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¿Qué ha pasado hoy, 18 de abril, en Extremadura?
UN HOMBRE MURIÓ TRAS SER APALEADO

El Tribunal Supremo no ve un asesinato en el crimen del bloque C de Cáceres

Los dos acusados son dos jóvenes que eran alumnos del Cimov (actualmente se denomina Cefot): Israel D. S. G. y Rafael A. S

SERGIO LORENZO

Miércoles, 27 de abril 2011, 00:26

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Definitivamente, el crimen cometido en el bloque C de Aldea Moret, en el año 2005, no es un caso de asesinato. Así lo ha decidido ahora el Tribunal Supremo en una sentencia cuyo ponente ha sido el magistrado José Ramón Soriano.

Los dos acusados son dos jóvenes que eran alumnos del Cimov (actualmente se denomina Cefot): Israel D. S. G. y Rafael A. S. La noche del 8 al 9 de octubre de 2005 los dos acudieron a comprar droga a un traficante que vivía en Aldea Moret, en el bloque C de la calle Ródano que en la actualidad está tapiado. Ya en el centro de Cáceres se dieron cuenta de que la droga era de mala cantidad, y decidieron coger un taxi en la zona de la Cruz de los Caídos para obligar al vendedor a que les devolviera el dinero o les cambiara la sustancia estupefaciente. Alrededor de las cuatro de la madrugada cogieron un taxi con otros dos alumnos del Cimov, llevando Israel un palo.

Cuando llegaron al bloque C subieron Rafael e Israel a la cuarta planta, al portal 1. Forzaron la puerta a golpes, entraron y tras tirar varios muebles fueron a la habitación en la que dormía Juan Carlos P. B. Con el palo le golpearon varias veces en la cabeza. Juan Carlos ingresó en el Hospital San Pedro de Alcántara en donde falleció 10 días después.

En enero del año pasado se desarrolló el juicio en la Audiencia de Cáceres por un tribunal de jurado. La familia del fallecido insistió en que era un caso de asesinato, pero el jurado consideró que habían cometido un delito de lesiones con instrumento peligroso, con la agravante de alevosía, y un delito de allanamiento de morada. Cada uno de ellos fue condenado a 4 años, 3 meses y 1 día de prisión.

La sentencia fue recurrida por la familia de la víctima en el Supremo al mantener que Juan Carlos fue asesinado. También la recurrió uno de los condenados.

El Supremo mantiene que no está probado que la muerte se produjo por los golpes propinados por los dos jóvenes. Se recalca que el agredido tenía numerosos problemas de salud. Estaba en estado caquéctico, pues aunque medía 1,70 metros sólo pesaba 40 kilos.

La muerte se produjo a los 10 días de ser apaleado y pudo influir una caída que tuvo en el propio hospital en el que estuvo ingresado, en donde fue hallado caído en el cuarto de baño de la habitación. Esas caída pudo empeorar bastante su estado de salud al producirle una hemorragia.

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