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GLORIA CASARES
Sábado, 26 de mayo 2018, 11:08
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Elisa Vivas Santillán nunca ha tenido un cargo público, ni siquiera en el movimiento asociativo, pero siempre ha estado ahí.
Su fortaleza de espíritu ha sido el motor de colectivos ciudadanos y podría ser el mejor ejemplo de liderazgo para cualquier asociación.
Este jueves esa fortaleza, vitalidad y ganas de luchar por dejar un mundo mejor y por hacer de su Almendralejo una ciudad donde merezca más la pena vivir, se apagaron.
La que fuera alma mater de la Plataforma Pro Hospital de Almendralejo, primero, y Plataforma por la Sanidad Pública, después, Elisa Vivas, falleció a los 84 años de edad y a apenas dos semanas para festejar un nuevo cumpleaños.
Ayer se enterraba Elisa, tras celebrarse sus funerales en una abarrotada iglesia de San Roque, a donde acudieron autoridades y muchos ciudadanos; todos amigos, para despedir a una mujer que fue un ejemplo de vida. Ellos se despidieron en una misa cantada por el Orfeón de San Roque, al que pertenecía, y tras una emotiva liturgia en honor a su ferviente devoción cristiana.
Hermana de Manolo Vivas, el primer presidente de la citada plataforma, merecido receptor de una de las tres medallas del oro que ha entregado el Servicio Extremeño de Salud, Elisa parecía su sombra en la lucha por reivindicar una sanidad pública mejor para Almendralejo, pero quizás era la abanderada.
Ella se echó encima ese movimiento ciudadano y dentro de la humildad y sencillez de estos dos hermanos, no dudó en acudir a contarle de viva voz y de forma muy clara a los máximos responsables de la sanidad en Extremadura la situación que se vivía en Almendralejo y por qué se necesitaba un hospital.
Encabezó pancartas en las manifestaciones para lograr el hospital y, años después, no dudó en contrariar de primera mano y en sus caras a los responsables políticos que ponían en duda la necesidad de las mejoras en el hospital. Siempre tuvo claro que con la verdad por delante y con la razón se va a cualquier sitio y se puede defender ante cualquiera.
Por ello, quizás, su lucha como ciudadana comenzó pronto, cuando de joven ingresó en la Hermandad Obrera de Acción Católica y mas tarde con trabajos para Cáritas.
De «extremadamente bondadosa» la calificada un amigo. Quizás con esas palabras se define a la perfección a una mujer que fue ejemplo de buena persona. Baste decir que ella y su hermano criaron a dos hermanos que quedaron huérfanos demasiado pronto.
Tras una enfermedad, Elisa falleció en el hospital de San Juan de Dios.
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