Borrar
¿Qué ha pasado hoy, 18 de marzo, en Extremadura?
Ángel Gil en un curso del Centro de Profesores y Recursos de Almendralejo para maestros, y la profesora universitaria y psicoterapeuta Cintia Díaz, en el Ateneo de Cáceres.
La lucha contra el estrés  se llama mindfulness

La lucha contra el estrés se llama mindfulness

Esta antigua técnica de relajación y concentración gana adeptos en Extremadura, donde ya se imparte a docentes, funcionarios y sanitarios

GLORIA CASARES

Sábado, 27 de mayo 2017, 10:07

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

almendralejo. El profesor propone a los alumnos que cojan una uva pasa. La comiencen a tocar con las yemas de los dedos, a apreciar la rugosidad de su textura, su tacto algo pegotoso. Y su color, la mezcla de tonalidades de este fruto.

Después debe olerlo con los ojos cerrados, porque ello potenciará el sentido del olfato, que junto con el del tacto, es de los que menos utilizamos. Después la pasa va a la boca. Sentimos su rugosidad en la lengua. Sentimos cómo podemos moverla dentro de nuestra boca, y sólo al final es cuando nos la tragamos. Podemos sentir cómo pasa por nuestra garganta y llega al estómago. Pero para eso hay que estar muy concentrado, atento a los cinco sentidos y ser plenamente conscientes de lo que estamos haciendo, algo que no suele suceder en nuestras ajetreadas vidas.

Esta sencilla práctica es el primer ejercicio que suelen utilizar los monitores de mindfulness (atención plena), la técnica que consiste en «tomar conciencia del momento presente», basada en una antigua técnica india de meditación que está irrumpiendo con fuerza en la sociedad actual. Tal vez como una forma de rebeldía ante ese ritmo vertiginoso en el que parecemos estar viviendo muchas personas.

Una herramienta antigua

En realidad es una herramienta con la que la humanidad cuenta desde el siglo VI a.C. cuando Buda comenzó a hablar del camino de la meditación. La única diferencia es que ahora hemos laicificado esta práctica, pero en el fondo es el entrenamiento que realiza cualquier monje budista a lo largo de su vida. Consiste en mantener un proceso de atención abierta a nuestra experiencia, en la que ponemos consciencia a nuestro cuerpo, respiración, sensaciones, emociones, contenidos mentales y a lo que está aconteciendo en nuestro entorno. Pero, ojo, sin intentar eliminarlos ni modificarlos, sólo hay que sentirlos, pero sin intentar enjuiciarlos.

En España la llegada de esta técnica empezó hace ya varias décadas. En Extremadura está ahora viviendo su momento dulce. Y es que cada vez tenemos más estímulos que hacen que la mente esté siempre fuera. «En vez de tener a nuestra mente a nuestro servicio, nos hemos convertido en súbditos de ella. Ahora es difícil caminar por la calle sin fijarse en la publicidad, sin estar hablando o mirando al móvil o sin escuchar música.

«Nuestras mentes están hiperestimuladas y cada vez nos cuesta más hacer que se centre en una sola cosa, sin sentir ansiedad por lo que vamos a hacer a continuación, sin planificar el futuro o recordar el pasado de manera rumiativa. Solemos tener alrededor de 60.000 pensamientos al día, de los cuales, el 70% de ellos corresponden al 'disco rayado' por el que pensamos sobre las mismas cosas una y otra vez, en vez de estar pensando simplemente en lo que estamos haciendo y no en lo que vamos a hacer», señala Cintia Díaz-Silveira Santos, una extremeña que lleva 15 años en Madrid, donde simultanea su tarea docente en la Universidad Rey Juan Carlos con la psicoterapia y las clases de mindfulness.

El mindfulness se suele utilizar para la vida personal, aunque se trata de una técnica que cada vez se aplica a más campos, sobre todo, a la educación, el deporte, la empresa o incluso a la psicología como tal.

Y es que la psicología clínica y la psiquiatría usan el mindfulness como uno de los posibles tratamientos para reducir eficazmente la ansiedad y la depresión.

Uno de los campos donde más se está extendiendo en Extremadura es en la enseñanza. En los Centros de Profesores y Recursos de Badajoz y de Cáceres en los que se han impartido cursos de mindfulness la asistencia ha superado el centenar de docentes y se han quedado personas fuera. En Almendralejo se ha clausurado el primer curso de mindfulness del CPR y el número de alumnos se ha tenido que ampliar a los 36, lo que ha obligado a que sea impartido en el salón de actos del colegio Montero de Espinosa. «Hemos atendido así una demanda de los propios profesores», apuntaban.

Para profesores

El coordinador de los cursos, Ángel María Gil Parejo, un profesor especialista en mindfulness, licenciado en actividad física y deportiva, que reside desde hace años en Don Benito y que desde hace un tiempo ha decidido aplicarse a fondo en las técnicas aplicadas a la enseñanza. Este profesor destaca los beneficios de esta técnica «para desarrollar la atención, a la vez que te aporta una serie de beneficios, también en relación a la relajación, la creatividad, la amabilidad, la atención, la tranquilidad y todo esto te enmarca en un proceso de autoconocimiento». Pero también se han impartido cursos de esta técnica a funcionarios regionales en la Escuela de Administración Pública de Mérida. «Cada vez son más las empresas que incluyen programas de mindfulness para que sus trabajadores mediten en la pausa para la comida».

Cintia, monitora acreditada por la Escuela de Atención Plena, única escuela de mindfulness sin ánimo de lucro en toda España, comenzó con un curso en Cáceres que en principio iba a ser algo familiar y en las primeras 24 horas se apuntaron 160 personas. La demanda obligó a impartirlo en el salón de actos del Ateneo.

Desde entonces, ya ha impartido tres cursos en Cáceres, con 60 participantes cada vez. El próximo será el 3 y 4 de junio. «Desde la Escuela de Atención Plena no trabajamos con ánimo de lucro, por lo que el curso no tiene precio, sino que está basado en la economía de la solidaridad». La información en cintia253@eaplena.es. Son cursos intensivos de 12 horas intensivas.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios