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¿Qué ha pasado hoy, 28 de marzo, en Extremadura?
Miguel Cabello es uno de los ganaderos extremeños que apuestan fuerte por las razas autóctonas. Sus fincas se encuentran en la comarca de la Siberia :: CEDIDAS
Al rescate  de las razas autóctonas

Al rescate de las razas autóctonas

Ganaderos, Junta y Universidad de Extremadura luchan por conservar variedades de ganado al borde de la extinción

Ángela Murillo

Domingo, 12 de junio 2016, 21:08

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Son razas ganaderas propias de Extremadura y sin embargo es raro verlas en la dehesa. Sorprende encontrar pastando entre encinas un rebaño de ovejas de merina negra o vacas de raza cacereña blanca cacereña, esas que empezaron a reproducirse en estas tierras desde época romana. Su escaso número preocupa a los expertos extremeños. «Cuando comenzamos el análisis de estos animales en 1992 solo había unos 300 ejemplares y la variabilidad genética entre ellos era mínima». Quien habla es José Ángel Padilla, catedrático de Producción Animal y profesor e investigador de Genética y Mejora Animal de la Facultad de Veterinaria de la Uex. Dada la escasa rentabilidad de estas razas y la continua caída de la renta agraria, Padilla tiene clara la importancia de las subvenciones directas a los productores. «A un ganadero le cuesta dinero tener en su finca blanca cacereña. Es una variedad que pare menos y los costes son los mismos».

Sucede algo parecido con las cabras de raza Retinta y las de raza Verata. La expansión de variedades foráneas más productivas ha sido la puntilla que las ha ido arrinconado hasta colocarlas al filo de la extinción.

Uno de los principales actores en la recuperación de estas razas extremeñas es el Censyra, el Centro de Selección y Reproducción Animal, creado en 1931. Sus instalaciones y laboratorios están en la finca Santa Engracia de Badajoz, que además conserva su propia cabaña ganadera con distintas razas. Es una explotación de 300 hectáreas a las que se accede desde la carretera de Cáceres.

El centro depende de la Junta y cuenta con 50 profesionales, entre veterinarios, mayorales, pastores y personal administrativo. Al frente está el veterinario Andrés Domingo Montes, su director.

El banco de semen del Censyra es el sanctasanctórum de la biodiversidad ganadera extremeña. Conserva congelados en nitrógeno líquido más de un millón de dosis de esperma de todas las razas amenazadas. "Participamos en los programas de conservación de las razas ganaderas en peligro de extinción recogiendo y almacenando el semen o embriones de los animales que llegan al centro y en otras ocasiones los veterinarios del Censyra se desplazan a las fincas de los ganaderos. "Colaboramos con las asociaciones de ganaderos de razas puras conservando el material genético e inseminando con animales de calidad", detalla Domingo Montes.

La administración regional ha legislado para proteger estos animales amenazados, siguiendo las directrices de la PAC, que contempla ayudas destinadas a favorecer la conservación de las razas ganaderas. Se incluyen las clasificadas en el Real Decreto 2129/2008, norma nacional que rige su conservación, mejora y fomento. Existen subvenciones agroambientales dirigidas a los ganaderos que, a pesar de tantas dificultades, se empeñan en conservar estas exiguas cabañas. Otra línea de subvenciones se enfoca a las asociaciones ganaderas que se encargan de los programas de mejora, conservación y fomento de cada raza y de la llevanza de los libros genealógicos en los que se inscriben todos los animales nacidos.

Fuera de despachos y laboratorios, luchan sobre el terreno un puñado de ganaderos convencidos de la importancia de preservar esta riqueza natural. Uno de los más entusiastas es Miguel Cabello Cardeñosa (Siruela, 1965). En sus fincas de La Siberia pastan rebaños de merina negra, cabras retintas y veratas.

Razas amenazadas

  • Cabra Retinta. 2.077 animales en toda la región. Las principales ganaderías de esta raza exclusiva de Extremadura se sitúan al sur de la región.

  • Oveja merina negra. 5.429 animales en Extremadura, el 86% del total. También está presente en fincas de Andalucía y Castilla y León.

  • Vaca blanca cacereña. Solo se conservan 889 cabezas en 30 explotaciones extremeñas. Es una de las razas autóctonas más amenazadas.

  • Asno andaluz. 894 ejemplares. A pesar de su nombre, también es autóctono de Extremadura, donde se halla el principal censo.

  • Ibérico torbiscal. 3.110 cerdos en Extremadura, la región con mayor población de esta variedad.

El ganadero pacense nació en el seno de una familia ligada al campo y ha continuado la tradición junto a su esposa y sus hijos. Está centrado en convertir sus explotaciones en un «reservorio genético referencial para la cabaña autóctona extremeña». El punto de partida de esta aventura ganadera nació en la Feria de Zafra. «Allí adquirimos hace una década un excelente lote homogéneo de merina negra muy destacadas por su morfología y su lana». Animales que, según cuenta, están perfectamente adaptados a los pastos y a las extremas temperaturas del campo extremeño.

Poco a poco la familia Cabello Bravo fue incorporando ejemplares de otras razas en peligro de extinción como el asno andaluz, la cabra retinta o la verata, además de la gallina extremeña. Como guardián de los rebaños eligió al mastín español, otro animal autóctono en peligro. En total crían 3.000 animales. Cabello ha abierto una nueva línea de negocio con la venta de lana y la producción de jamones de merina negra. Lo ha hecho respetando el rito halal para abrirse al mercado árabe.

La lana negra se está empezando a revalorizar. No poder teñir esta materia prima fue uno de los motivos que llevaron a la oveja negra al borde la extinción. Décadas después, es precisamente esto lo que podría salvarla. Su color es garantía de un «producto ecológico, sin química y que no produce alergias», apostilla el director de Censyra.

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