Cultivadores de tabaco, olvidados por la OMS

En los próximos meses, en cumplimiento de la nueva Directiva de Productos del Tabaco, el 65% de la superficie frontal y trasera de los envases de tabaco, y el 50% de sus laterales, se cubrirá con advertencias sanitarias, reduciendo de manera considerable el espacio destinado a comunicar algo tan importante y tan legítimo como la marca del fabricante. En algunos países de nuestro entorno, llevando esta medida al extremo, se va hacia el empaquetado genérico, esto es, a que todas las cajetillas sean iguales, haciendo imposible diferenciar unas marcas de otras.

El empaquetado genérico, que este año acapara el Día Mundial sin Tabaco, es una de las medidas defendidas por la OMS en su cruzada contra el tabaco. Este organismo no sólo se olvida de los cultivadores, sino que pretende aprobar medidas que les afectan directamente sin tener en cuenta su opinión. Prueba de ello es que quiere impedir la participación de los agricultores en la próxima ronda de reuniones -COP7- que para el desarrollo del Convenio Marco de la OMS para el Control del tabaco (FCTC), se celebrará en noviembre de este año. En estas reuniones se analizarán, entre otros aspectos, el posible desarrollo de cultivos alternativos o la limitación del contenido en nicotina de los productos del tabaco, afectando directamente a las variedades cultivadas en España y en Europa y que por lo tanto supondrán un impacto claramente negativo para los cultivadores.

Por tanto, el acoso regulatorio y normativo al que se ve sometido el sector, está haciendo que el eslabón más débil del sector del tabaco, formado por las fases de cultivo y primera transformación, se vea seriamente afectado, porque esas políticas están fomentando el mercado ilícito, mercado negro, que compite de una forma totalmente desleal con el tabaco producido por nuestros agricultores. Además, la pérdida de la marca por parte de los fabricantes hará que no exista diferenciación entre unas cajetillas y otras y que, por lo tanto, el criterio de compra esté basado únicamente en el precio, haciendo que el tabaco de calidad que producimos aquí tenga que competir en precio con el de otros orígenes, cultivado en condiciones bien distintas.

El tabaco es un producto agrícola, así está recogido en los Tratados de la Unión Europea, tanto en el constitutivo como en el de funcionamiento, y es un cultivo más dentro de la Política Agraria Común, PAC.

Del tabaco, como producto agrario, depende la economía de unas 10.000 familias, que bien directamente, porque cultivan o transforman tabaco, o indirectamente, porque prestan servicios, nos sentimos comprometidos con la elaboración de un producto de calidad, medioambientalmente sostenible, que contribuye a la creación de empleo, especialmente femenino, dinamizador de las zonas rurales en las que se produce y, por lo tanto, generador de riqueza.

Un día como hoy debería servir, también, para alertar de la permisividad social que la compra de tabaco de contrabando tiene en nuestra sociedad, de la existencia de tabaco cuyo origen no es lícito, que es vendido indiscriminadamente a los jóvenes y, por supuesto, sin ningún control sanitario y que supone un gran daño para la economía de los que vivimos de un producto agrario reconocido como tal por parte de las autoridades europeas.

-----------------