para cumplir 50 años. «Por ejemplo se plantaron olmos, han crecido muchísimo y hay casas en las que les salen las raíces por debajo del suelo».

El mayor problema son las calles. Todas están en cuesta, con escalones y con el asfaltado deteriorado. Las plazas y otros espacios comunes incluso están peor y hay zonas donde solo queda la tierra. La mayor parte de los vecinos que viven en Las Ochocientas son mayores, con problemas de movilidad y caminar por estas zonas es un riesgo para ellos.

«Hay personas que están encerradas en sus casas. No pueden salir por cómo están las calles», se lamenta la representante vecinal. Yáñez añade que ha habido muchas promesas a lo largo de los años e incluso un proyecto europeo que define como recuperar el barrio, pero nunca se ha concretado la rehabilitación. «Estamos totalmente abandonados».

De cumpleaños

En medio de las reivindicaciones, Las Ochocientas van a celebrar su medio siglo de historia, principalmente, porque pretenden hacerse visibles y concienciar a los niños y jóvenes del barrio sobre la importancia de cuidar su barrio. Por esa razón el primer acto del aniversario será una fiesta infantil que tendrá lugar hoy. Los alumnos del colegio Nuestra Señora de Fátima y de los centro infantiles Pastores de Belén y Bótoa formarán un mural con flores de papel que han realizado ellos mismos. Habrá un acto institucional, una exhibición de parkour y actuaciones para animar a los niños.

El programa de actos para conmemorar el 50 aniversario continuará en julio con varias actividades, también para los niños. Finalmente en noviembre habrá un homenaje a Jesús Delgado Valhondo, que fue uno de los primeros vecinos y director del colegio del barrio.

Una de las vecinas de esa época es Joaquina Rodríguez, que ha cumplido 80 años en su vivienda de la calle Rosal. A pesar de que su calle tiene muchos baches, pasea cada mañana y le encanta. «Siempre le digo a mis hijos que yo solo me marcho de aquí a la residencia». Como otros teme que, a estas alturas, les hagan marcharse del barrio. «Si algún día lo derriban yo solo pido una fotografía de mi casa de recuerdo»

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