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El sector del huevo remonta

Si en 2005 cada español consumía 16,4 kilos de huevos al año, en 2014 había disminuido a 13,1, una caída del 20%. Este cambio en nuestro hábito alimentario ha llevado a la industria a aumentar las exportaciones, lo que tampoco ha conseguido evitar la reducción de la producción y se hace necesaria una reacción del sector para promover aún más el consumo

PPLL

Lunes, 25 de mayo 2015, 08:23

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Los últimos datos hechos públicos por el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medioambiente (Magrama) muestran que en 2014 se redujo la producción y consumo de huevos en España. Un sector en el que el 95% de las gallinas ponedoras viven en naves, el 4% en suelo y el 91% en jaula, y el 5% restante en campo.

La cabaña de gallinas ponedoras y las importaciones también cayeron, aunque de una forma poco significativa. En todo caso, las importaciones, a pesar del descenso del 2% y de que solo representan un 5% de la producción, siguen muy por encima de los niveles anteriores a 2010. El censo se redujo poco más del 1% hasta situarse ligeramente por encima de los 44 millones de animales, casi una gallina por ciudadano, solo por detrás de Italia y Francia. Hay que recordar que a nivel mundial China sigue siendo la gran productora, sobre todo para autoconsumo, con el 39% del mercado mundial, seguida a gran distancia de Estados Unidos, con un 8%.

Con estos datos llama la atención el aumento en el número de explotaciones, rondando la 1.175, lo que ha supuesto un incremento superior al 6% Esta concentración en la producción es un buen síntoma de redimensionamiento y aumento de la eficiencia, aunque todavía insuficiente para solucionar los problemas actuales.

En el caso de Extremadura, las 48 granjas de producción representan solo el 4% del total nacional. Lo más preocupante es que la dimensión media está por debajo de la global. Mientras que en Extremadura hay 28.833 animales por explotación, a nivel nacional asciende a 38.112. Este dato concuerda con la producción de huevos en esta región, que alcanzó en 2013 los casi 30 millones de docenas.

Muy significativo es el descenso en el consumo, que ha bajado hasta los 6.000 millones de huevos en nuestro país, alrededor de 138 por ciudadano y año. Mantiene una tendencia descendente a lo largo de la última década. Si en 2005 cada español consumía 16,4 kilos de huevos al año, en 2010 había disminuido a 15,5 y en 2014 a 13,1, en total, una caída nada despreciable del 20%. Este cambio en nuestro hábito alimentario ha llevado a la industria a aumentar las exportaciones, lo que tampoco ha conseguido evitar la reducción de la producción.

Los precios han experimentado una recuperación del 5%, consecuente con el descenso de la producción, la caída de las importaciones y el aumento de las exportaciones. Sin embargo, es una tendencia que revierte solo ligeramente la importante bajada de las cotizaciones del pasado año, de más del 30%.

Con carácter general, el sector del huevo está pasando su propia crisis, en parte por la crisis global, pero también por la falta de decisión a la hora de definir una estrategia general que les permita fortalecer su estructura productiva y sus canales de comercialización de los diferentes productos, tanto del propio huevo, como de los derivados. También hay que recordar que todavía no se han amortizado los esfuerzos realizados para adaptarse a la estricta norma europea de bienestar animal, lo que obligó a realizar una reconversión de las explotaciones y adaptarlas a los nuevos modelos de jaulas, entre otros aspectos. Todo ello, junto a la mencionada tendencia de precios bajos, a pesar del ligero repunte de 2014 y una demanda en recesión, hacen necesaria una reacción del sector que, a pesar de haber tomado la iniciativa a la hora de promover el consumo, todavía tiene un complicado camino por delante si quiere desatascar la situación actual. Tampoco se puede quitar la vista del Acuerdo Transatlántico para el Comercio y la Inversión (TTIP), donde la agricultura, la ganadería y los temas sanitarios son foco de las negociaciones que con dificultades mantienen los negociadores de EE UU y de la UE.

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