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Antonio J. Armero | Cáceres
Jueves, 14 de enero 2010, 14:04
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Será en mayo, y pasará a la historia como el mayor simulacro que haya organizado Extremadura hasta ahora. Autoridades políticas y civiles, y representantes de distintos cuerpos y fuerzas de seguridad tanto del Estado como regionales y locales, además de miembros de la UME (Unidad Militar de Emergencias) se reúnen hoy en Cáceres, en la sede de la subdelegación del Gobierno, para conocer de primera mano en qué consistirá la prueba. Aunque nos pueda parecer algo descabellado, que no ocurrirá nunca, hay que estar preparados para cualquier emergencia importante, ha explicado esta mañana Carmen Pereira, delegada del Gobierno en la región, como respuesta a por qué se hará el simulacro, que cuenta con un presupuesto de 346.000 euros, 86.000 aportados por la Junta y el resto por la Unión Europea.
El ensayo estará basado en un escenario imaginario que Rafael Pérez Cuadrado, director general de Justicia e Interior del gobierno autonómico, califica en tono de humor como el Armageddon extremeño, en alusión a la famosa película de Michael Bay, del año 1998, en la que un asteroide amenaza con destruir la Tierra. El simulacro extremeño que se celebrará en mayo aún no se ha fijado una fecha- parte de un terremoto de gran magnitud, localizado al norte de la región. Su virulencia es tal que arrasa la presa de Valdecañas, situada en el área de influencia de Almaraz. La rotura de una infraestructura de ese tipo acaba afectando a la central nuclear, por la que pasa con virulencia la avalancha de agua. En su recorrido, la gran masa líquida hace aumentar de forma súbita el volumen del pantano de Alcántara, el segundo más grande de España y el cuarto de Europa. Está por ver si en el simulacro, Alcántara acaba rompiéndose igual que Valdecañas. A partir de ahí, se presenta un panorama de agua contaminada que afecta no sólo a España, sino también a Portugal, que colaborará en la ambiciosa prueba.
Habrá también riesgo nuclear, una amenaza que está definida como de interés nacional. De ocurrir de verdad, un suceso de este tipo obligaría a poner en marcha una decena de planes de protección civil en distintos puntos del mapa autonómico, e involucraría al Estado y también a la Unión Europea. Esto último, precisamente, es lo que justifica que Extremadura prepare un ensayo de este calado. Por recomendación del Gobierno central a las comunidades autónomas, estas pidieron a la UE una subvención para simular una gran catástrofe, y entre los requisitos exigidos por Bruselas está que fuera un suceso de tal magnitud que exigiera poner en marcha los mecanismos de protección civil comunitarios. Esta premisa es lo que justifica que la región haya imaginado un suceso que, afortunadamente, no tiene antecedentes en la historia extremeña, y que probablemente, no ocurrirá nunca. De hecho, ayer insistieron en ello las autoridades durante la presentación. Que quede claro ha dicho esta mañana Fernando Solís, subdelegado del Gobierno-: no es que vaya a haber un terremoto y se vaya a romper Valdecañas, es sólo imaginación, un simulacro.
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