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LA DESBROZADORA

La carne de cordero mola

J. R. Alonso de la Torre

Martes, 9 de mayo 2017, 18:07

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A los niños no les mola la carne de cordero. A los adolescentes, tampoco. No lo entiendo. No concibo mejor manjar que unas chuletas de cordero rebozadas. Nada más suculento que una caldereta o una pierna de cordero al horno. Soy mayor. De otra generación. Una a la que el cordero le satisface. Incluso lo asocio con los días de fiesta. En Galicia y en Asturias, los buenos restaurantes de aldea anuncian cordero los domingos. Eso les da prestigio. Pero en las carnicerías y los hipermercados de Extremadura, la carne de cordero ocupa el último lugar en la vitrina o en la estantería. A veces, está en un córner aislado. Sin embargo, tenemos el mejor cordero de España. El más sabroso y tierno: el extremeño. Hay que romper con la tendencia creciente a considerarlo una comida foránea, ajena a nuestra tradición. ¡Pero si aquí hemos echado cordero hasta al cocido! Hay que imaginar para vender el cordero. Inventemos el Long Lamb, el McLamb de Luxe, el Lamburguer King Junior, los Cordero Nuggets. Quizás haya que filetearlo, presentarlo en hamburguesas, servirlo en lasañas. Se impone hacer una campaña que acerque el cordero a los niños y a los jóvenes. Pero que sea buen cordero, sabroso, gustoso, tierno, extremeño. Por favor, que no pretendan que recuperemos la carne de cordero si la que nos venden proviene de corderos estresados que se han criado estabulados en la bodega de un barco mientras navegaba desde Nueva Zelanda. La carne de cordero mola y tienen que saberlo las nuevas generaciones.

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