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Mujeres que rompen tópicos

Mujeres que rompen tópicos

Cada vez hay más chicas que cursan ciclos formativos asociados a oficios tradicionalmente vinculados a los hombres

Tania Agúndez

Lunes, 17 de marzo 2014, 13:32

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Ana Isabel entra en el aula, se pone el mono de trabajo y coge una lija mecánica para pulir la pieza que está manipulando. Está estudiando el primer curso del Grado Superior de Construcciones Metálicas en el instituto San José de Badajoz, aunque ya tiene otros dos títulos más relacionadas con la electromecánica y el mantenimiento de equipos industriales. Aunque la actividad que desarrolla esta joven de 24 años no es desconocida, adquiere una mayor notoriedad al saber que ha llegado hasta ahí después de haber superado la oposición de parte de su familia, la burla de sus compañeros de clase y el rechazo de algunas empresas.

Ana Isabel Rodríguez Chamizo, es una de las pocas chicas que se han decantado por estudiar ciclos formativos -normalmente enseñanzas industriales- asociados a oficios que tradicionalmente han desempeñado los hombres. Ella es una excepción. Pero estos casos puntuales van siendo cada vez más frecuentes en los institutos de secundaria de Badajoz que ofertan programas de formación profesional, aunque en muchas ocasiones no lo tengan fácil tanto en el mundo académico como en el laboral.

Los directores de estos centros educativos han confirmado a HOY que durante los tres últimos años ha aumentado notablemente el número de mujeres matriculadas en disciplinas de familias profesionales muy vinculadas a los hombres hasta el momento.

En las clases que se imparten estudios como Mantenimiento de Instalaciones Térmicas y de Fluidos, Automoción, Madera y Carpintería, Construcción Metálica o Electromecánica, entre otras, empiezan a verse caras femeninas.

Aunque continúan siendo una minoría, esta circunstancia hasta hace tres años no se daba. «Hace tres o cuatro años había una o ninguna chica en los ciclos formativos industriales. Sin embargo, a día de hoy en nuestro centro hay matriculadas cinco mujeres», explica Juan Fernández, director de IES San José. «De no tener ninguna joven en clase, tenemos cuatro en un grupo de 25 personas. Es un número todavía muy pequeño, pero es ya un gran progreso. En estos últimos cursos siempre ha ido llegando alguna. Antes no pasaba», afirma Fernando Cruces, responsable de la dirección del IES San Roque.

«Tenemos alguna que otra chica, pero no son un número desorbitado», agrega Almudena Vázquez , coordinadora de Formación del IES Virgen de Guadalupe. «En el instituto Nuestra Señora de Bótoa han podido aumentar alrededor de un 30%. Han entrado gran cantidad de mujeres a familias profesionales como construcción civil y actividades agrarias, típicamente solicitadas por hombres», indica Víctor Manuel Alvarado, director del centro.

Crisis

La crisis es la causa más citada por los responsables de los centros de secundaria para explicar esta tendencia. La actual situación económica y la dificultad para encontrar trabajo ha hecho que muchas jóvenes, con estudios superiores en su mayoría, opten por continuar formándose. «De nuestras alumnas casi todas cuentan con carrera universitaria. Han estudiado antes Ingeniería o Magisterio y al no conseguir un empleo se han pasado a los ciclos formativos para seguir estudiando. El año pasado, por ejemplo, en el ciclo de Prevención de Riesgos había una alumna que era médico», manifiesta Fernández.

Las estudiantes buscan programas que complementen la formación que ya tienen. «Tuvimos una alumna licenciada en Geografía que hizo Desarrollo de Proyectos Urbanísticos y Operaciones Topográficas porque así podía tener más salidas», apunta Alvarado.

Las alumnas pretenden encontrar también durante los años que cursan los ciclos formativos más oportunidades laborales. «Hay quien recurre a este tipo de formación porque tiene varios meses de prácticas en empresas y eso supone una gran ocasión para darse a conocer, hacer contactos o incluso encontrar un empleo. No hay que olvidar que muchas chicas tienen un perfil más completo que los alumnos que sólo hacen el grado», coinciden los portavoces de estos centros.

En otros casos, incluso, alguna de las estudiantes realizan estos estudios porque antes no habían tenido la posibilidad. «Hay chicas que se preparan ahora para lo que siempre han querido hacer. Algunas no pudieron cursar esta formación en su día porque no tuvieron la oportunidad o no era aprobado por su familia», sostiene Fernández. «Conozco casos de alumnas que desarrollan ciertos estudios porque sus familias tienen empresas relacionadas con el oficio que han elegido», destaca Vázquez.

Según asegura Ana Isabel, su principal motivación -y quizá la del resto de las chicas- es su pasión por aprender y poder dedicarse a lo que le gusta. Detrás de su decisión, dice, no hay nada más que el deseo de cumplir un sueño.

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