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Teniente insiste en que la solución de Acorex la tiene la propia empresa

El PP espera que el plan de viabilidad no sea traumático y el PSOE apunta a Monago como causante de la situación de la sociedad

REDACCIÓN/AGENCIAS

Miércoles, 25 de marzo 2015, 08:51

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mérida/badajoz. Las reacciones políticas llegaron ayer al anuncio de Acorex de plantear un ERE que contempla la salida de 81 personas, algo más de la mitad de su plantilla.

La Junta de Extremadura considera que «tiene que huir de cualquier interferencia o intrusismo» en el ámbito de las negociaciones del plan de viabilidad de Acorex y sentenció que «la solución de los problemas no siempre está en manos de los presidentes de los gobiernos, está en manos de Acorex».

La vicepresidenta, Cristina Teniente, se expresó así en rueda de prensa posterior al Consejo de Gobierno, al ser cuestionada por el ERE que ha planteado Acorex.

Teniente recordó que en este momento hay abierto «un proceso de negociación colectiva» donde el grupo empresarial está analizando un plan de viabilidad para llegar a una solución definitiva a la difícil situación que atraviesa la agrupación.

El Ejecutivo extremeño, recalcó, siempre ha trasladado su apoyo pero en estos momentos, en su opinión, debe respetar ese ámbito de la negociación colectiva que espera sirva para «garantizar la viabilidad presente y futura» de Acorex.

A su juicio, el presidente extremeño, José Antonio Monago, hizo todas las gestiones que están en su mano para buscar la viabilidad de una de las principales empresas de la región y ha trabajado intensamente para que Acorex «no solo tenga presente sino futuro».

Teniente insistió en que se ha aportado toda la ayuda posible desde la administración pública, financiera también, pero «la solución de los problemas no siempre está en manos de los presidentes de los gobiernos, está en manos de Acorex». Es la empresa quien, según la vicepresidenta, debe buscar «su viabilidad, su pacificación interna, su competitividad, su profesionalización...»

Por su parte, el portavoz del PP en la Asamblea, Miguel Cantero, dijo ayer, sobre la situación de Acorex, que el Gobierno regional siempre la ha respaldado mientras que el del PSOE, Valentín García, señaló que el presidente regional, José Antonio Monago, es responsable de la mala situación de la entidad.

Cantero manifestó el máximo respeto de su partido hacia las decisiones de los órganos internos de Acorex y que el Ejecutivo regional siempre ha ayudado a la entidad, tras lo que ha dicho que espera que el plan de viabilidad no sea traumático. Asimismo, explicó que el cooperativismo «es una apuesta ganadora».

Por su parte, Valentín García subrayó que los socialistas están muy preocupados por la situación de Acorex, que «tiene dimensiones sistémicas» debido a su notable repercusión en la economía regional, a lo que agregó que «quien ha contribuido de una manera especial al deterioro es Monago».

También se refirió a esta cuestión el portavoz parlamentario de IU, Pedro Escobar, que señaló que permanece la incertidumbre y el temor sobre el futuro, y que los responsables de la entidad deben explicar «cómo se ha llegado a esta situación tan deteriorada, lo que nunca ocurre de la noche a la mañana». A su vez, el portavoz del Prex-Crex, Damián Beneyto, dijo que «la situación es muy complicada y parece que ha ido a peor».

Acudirá

La cooperativa San Isidro de Miajadas -que ha decidido abandonar Acorex- hizo pública ayer su intención de asistir a la Asamblea General de Acorex de mañana, para «proteger y defender sus intereses» y lamentó actuar contra esta entidad, de la que fue socia fundadora, en su proceso de salida de la agrupación. San Isidro ha emitido un comunicado en el que dice haber solicitado la asistencia a la asamblea general de Acorex, agrupación de la que está en proceso de salida, a pesar de «haber un mejor talante con la nueva dirección».

Finalmente, la organización agraria UPA-UCE señaló que la actual Junta extremeña puede resolver los problemas que tiene Acorex, por lo que exigen una actuación clara y contundente al Ejecutivo regional para «no dejar caer» a la que fuera la mayor empresa agroalimentaria de Extremadura.

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