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EUROPA PRESS
Jueves, 21 de septiembre 2017, 09:03
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Mérida. La organización agraria UPA-UCE Extremadura reclama que los contratos entre la industria y los productores del pimentón de cara a la campaña del próximo año se firmen «a más tardar entre febrero y marzo», así como que se fije un precio que cubra los costes de los «cerca de 500» agricultores extremeños del sector. Así lo manifestó el secretario general de UPA-UCE Extremadura, Ignacio Huertas, en rueda de prensa en Mérida, en la que estuvo acompañado por el secretario de Agricultura de la organización, José Cruz Llanos, para valorar la situación del sector del pimentón en la región.
El secretario general de UPA-UCE Extremadura exigió que se modifique el contrato homologado para «adaptar las fechas a los ciclos reales del cultivo» que tiene el sector y para que así «no haya posibilidad de contratar a posteriori» y que, «en definitiva», el agricultor conozca las condiciones del mismo antes de realizar los gastos de cultivo.
En este sentido, Ignacio Huertas manifestó que el objetivo de esta medida es que el agricultor pueda tomar una decisión libremente de si quiere seguir adelante con la contratación o «si no está dispuesto a aceptar estas imposiciones y chantajes que se están haciendo por parte de la industria» en relación a los precios, pues, bajo su opinión, son inadmisibles e intolerables.
De esta manera, el secretario general de UPA-UCE Extremadura anunció que trasladará la «situación de chantaje» que sufren los agricultores del sector del pimentón por parte de las industrias a la Consejería de Medio Ambiente y Rural, Políticas Agrarias y Territorio de la Junta y al Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente para que tomen cartas en el asunto. Además, Huertas dijo que también va a pedir una reunión a la presidenta del Consejo Regulador de la Denominación de Origen para «analizar la situación y ver qué actuaciones se pueden hacer desde el conjunto del sector» en relación con este tema.
Por ello, desde la organización agraria piden también que se fije «un precio que cubra costes y que no se dispare ya que el principal problema» de la campaña de recogida del pimiento para pimentón de este año es que «la industria ha vuelto a imponer un precio» a los agricultores, con lo que se ha producido una bajada de los mismos.
A esta bajada de precios, continuó Ignacio Huertas, «se suma la subida de los costes de producción», entre los que se encuentran la subida del 17 por ciento de los jornales de los trabajadores, que «de los 92 jornales por hectárea, 72 solo» son para la recolección del pimiento para pimentón, que genera «100.000 jornales todos los años» en la región.
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