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María Teresa Rubio, ganadera . :: CEDIDA
«El que cría el ganado  es el que menos se lleva»

«El que cría el ganado es el que menos se lleva»

Su explotación capirna está adscrita a la Denominación de Origen Protegida Queso Ibores

JAVIER SÁNCHEZ PABLOS

Viernes, 29 de julio 2016, 11:34

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. No se rinde con facilidad. Las circunstancias le han hecho superar diferentes retos hasta llegar a lo que tiene hoy. Así se muestra María Teresa Rubio, natural de Torrecillas de la Tiesa. Es la titular de una ganadería formada por unas 400 cabras veratas, inscrita en la Denominación de Origen Protegida Queso Ibores. No tiene dudas de que hay que apostar por productos de calidad, como puede ser una denominación de origen. También cuenta con unas cuantas ovejas.

¿Cómo empezó en el campo?

Quizá los inicios fueron cosas del destino. En aquel momento, mi marido tenía mil ovejas. En un momento dado, se dieron situaciones complicadas y se tuvo que dar de baja como ganadero. Como no podía abrir otra cartilla hasta que no pasaran dos años, compramos cabras y la ganadería se puso a mi nombre. Fue en 2007. A partir de ahí, no he parado. Antes no conocía estos animales, pero ahora me encantan. Con las cabras, me olvido de los problemas, se me quitan los males.

¿Qué tiene de bueno este tipo de ganaderías?

Me da mucho. Primero aprovechamos su leche y su carne. Además, se trata de un negocio familiar, donde estamos todos muy unidos. También hay que destacar que se está al aire libre, donde nadie te manda, te puedes mover a tu aire. Es cierto que hay que luchar mucho porque no siempre se llega a final de mes. Yo no me lo tomo como un trabajo más. Es mi forma de vida.

¿Cuándo decidió pertenecer a Queso Ibores?

Casi de forma inmediata. Me enteré de que era bueno estar adscrito a la denominación de origen y así lo hice. Sin duda, es un beneficio porque, primero sabemos que es una leche que está muy controlada y, además, le damos salida. Toda la producción va a una quesería. Igualmente, se supone que es de mayor calidad porque provienen de unos animales que están muy cuidados, siguiendo unos requisitos. Todo ello está unido a que si no se supera un determinado número de bacterias, te recompensan un poco económicamente.

¿Es importante esa apuesta por la calidad?

Soy la primera que cuanto más controles se haga a mi ganado y a mi leche, mejor, porque más sanos estarán. Es lo principal para mí. Defiendo esa apuesta por la calidad. Creo que merece la pena el esfuerzo.

¿Cómo está el sector?

Es complicado porque son muchas horas de trabajo. Eso no se ve. Estamos desde que amanece hasta que anochece. Además, el precio de la leche es bajo. Me gustaría que estuviese más alto, por todo lo que conlleva este trabajo. Lo que llama la atención es la carne. Yo la puedo vender a tres euros el kilo y, en carnicerías, está a 15 o 16 euros el kilo de chuletas. Es algo que no se entiende. Al final, el producto pasa por muchas manos. Lo que tengo claro es que el que cría el ganado es el que menos se lleva. Te lo garantizo.

¿Cómo afronta su día a día?

Soy una ganadera no solo de papel, sino de campo. Estoy día a día con mis animales. Además, puedo hacer lo mismo que un hombre. Quizá, no levanto tantos kilos de pienso, pero puedo hacer el resto de tareas. Por otro lado, mi relación con los hombres es según la persona. Tengo compañeros y veterinarios que me tratan como una más. Sin embargo, hay otros que no me tienen en cuenta por el hecho de ser mujer.

Qué es lo peor del campo?

Lo peor es que te venga un año muy malo y que no ganes lo suficiente para echarles de comer. Sin embargo, este último año ha sido muy bueno. Últimamente, los precios de la leche y el cabrito están más o menos estables. Sin embargo, te ahorras en los piensos. Se gana lo mismo pero ahorras en costes. Otra cosa que no nos gusta es la burocracia. Para cualquier acción, tienes que mover mucha documentación. Además, hay que estar disponible para hacer muchos trámites. Si es cierto que Internet facilita esta labor. Con la denominación, el director técnico, Javier Jiménez, se encarga de todo. Estoy contenta.

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