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Uno de los acusadados espera a la puerta.:: LORENZO CORDERO
Suspenden el juicio del matrimonio asesinado en Cáceres
POR LA ELECCIÓN DEL JURADO

Suspenden el juicio del matrimonio asesinado en Cáceres

Cada uno de los tres acusados se enfrenta a una petición de 48 años de cárcel

S.L.

Lunes, 29 de noviembre 2010, 21:31

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El juicio por el asesinato de un matrimonio en La Mejostilla se ha suspendido por la elección del jurado. La defensa tenía cuatro recusaciones y otras cuatro la acusación. Al abogado de la empleada del hogar, la única de los tres acusados en prisión, se le había admitido la pregunta de si el hecho que estuviera internada, influiría en si fuese culpable. De 23 personas que se habían convocado para forma un jurado de 11, esta pregunta permitió descartar a todos menos a 10. Al no ser suficientes para formar el jurado se ha suspendido el juicio.

El 21 de octubre de 2008 encontraron muertos a golpes y a cuchilladas, en su vivienda de la urbanización Montesol, en La Mejostilla, a un matrimonio que llevaba poco más de un mes residiendo en Cáceres.

En el banquillo de acusados debían sentarse las tres personas que trabajaron para el matrimonio: sus dos hombres de confianza, que son de Cáceres, y la brasileña que fue su empleada de hogar.

Frente a los miembros del jurado, cinco partes: las dos acusaciones y los tres abogados defensores. La acusación particular, el abogado Santiago Hurtado, que representa a los hijos de los fallecidos de 25, 18 y 15 años, asegura que los tres son culpables de asesinato y pide, a cada uno, 48 años de cárcel, e indemnizar a cada hijo con un millón de euros. Para el fiscal (la acusación pública), los dos hombres de confianza son inocentes y sólo acusa a la empleada de hogar, a Ángela, asegura que ella los mató sola o en compañía de otras personas aún no identificadas. Para ella pide una pena de 33 años de cárcel, e indemnizar a los hijos con un total de 910.000 euros. Los tres abogados defensores afirman que sus clientes son inocentes.

Se preveía que el juicio durara dos días. Hoy lo más importante que se esperaba escuchar la declaración de la empleada de hogar, de Ángela..

En un principio Ángela declaró que era inocente, que cuando mataron al matrimonio ella no estaba en la casa. Luego tuvo que cambiar su declaración porque entre todas las manchas de sangre se encontró, en un escalón, la huella de uno de sus pies. Al verse descubierta dijo que ella estaba en la casa para pedir dinero al matrimonio ya que hacia una semana que la habían despedido. Rafael, el segundo hombre de confianza, llamó a la casa; y entonces ella se escondió en el garaje ya que no se llevaba bien con él. Desde el garaje afirma que escuchó como Rafael los mataba a golpes. Cuando ya estuvo todo en calma, salió de su escondite, vio el escenario del crimen y se marchó sin llamar a la policía.

El matrimonio que perdió la vida en Cáceres era el formado por Juan Antonio Torrecilla Ortega y Mercedes García de las Heras, que vivían esencialmente de una pensión de unos 7.000 euros mensuales que la mujer percibía por haber trabajado como traductora en el Parlamento Europeo. En septiembre de 2008 dejaron de vivir en Plasencia y comenzaron a residir en Cáceres, en una casa adosada en la calle Las Grullas. Con ellos vino la brasileña Ángela A. da C. que era su empleada de hogar, y tenía entre sus cometidos cuidar de la mujer que padecía, al menos, de una depresión y necesitaba de la ayuda de terceras personas.

Ángela consumía drogas y conoció a Manuel R. B., también toxicómano que comenzó a trabajar con el matrimonio de chófer y hombre de confianza. Al poco tiempo Manuel abandonó este trabajo al no estar a gusto con Juan Antonio, y le sustituyó su vecino Rafael S. G.

A mediados de octubre de 2008, Juan Antonio echó a Ángela, según el fiscal por posibles comentarios que ella había hecho sobre su vida privada. Ángela se fue a vivir con Manuel, el primer hombre de confianza.

Según la acusación particular, alrededor de las tres de la tarde del 21 de octubre, Ángela, Rafael y Manuel, puestos de común acuerdo, entraron en la casa del matrimonio por el garaje. Al llegar al comedor en el que estaba el matrimonio le exigieron todo el dinero que tuvieran, posiblemente a punta de navaja. No les dieron oportunidad ni de levantarse del sofá y los mataron a cuchilladas y con golpes, seguramente de un bate de béisbol. Él murió por los golpes y a ella la remataron con varias puñaladas. Se fueron de allí por separado después de llevarse la cartera del fallecido. Los tres acusados tienen múltiples antecedentes.

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