Comprar tabaco es más fácil

Lo que la Ley Antitabaco prohibió en 2006, la Ley Ómnibus permite en los últimos coletazos del 2009. Así de versátiles son a veces las normas. En este caso, se toca uno de los temas se mayor sensibilidad social, en donde se mezclan lo sanitario y lo económico: el tabaco.

La entrada en vigor de esta ley permite, al trasponer una directiva europea, que los locales de prensa vuelvan a vender tabaco. Tras la aplicación de la Ley Antitabaco del 26 de diciembre de 2005, que prohibía vender este producto tanto en tiendas como en quioscos, ésta se modificó para dejar vender cigarrillos en los quioscos que pidieran autorización e instalaran una máquina. Las tiendas han sufrido durante estos casi cuatro años este agravio comparativo. Es lo que le sucedió a Julián Paniagua, que regenta 'El Pasaje', en Hernán Cortés, una tienda de venta de periódicos y papelería. Paniagua es el presidente de la Asociación de quiosqueros de Cáceres y considera muy positivo que se igualen las oportunidades de unos y de otros. Considera que la venta de tabaco supone un ingreso adicional muy interesante, sobre todo en estos tiempos de crisis. Según sus datos, una mayoría de los puntos de venta de prensa en la ciudad son locales y no quioscos.

Valentín Harto es dueño del quiosco más próximo a la Plaza de América, en el Paseo de Cánovas. Cree que en los últimos días no se ha explicado bien lo que supone la Ley Ómnibus, y que ellos siempre, en estos cuatro años, han vendido el tabaco de forma legal. La máquina expendedora funciona cuando ellos activan, desde el interior del quiosco, un botón que deja salir el paquete y que coge el cliente desde fuera. El artículo 46 de la Ley Ómnibus modifica la ley 28/2005 y señala que «las máquinas expendedoras de productos del tabaco sólo podrán ubicarse en el interior de quioscos de prensa situados en la vía pública y en locales específicos de venta de prensa con acceso directo a la vía pública».

Parece una contradicción que, en puertas de aplicar una ley mucho más restrictiva de consumo en lugares públicos, se abra la mano al comercio. María José, que es fumadora, cree que lo que realmente se necesita son más ayudas para dejarlo.

Para Manuel Galán, dueño del quiosco próximo a la Fuente Luminosa, se trata de dar un servicio más al cliente, y de poder dispensar tabaco a horas a las que los estancos o los bares están cerrados, aunque cree que es poco rentable. Lucio Martín, desde su estanco de la calle Obispo Segura Sáez no ve un peligro que se venda tabaco en más sitios, sino una forma de hacerlo accesible a todo el público.