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¿Qué ha pasado hoy, 16 de abril, en Extremadura?
Juan García con un 'melón de cuelga' . :: g. c.
«Mientras más aras la tierra, más dulce te sale el melón»

«Mientras más aras la tierra, más dulce te sale el melón»

Este agricultor minorista cultiva a la manera tradicional melonas y melones de cuelga autóctonos de Almendralejo

GLORIA CASARES

Viernes, 4 de septiembre 2015, 08:52

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A sus 52 años y después de haber estado toda la vida trabajando en la construcción, en varios los puntos de España, Juan García ha tenido que reciclarse, como tantos otros, y buscar un nuevo sentido a su vida laboral. Y lo ha hecho en el campo, pero por su cuenta, volviendo a la agricultura tradicional, la que practicaban sus ancestros, que se ganaban la vida con lo que cosechaban con sus propias manos en pequeñas parcelas de cultivo.

¿Cuántos años ha estado trabajando en la construcción?

Pues desde siempre, me he recorrido media España

Pero usted habrá conocido ya el campo de antes, cómo se trabaja la tierra.

Yo lo conocía de joven, que iba algunas veces, pero la verdad es que ya hace muchos años de eso.

¿Y cómo decidió volver al campo?

Hay que buscarse la vida en algo. Tengo tres hijas y hay que mantener a la familia.

¿Y a quién acudió?

Fui a hablar con gente veterana en esto del campo, para que me aconsejasen cómo sembrar, qué variedades plantar y qué cuidados necesita.

¿Y cuál es el secreto de un buen melón de Almendralejo?

Pues el truco es el trabajo, mucho arado y poco más. Mientras más aras la tierra del melonar, mejor te sale el melón, más dulce. Esto se lleva muchas horas de trabajo en el campo para conseguir cuatro duros en verano y poder tirar en casa.

¿Y el riego?

No, estos melones son de secano, como los de toda la vida, por eso son más dulces. Se riegan si llueve y si no, pues nada.

Y luego viene el problema de los robos.

Ah sí, eso es así. El año pasado nos robaron bastantes veces, este año menos, pero eso es así. Y la única solución es quedarte en el melonar hasta las tantas, las tres o las cuatro de la mañana, para que no te roben. Eso después de haber estado todo el día trabajando.

¿Y qué variedades ha plantado?

Pues son variedades autóctonas. Tengo melones de cuelga, esos melones duran hasta enero o febrero, como antiguamente se hacía, que se colgaban en las naves y así aguantaban todo el invierno. También tenemos sandías, melones de piel de sapo y melonas de Almendralejo.

¿Y cómo se consiguen esas variedades autóctonas?

Se hace cogiendo las semillas de un año para otro. Seleccionamos las semillas de los melones que más nos han gustado, de las plantas que han dado buenos melones y están dulces. Las secamos y luego las plantamos al año siguiente. Esto es prácticamente ecológico, no le echamos productos ni nada.

¿Y luego cómo se vende en los puestos de la carretera?

Bueno, pues se va vendiendo lo que se puede. Unos días más y otros, menos. Desde luego no se vende como se vendía antes. La gente no tiene el bolsillo muy alegre que digamos.

¿Y qué inconvenientes tiene vender en la carretera?

Son muchas las pegas... El año pasado, además, nos mandaron los inspectores de trabajo a los puestos de melones de las calles. Yo creo que eso es una barbaridad. Un día sacas el jornal y otros días no te llega.

¿Y cómo ve lo del pícaro que vende melones, tomates y cebollas en la carretera?

Este año no los veo tanto, hay menos. De todas formas, a nosotros nos exigen los papeles. La guardería rural va a ver si tienes melones sembrados, y el ayuntamiento nos da permiso para colocarnos en un punto de la ciudad.

¿Cuántos agricultores están vendiendo melones en Almendralejo este año?

Pues no sé, pero yo creo que 15 o 20. Desde luego muchísimos menos que había antes.

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