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Bernabé Galindo comenzó en un local de 10 metros cuadrados. Ahora posee una gran nave en El Nevero. / CASIMIRO MORENO
«Sólo hay una manera de sobrevivir: echar imaginación y horas de trabajo»
BERNABÉ GALINDO PRIETO PROPIETARIO DE GALIFARMA

«Sólo hay una manera de sobrevivir: echar imaginación y horas de trabajo»

Camarero a los 12 años, peluquero a los 19 y comercial a los 20, Galindo equipa las farmacias de media España Su marca para bebés compite con las multinacionales

EVARISTO FERNÁNDEZ DE VEGA

Lunes, 29 de junio 2009, 03:00

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Menos estudiar una carrera, Bernabé Galindo ha hecho casi de todo. Con 12 años comenzó a trabajar como camarero en el bar de su padre; con 19 se sacó el título de peluquero de señoras; a los 20 lo contrataron como comercial; con 21 se hizo representante de 'Dodot', y a los 32 fundó su empresa. Un cuarto de siglo después, su gama de productos infantiles comienza a abrirse hueco en las farmacias de toda España. «Para competir con las grandes multinacionales hay que ponerse a su altura. Una empresa como la nuestra es más dinámica, tiene más capacidad de adaptación... Aquí no tengo jefe de producción ni jefes de esto y de lo otro, somos mis hijos y yo», afirma desde su nave de El Nevero.

-Su vida está llena de episodios. ¿Dónde aprendió lo que hoy sabe?

-Yo comencé a trabajar con mi padre en el bar Galindo, que estaba en Pardaleras. Sólo tenía 12 años y allí descubrí lo duro que es un trabajo así. Empezábamos a las 8 de la mañana y no cerrábamos hasta la 1 de la madrugada.

-Vamos, que el bar no le iba.

-Después de la mili no volví. Me hice peluquero de señoras con título, pero no me veía en esa profesión de artista y lo dejé para ser comercial de 'Kanfort América', la marca del betún de zapatos.

-Dicen quienes le conocen que sus productos se vendían solos...

-Llevaba un año en Kanfort cuando me fichó 'Arbora Internacional', que lleva 'Ausonia' y 'Dodot'. Ahí aprendí mucho y cuando tenía 32 años, con 4 hijos en casa, me instalé por mi cuenta. Primero como representante y luego dedicado a la compra-venta de artículos relacionados con el equipamiento farmacéutico.

-¿Le resultó fácil comenzar?

-Empecé en un local de 10 metros cuadrados y justo en los inicios logramos instalar la práctica totalidad de las básculas electrónicas que hay en las farmacias de Andalucía occidental y Extremadura. Ahora es distinto, la semana pasada hemos vendido a una farmacia sevillana un robot colocador-expendedor de medicamentos con tres brazos que cuesta 200.000 euros.

-Eso ya son palabras mayores...

-En la última etapa hemos comenzado a desarrollar un catálogo de productos propios. Ahora tengo la ayuda de mis hijos y nos encargamos del diseño, la logística, la búsqueda de proveedores...

-¿Cuáles son sus marcas?

-Estamos muy orgullosos de los productos de la familia 'Picu', que está dirigida a los niños. Tiene productos de higiene, perfumes infantiles, gafas de sol, bronceadores... También tenemos gafas de sol, gafas para la vista cansada...

-¿Qué es lo más innovador?

-Una de las cosas más curiosas que hemos desarrollado es la piedra pómez con jabón. Resulta más blanda que la piedra pómez de toda la vida y está siendo un éxito rotundo a nivel nacional.

-¿Dónde está la mayor dificultad?

-Lo fundamental es tener la idea, pero luego hay que buscar el fabricante, diseñar la caja, encontrar quien te la haga y encargar palés del producto.

-¿Afecta la crisis a una empresa como la suya?

-Nosotros hemos pasado por tres crisis importantes y sólo hay una forma de sobrevivir: echarle imaginación y, sobre todo, horas de trabajo. Yo tengo 20 personas trabajando, el 60% mujeres, y somos conscientes de que en estos tiempos hay que ganar menos y trabajar más, aunque tenemos la suerte de trabajar en un sector que sufre menos la crisis. La gente ahorra en otras cosas, pero no en farmacia, nadie arriesga la salud de los suyos.

-¿Algún consejo para sobrevivir?

-Una de las claves empresariales está en diversificar el negocio, y también es importante no depender exclusivamente de los bancos, porque si no renuevan los créditos te puedes caer.

-¿Por qué en Extremadura no hay grandes empresas?

-En mis viajes por toda España he comprobado que muchísimos directivos importantes son extremeños, lo que sucede es que aquí no han tenido oportunidades. Por eso admiro a Alfonso Gallardo y a Ricardo Leal, harían falta tres o cuatro empresarios más como ellos.

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