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JAVIER GUTIÉRREZ ACTOR DE TITO ANDRÓNICO, ENCARNA A SATURNINO

«El teatro alimenta más el alma y el espíritu a un actor»

Popular por series como Los Serrano o Águila Roja, se destapa en Mérida con una magnífica interpretación

C. J. VINAGRE

Sábado, 11 de julio 2009, 11:37

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Es otro de los rostros de Animalario pero su brillante evolución en los últimos años está consiguiendo recibir los aplausos de los espectadores y la crítica y un reconocimiento concreto con el Premio Max por Argelino, servidor de dos amos. Más conocido por sus trabajos en el cine y la televisión aunque el teatro es su debilidad, el gallego Javier Gutiérrez culmina una de sus mejores interpretaciones en el papel de Saturnino dentro del espectáculo Tito Andrónico, función que acaba mañana en el Teatro Romano de Mérida.

-La imagen que tiene el gran público sobre usted es la de un cómico. Ahora se mete en una tragedia. ¿Qué tal?

-Sí. Es una suerte como actor poder trabajar en el teatro y salir del registro que hace que a uno lo tengan encasillado. Por otro lado, estoy agradecido y encantando porque cuando uno trabaja ya sea cine, televisión y le va bien las cosas, tiene que estar agradecido. El público te conoce por un papel, un registro y estoy tiene su efecto porque cuando ven que eso funciona te llaman. El teatro me permite salir de ese encasillamiento y hacer otros trabajos que alimenten más el alma y el espíritu. La televisión otorga la popularidad y alguna que otra vez, aunque no siempre, le deja satisfecho como profesional. El teatro, en ese sentido, no suele defraudar. Cuando uno se embarca en una película sabes que son tres meses de trabajo y puede salir mejor o peor, pero en el teatro es mucho más complicado y, en mi caso, me pienso mucho decir sí a un papel. Los ensayos son muy duros, más el estreno y la gira correspondiente. Y, en el plano personal, eso te hace convivir con una compañía, con personas, y si te llevas mal con alguno eso es un horror.

-¿El teatro le aporta más desde el punto de vista profesional?

-Yo creo que sí pero no haría distinción entre un actor de teatro o uno de televisión o cine. Un actor se sirve a través del cine, la televisión o el teatro para contar unas historias que puede ser igual de interesantes o de fructíferas las desarrolladas en cualquier medio. Ahora bien, yo como actor en el teatro me siento más dueño del proceso y me ofrecen textos más interesantes y personajes más interesantes y uno disfruta más en el teatro como actor. Por lo menos, en mi caso.

-¿El papel de Saturnino en Tito Andrónico le aporta esa satisfacción?

-Yo tengo el privilegio de trabajar con la compañía Animalario desde hace muchos años. Por tanto sé que cualquier papel que me ofrezca Andrés Lima (su director) va a ser, más allá de que uno se pueda lucir más o menos, para aportar algo y hacerme crecer personal y profesionalmente. Y eso no pasa siempre en el cine o la televisión. Cada vez que trabajo con Animalario uno siempre viene con muchas ganas y dispuesto a darlo todo porque sabes que lo que vas a recibir es mucho más grande de lo que vas a aportar.

-¿Hasta qué punto Tito Andrónico ofrece una violencia, entiéndame, comedida, que no es gratuita?

-La violencia está en el texto. Y es una violencia explícita porque se habla de asesinatos, violaciones, mutilaciones y desde el minuto uno hasta el final aquí muere hasta el apuntador. Pero eso no quiere decir que nosotros nos sumemos a aportar más violencia a la que ya hay. Tratamos de hacer lo que está escrito y hacerlo desde la visión más poética posible. Para qué añadir más sangre, para qué echar más leña al fuego. Si el espectador lo entiende se agradece mucho que no se aporte más sangre a la sangre derramada en el propio texto.

-Lo digo porque a la sociedad de ahora, al menos, a parte de ella, le apetece mucho al amarillismo con estas cosas, le gusta la carnaza.

-Algunos han dicho que William Shakesperare es precursor de las películas de Tarantino. Es que Tarantino se le queda pequeño, es su alumno. Lo que escribe Shakespeare es muy tremendo, es el horror y no deja de ser tan tremendo como lo que nos encontramos hoy en día leyendo el periódico o viendo la televisión. Violencia y corrupción están a la orden del día y por eso impresiona más un texto tan clarificador como el Tito Andrónico de Shakespeare escrito a finales del siglo XVI.

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