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OPINIÓN

José Antonio Monago

Luis Ramallo García

Domingo, 19 de junio 2011, 21:14

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La tarde noche del pasado 22 de mayo seguí el escrutinio de las elecciones en Extremadura en el despacho de José Antonio Monago en la sede regional del PP en Mérida. Sentado frente al candidato comprobé su serenidad al ir conociendo los datos del escrutinio. Al producirse la pérdida del escaño treinta y tres que suponía la perdida de la mayoría absoluta siguió tranquilo y no levantó la voz ni alteró su gesto.

Recordé el largo camino de UCD, luego de AP y después del PP en los últimos treinta y cuatro años de la historia política de Extremadura, recordé el día 9 de septiembre de 1978 en que después de la victoria de UCD en las elecciones generales de 15 de julio de 1977 fui elegido primer Presidente de la Junta Regional de Extremadura. Vino a mi memoria el día de mi dimisión el 9 de diciembre de 1980 y la elección para sucederme del bueno de Manuel Bermejo y su dimisión en noviembre de 1982 y la posterior elección en diciembre del mismo año de Rodríguez Ibarra como presidente de la Junta Regional gracias a dos votos tránsfugas de UCD que Juan Carlos sabrá de qué artes se valió para conseguirlos.

Con este recuerdo advertí que estaba sentado frente a quien podía ser el que llevara de nuevo la gobernación de Extremadura al centro-derecha político. Algo que parecía que no iba a llegar nunca.

Es cierto que el viento en este proceso electoral soplaba mejor que nunca para el PP, pero no es menos cierto que las características del candidato Monago habían dado un gran plus al partido.

Monago era el muchacho al que cuando yo era presidente regional del partido en 1995 le ofrecí la Secretaria General. Él me contestó que era muy joven y aquel joven se fue formando más y más para llegar a ser un gran dirigente político y un magnífico candidato. Humilde, con una gran visión de la política moderna, con una gran habilidad para llegar a la gente y, por encima de todo ello, un gran trabajador.

He seguido la campaña electoral de Monago y tengo que decir que me ha parecido perfecta. Hombre de centro-derecha, ha sabido transmitir nítidamente su mensaje a los extremeños.

Al conocer la decisión de IU de abstenerse en la sesión de investidura y con ello dar la presidencia de Extremadura al PP, quiero alabar el concepto de democracia interna de IU y comprobar que sus militantes están tan hartos de gobiernos socialistas en Extremadura como los que han votado al PP.

Solo me queda agradecer a José Antonio Monago su éxito, que considero también el éxito de todos los que hemos trabajado por una Extremadura distinta.

Mucha suerte José Antonio y que Dios te dé todo el éxito que yo te deseo en la difícil tarea que te espera y que es la más noble que le puede caber a un extremeño cabal, presidir su tierra.

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