La fusión de Caja Extremadura pende de un hilo

Las cuentas ahora no cuadran. Banco Base, el SIP formado por Caja Extremadura, Caja Cantabria, Cajastur y CAM, tiene unas necesidades de financiación mucho mayores de lo que se suponía.

Tantas que existen muchas posibilidades de que la operación sea definitivamente abortada en las asambleas que las cuatro entidades deben celebrar mañana miércoles.

Para cumplir con las exigencias del Gobierno, Banco Base pidió ayer al Banco de España 2.700 millones de euros del fondo estatal para la reestructuración bancaria, el ya famoso Frob. Supone casi el doble, exactamente 1.253 millones, más de los 1.447 millones que tenían previsto pedir la semana pasada. Así lo aseguraron a HOY fuentes conocedoras de la situación.

Estos 2.700 millones, unidos a los 1.440 millones que ya pidieron cuando se anunció la fusión, supone que el Estado puede ejercer el poder sobre el 51% de la entidad resultante si las asambleas aprueban la concentración. Todo depende de cómo se valoren los activos de Banco Base, por lo que otras fuentes limitan la presencia pública al 45% de la sociedad.

Como es sabido, la ley establece que cuando una entidad pide dinero prestado al Frob, éste (y por extensión el Estado), tiene derecho a colocar a sus representantes en el consejo de administración por un periodo máximo de cinco años. Ya se ha elegido a varios expertos para ocupar esas funciones.

Además, estos consejos no podrán tener más de quince representantes, una condición que el Banco Base cumple actualmente, ya que tiene catorce.

La otra opción que manejan las cuatro asambleas pasa por rechazar la fusión fría._Fuentes conocedoras de la situación aseguran que una de las opciones que se barajan es que CAM quede fuera del proceso y las otras tres sigan su camino juntas, bien solas o buscando nuevos socios. De hecho, según fuentes cercanas a Cajastur, los plazos de negocio y de rentabilidad de la operación serían mucho más largos de lo previsto si se pide ayuda al Frob. Por eso, el Banco Base sería inviable y sin ningún interés económico.

Todos estos datos indican que la crisis desatada públicamente la pasada semana se ha cerrado en falso. El aumento de la petición al Frob viene derivado de las nuevas exigencias del Banco de España y además de la deteriorada situación financiera de la CAM. Su ratio de morosidad y la exposición al ladrillo inmobiliario es al parecer mayor de lo esperado.

Por eso, durante los últimos días ha habido una verdadera guerra de poder entre las dos entidades dominantes, Cajastur y CAM. Cada una de ellas controla el 40% del Banco Base, mientras que el porcentaje de Caja Extremadura es del 11% y la de Caja Cantabria asciende al 9%. La caja asturiana exigía que la alicantina redujera su participación hasta el 27% debido a que sus cuentas suponían un lastre para la marcha del conjunto.

Lucha por el poder

La caja levantina, por su parte, se negaba a perder cuota de poder y además también aseguraba tener motivos para la queja. Alentado por sus experiencia en este campo, apostaba por salir a Bolsa para captar el dinero que necesitaba.

Pero, según la entidad asturiana, los números de la CAM ensombrecían la salida al parqué del grupo y tendría menor coste acudir a los fondos públicos, ya que el Frob hará una valoración más ajustada a la realidad que la de los mercados, recuerda Efe.

En este sentido, los socios de Banco Base liderados por Cajastur apoyaban que fuera la CAM la que asumiera la mayor parte del peso del recurso a las ayudas del FROB, que implicaban la nacionalización parcial de la entidad y la entrada de consejeros de este organismo en el banco.

Al final, el pasado domingo se alcanzó una decisión salomónica que se ha demostrado como un cierre en falso de la crisis. Es decir, CAM mantenía su peso en la misma pero el dinero que se necesita vendrá el Estado a través del Frob.

De hecho, y ajeno a los rumores sobre una posible disolución de este matrimonio económico, el consejo de administración de Banco Base ratificó ayer el acuerdo alcanzado el pasado 23 de marzo de solicitar el apoyo del Frob para que la entidad cumpla con las exigencias, según informó CAM a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).

En un sentido parecido, el conseller valenciano de Economía, Gerardo Camps, afirmó ayer que son los órganos de dirección de la CAM los que han tomado sus decisiones en el acuerdo de integración en Banco Base «y no, como algunos creen, las decisiones que puedan adoptar otros», como la Generalitat valenciana o el Banco de España.

Sobre el papel, y en el caso de que la operación sea definitivamente una realidad, lo lógico es que todos las participantes vean reducido su peso en los órganos de Gobierno para hacer sitio a los representantes estatales. Sin embargo, otras fuentes del sector barajan la posibilidad de que el porcentaje del Frob se nutra exclusivamente del 40% que atesora la Caja de Ahorros del Mediterráneo.

Finalmente, un aspecto que también hay que tener en cuenta es la posición en la que queda el Banco de España, que fue quien calculó que Banco Base necesitaba 1.447 millones para cubrir sus necesidades de capital, una cifra que se ha quedado claramente desfasada a tenor de los últimos acontecimientos.

Esta exigencia viene de la legislación impuesta por el Gobierno a comienzos de año, que elevaba el capital principal necesario para cajas y bancos. A las cajas que no hayan constituido un banco cotizado, pero se financian en mercados mayoristas en al menos un 20%, se les exige un 10%.