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Usuarios y colaboradores del economato social de San Fernando, ayer por la tarde. :: J. V. Arnelas
El economato atenderá a familias  de San Roque y Cerro de Reyes

El economato atenderá a familias de San Roque y Cerro de Reyes

La oenegé ha recibido también peticiones de pueblos cercanos interesados en derivar usuarios

Antonio Gilgado

Miércoles, 7 de mayo 2014, 07:22

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En noviembre se presentó el economato de San Fernando como una iniciativa pionera en la región. Las familias del barrio derivadas por Cáritas podían comprar a mitad de precio alimentos básicos. Entonces ya dijeron desde la Fundación Pepe Reyes, impulsora de la idea, que trabajaban para aumentar su radio de acción.

CLAVES

  • uEstreno. Empezó a funcionar en noviembre con cincuenta familias de las cinco parroquias de San Fernando.

  • uFuncionamiento. Simula un supermercado donde se venden alimentos de primera necesidad un 50% más baratos del precio que se paga a mayoristas.

  • uMantenimiento. Se sostiene con ayudas para comprar la mercancía, donaciones de empresas de alimentación, socios que pagan una cuota y voluntarios que abren dos tardes por semana el local de la calle Manuel Godoy, junto a la avenida Carolina Coronado.

En seis meses de funcionamiento, ese radio se ha duplicado. A las cincuenta familias de San Fernando que se benefician desde su puesta en marcha se unen ahora otras tantas de Cerro de Reyes y San Roque. Mercedes Arias, responsable del proyecto, calcula que con estas incorporaciones llegarán a las cien.

La suma se hace de la misma forma. Las parroquias de los barrios, dos en San Roque y una en el Cerro de Reyes, se encargan de expedir la tarjeta para poder sacar los alimentos. Las Cáritas parroquiales estudian con detalle la situación económica de sus usuarios. Tienen en cuenta ingresos, gastos y el número de hijos. Desde la organización caritativa de la Iglesia explican que no se trata sólo de comparar datos económicos, sino de tener en cuenta otros muchos factores familiares. Aclaran, por ejemplo, que hay familias a las que no se les puede derivar porque no tienen ingresos suficientes para comprar.

La filosofía del economato se basa en rebajar al máximo el coste de la cesta de la compra para una familia en apuros y que puedan destinar ese dinero a otros gastos, como la luz, el agua o el material escolar.

El aumento de usuarios obliga a la institución a reforzar su logística. Hasta ahora, el local de la calle Manuel Godoy sólo abría los martes por la tarde, pero a partir de esta semana también lo hará los jueves por tarde. La ampliación horaria se puede asumir gracias a que el economato también ha aumentado el número de voluntarios que atiende el supermercado. En estos momentos cuentan con una treintena de colaboradores que se encargan de la gestión. Aunque no es una empresa de alimentación que busca rentabilidad, el economato funciona como tal. Necesita cajeros que sepan manejar el programa informático de facturación, reponedores o gestores de almacén para gestionar la entrada y salida de productos.

Voluntarios

Además de los voluntarios, los socios forman el otro pilar sobre el que se asienta la iniciativa. Con aportaciones mensuales ayudan a sostener su funcionamiento. A los costes mensuales de luz y agua, el economato debe sumar los de hacer operativo un supermercado que vende los artículos a los beneficiarios un 50% más baratos del precio que paga a los mayoristas.

La única forma de asumir las pérdidas pasan por las aportaciones económicas privadas y públicas. Desde la fundación hacen un llamamiento de apoyo para que se sumen colaboradores, socios y organismos públicos que mantengan el economato. «La única manera de mantener esta idea pasa por la aportación y la solidaridad de la gente».

Caja de Badajoz se ha sumado recientemente al apadrinamiento de una estantería. La obra social colaborará para asumir los costes que genere la venta de leche y aceite, y en el estante donde se exponen estos dos alimentos de primera necesidad lucirá un cartel de la entidad bancaria. El objetivo de la fundación pasa por llenar las vitrinas de carteles de empresas colaboradoras que apadrinen el suministro de otros alimentos básicos como legumbres, pastas o arroz.

El economato también recibe entregas de firmas de alimentación que quieran donar excedentes, siempre que no colabore con otras oenegés como el Banco de Alimentos. «No se trata de quitar recursos a otra entidad, sino de crear una red propia», aclara Mercedes Arias.

Tras seis meses de funcionamiento, Arias firma un balance positivo porque cada semana comprueban como alivian las economías domésticas más frágiles de San Fernando.

Cree que el paso de atender también a San Roque y Cerro de Reyes no será definitivo. En un futuro no descarta ayudar a usuarios derivados por servicios sociales públicos u organismos distintos a Cáritas. En estos seis meses han recibido muchas peticiones de asociaciones que trabajan en los pueblos de la provincia interesadas también en beneficiarse del economato.

«Queremos llegar a mucha gente, pero todo depende de las ayudas que tengamos».

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