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¿Qué ha pasado hoy, 18 de abril, en Extremadura?
El concejal de Urbanismo, Celestino Rodolfo, dentro del nuevo edificio en rehabilitación. :: CASIMIRO
CUBOS COMO SETAS
COSAS DE PALACIO

CUBOS COMO SETAS

Con Biblioteconomía en pie casi de milagro, Amigos de Badajoz busca la polémica en otro poliedro

ROCÍO ROMERO

Domingo, 24 de enero 2010, 01:14

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Al Ayuntamiento le crecen los cubos como setas. Con la Facultad de Biblioteconomía en pie casi de milagro, la asociación Amigos de Badajoz apunta su catalejo hacia la Plaza Alta. ¿Qué tendrán los cubos que tan nerviosos ponen a los miembros de este colectivo?

Ya han conseguido que el TSJEx dicte una providencia en la que da tres meses al Ayuntamiento para que elabore el proyecto de derribo del complejo universitario ubicado en la Alcazaba. Además, sugiere el desalojo de los estudiantes.

Hace dos años los técnicos municipales ya hicieron un proyecto por mandato legal que calculaba las obras en ocho millones de euros. Ése no les sirve. Son apenas ocho páginas que determinan las líneas generales. Lo que deben presentar ahora es un informe mucho más específico. De ahí que no se conformen con tres meses y vayan a pedir más tiempo al juez.

La pregunta que se hacen en Urbanismo es compleja: ¿qué significa devolver al Hospital Militar a la situación anterior a la concesión de la licencia de obras que permitió su construcción, que es lo que manda el Supremo? El problema es que gran parte estaba en ruinas y, al entender de muchos arquitectos, el valor del hospital era bastante limitado.

Ya dijo el TSJEx que la sentencia era inejecutable. La asociación recurrió de nuevo y el Supremo ha dictaminado que se derribe de una vez por todas. Y ahora ha dado un plazo de 90 días para que presenten el proyecto. A pesar de que la UEx también ha iniciado un procedimiento por su parte al entender que aun siendo los perjudicados de todo este embrollo ningún juez les ha llamado para preguntarles nada.

El alcalde, Miguel Celdrán, firmó un decreto el 4 de diciembre para pedir a los arquitectos municipales que dieran su opinión sobre las posibles maniobras para demoler la edificación. También ha pedido consejo al Colegio Oficial de Arquitectos de Extremadura. Ahora tendrá que urgir a todos para que respondan a su pregunta.

Los juzgados han dado la razón a la asociación porque la licencia de obras de 1998 contravenía el PGOU. A Celestino Rodolfo le duele ya la boca de repetir que es incierto que incumpliera la Ley de Patrimonio. Esa misma norma a la que se acogen ahora para pedir la paralización de otro cubo, el que se levantará detrás del edificio cuya ejecución rehabilita el Ayuntamiento en la Plaza Alta.

Como ocurrió con el otro poliedro, la Comisión de Patrimonio, que depende de la Junta de Extremadura, ha dado el visto bueno al proyecto. No una, sino en dos ocasiones. Y la asociación forma parte de este organismo, por lo que muchos se preguntan en los pasillos del Ayuntamiento porqué esta asociación vota a favor de las obras en el seno del organismo que debe velar por la conservación del patrimonio y después envían notas de prensa criticando esas mismas actuaciones.

La asociación pasa ahora por su mejor momento, a pesar de las críticas que reciben de quienes no ven con buenos ojos que la Facultad salga del Casco Antiguo y, con ella, todos los alumnos que han revitalizado las calles aledañas y los negocios que han nacido al calor de tanto veinteañero. Han escuchado muchos motes -enemigos o talibanes de Badajoz, entre ellos- y parece que hasta les han dado fuerza para seguir buscando «atropellos al patrimonio», como han calificado ellos mismos la rehabilitación del edificio de la Plaza Alta.

El concejal de Urbanismo, Celestino Rodolfo, asegura que el nuevo cubo no se verá desde ningún punto de la plaza, que la cubierta será revestida de hormigón poroso y seguramente llevará mortero de cal -lo mismo que la muralla- para mimetizar el nuevo edificio. Muchos se preguntan si esta asociación prefiere las ruinas de cuatro casas a un nuevo edificio que conserve la antigua fachada y reúna todo el espacio en una estructura de cristal que pasará desapercibida para los viandantes que no crucen el umbral del edificio. Los que entren podrán apreciar los restos de un arco quesirvió de acceso a la Alcazaba antes de la construcción de la Puerta del Capitel.

Después de diez años de lucha ciudadana contra las administraciones (no sólo el Ayuntamiento, sino también contra la Junta de Extremadura, que promovió la Facultad), los Amigos de Badajoz deben estar tan gordos que no caben ni por la puerta de su casa. De ahí que soporten las críticas de los vecinos y empresarios del Casco Antiguo con una frente tan alta como para seguir buscando cubos entre los nuevos proyectos. El Ayuntamiento confía en que el edificio de la Plaza Alta no corra la misma suerte que la Facultad de la Alcazaba. Habrá que esperar.

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