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Muria, que se encuentran en la margen izquierda del río Erjas. / IGME
El oro del noroeste cacereño
SOCIEDAD

El oro del noroeste cacereño

La preparación del Congreso sobre Patrimonio Geológico y Minero, que se celebra en Coria, deja al descubierto explotaciones romanas en Zarza la Mayor

ESMERALDA RODRÍGUEZ VAQUERO

Viernes, 25 de septiembre 2009, 10:44

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Planificaban una de las excursiones incluidas en el Congreso Internacional sobre Patrimonio Geológico y Minero, que se celebra hasta el domingo en Coria. Varios investigadores del Instituto Geológico y Minero de España (IGME) preparaban esta visita cuando se dieron de bruces con algo inesperado: unas explotaciones de oro romanas, inéditas hasta el momento, en la margen izquierda del río Erjas, en el término municipal de Zarza la Mayor, en el noroeste cacereño. No se conoce la fecha exacta de las explotaciones, aunque podría situarse entre los siglos I y II.

La presencia de labores mineras en esta zona eran ya muy conocidas y están referenciadas en la bibliografía especializada, pero «este conjunto de labores que mostraremos durante el viaje es totalmente inédito y lo hemos descubierto precisamente durante la preparación de la excursión para mostrar lo que ya era conocido», indica Pedro Florido, investigador del IGME. «No se habían visto hasta el momento y están muy bien conservadas», señala. En el norte de Extremadura no se conocen hasta el momento labores similares. El Instituto Nacional ha hecho este descubrimiento pero ahora son otras las entidades que tendrán que encargarse de trabajar la zona pormenorizadamente y extraer los elementos que se consideren de interés.

El contexto geológico determina que existen infraestructuras de la red hidráulica, es decir, depósitos (que datarían de los períodos del Mioceno-Cuaternario), canales de evacuación y piscinas.

Murias

Todo ello conformaría un sistema a través del que nuestros antepasados separaban el agua del oro, que quedaba en la base de estos canales. «Se ven los movimientos de tierras que hicieron los romanos para sacar este preciado metal de los aluviones, que arrastraban con todo», manifiesta Alejandro Sánchez, director del proyecto de estudio del patrimonio minero de Extremadura, que se presentó en la tarde de ayer en el Ayuntamiento cauriense.

Otra de las peculiaridades de este enclave son las murias que se preservan en la explotación. Se trata de «espectaculares acumulaciones de cantos que los mineros tenían que retirar manualmente para no impedir el flujo de lodos», señala Pedro Florido.

El director del mencionado proyecto, en el que ha trabajado durante dos años, señala varias zonas de interés geológico en la región. Las antiguas explotaciones de fosfatos de Aldea Moret; mineralizaciones en Plasenzuela, con alto contenido en plata en las que el laboreo más intenso se dio a partir de la segunda mitad del siglo XIX hasta las primeras décadas del siglo XX; la minería del estaño y wolframio-W, en Almoharín, Cáceres o Aliseda son algunos ejemplos de localizaciones mineras en Extremadura. Resalta también la minería metálica de níquel de Agua Blanca, cerca de Monesterio, «de las únicas en España». «En Calzadilla existen restos arqueológicos; se encontró una pieza que ahora está en el museo de Cáceres», detalla Sánchez.

La Comunidad Autónoma tiene inventariadas 42 explotaciones de rocas y minerales, permaneciendo activas de arcilla, cuarzo y feldespato, mientras que entre las abandonadas destacan las de fosforita en Aldea Moret o Logrosán y el cuarzo rosa en Oliva de Plasencia. Las explotaciones de minerales energéticos suman ocho, todas ellas de uranio y abandonadas en la actualidad. También existe una cantidad ingente de canteras en actividad, la mayor parte de granito, distribuidas principalmente en los batolitos de Cabeza de Araya y Albalá. También las hay de pizarra.

Investigaciones

Alejandro Sánchez asegura echar de menos que investigadores extremeños de historia Antigua y Moderna tengan en cuenta el hecho minero. «Los siglos XIX y XX han sido muy importantes en este campo y lo que en otras regiones sí se contempla, aquí no se hace», apunta.

El experto indica que el patrimonio minero extremeño es «rico y variado» y su conservación ronda la media del resto de las Comunidades españolas. «Aquí el impulso minero es muy reciente, surgió en los 90», destaca. El problema es que se ha destruido mucho pese al «altísimo valor» que se le confiere. Las jornadas que se desarrollan desde ayer en Coria profundizarán también sobre la protección del patrimonio extremeño, sus consecuencias y la legislación vigente en esta materia.

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