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El investigador Miguel Ángel Rodríguez. / R. C.
«En Extremadura hubo secuestros infantiles durante el Franquismo»
MIGUEL ÁNGEL RODRÍGUEZ INVESTIGADOR DEL INSTITUTO DE DERECHO PENAL INTERNACIONAL

«En Extremadura hubo secuestros infantiles durante el Franquismo»

El jurista, especialista en crímenes contra la humanidad, colaborará con los investigadores de la Memoria de la región para abordar esta investigación

CELIA HERRERA

Lunes, 15 de junio 2009, 10:31

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El dedo en la llaga. Miguel Ángel Rodríguez Arias, cuatro veces premio de investigación en certámenes jurídicos por trabajos en materia de crímenes internacionales contra la humanidad, ha puesto el dedo en una herida no cerrada en España, tan dolorosa que ha sido ignorada hasta ahora: los Niños Perdidos españoles, los «desaparecidos en vida», hijos de presas republicanas arrebatados a sus madres, y también secuestrados en Francia y otros países para su «reintegración a la patria» en los años 50.

De ellos habla en su libro 'El Caso de los Niños Perdidos del Franquismo: Crimen contra la Humanidad'. Algunas investigaciones hablan de de 30.000 casos en España. En Extremadura se desconoce la cifra porque es un tema que no ha sido abordado aún.

- ¿Hay Niños Perdidos en Extremadura? Hay muchas familias que buscan a desaparecidos, pero nadie ha hablado hasta ahora de secuestros infantiles en la región.

-Extremadura es la segunda región, en números absolutos, en número de desaparecidos, y la represión en esta zona fue salvaje. ¿Cómo no va a haber Niños Perdidos en Extremadura, y sí en el resto de España? Obviamente que los hay. El caso de la toma de Badajoz, por ejemplo, cuando lo cuento fuera de España, no se lo creen. A nivel nacional tampoco se ha hablado apenas del asunto, y eso que la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa ya hizo una condena expresa en 2006 al franquismo y reconoció a nivel internacional la existencia de Niños Perdidos en España. Pero ni las autoridades de entonces ni las de después hicieron algo para investigar el asunto, y eso que están considerados crímenes contra la humanidad, que rayan el genocidio. Es un tema que no saben cómo abordarlo, por lo que ni lo tratan en la Ley de la Memoria Histórica. Pero no se puede reaccionar ante un problema tan grande tapándose los ojos, como los niños chicos.

-Ante la falta de datos y de información exhaustiva sobre el tema ¿Cómo aborda entonces esta investigación?

- En mi estudio lo que hago es la argumentación jurídica para la apertura del caso. Primero, demuestro que existe el caso basándome en la propia condena que hace el Consejo de Europa; no necesito que sean 800 o 1.200, porque lo importante es si ha habido sistematicidad o no desde el aparato de poder del Estado. En los casos de los que sí existen indicios, analizo si existen elementos jurídicos suficientes para articular el caso considerándolos como crímenes contra la humanidad, y si concurren los elementos para que se le aplique el Convenio de Desapariciones Forzadas de Naciones Unidas. Se les puede aplicar la jurisprudencia de Nuremberg y las obligaciones previstas en la Convención de la Haya.

-¿De cuántos niños secuestrados podríamos estar hablando en España y en Extremadura?

- Yo no hablo de números concretos. Lo haré según lo que resulte de la investigación oficial efectiva e independiente que tienen que hacer las autoridades. Habría que reformar la actual Ley de la Memoria donde dice que se delega en los familiares la búsqueda, y crear una Comisión Nacional de Búsqueda de Desaparecidos, por ejemplo, y establecer mecanismos de coordinación necesarios con la Fiscalía, los cuerpos policiales, y las asociaciones de la Memoria. Lo que no puede ser es que la responsabilidad recaiga ahora sobre las familias, que no tienen ni los recursos, los conocimientos, la experiencia, ni los medios.

-Según los casos que se conocen ¿cómo se realizaba ese secuestro sistemático de niños?

- Las vías de desaparición forzada de niños eran principalmente tres, de las que seguramente en Extremadura se utilizaron dos. Por la primera, se arrebataban los niños a las madres que estaban en las cárceles. Después de la Guerra, muchas mujeres fueron encarceladas sin ningún cargo acusatorio, sólo por su relación familiar con republicanos o personas señaladas. Algunas tenían niños o estaban embarazadas, y a otras se las viola, y las quedan embarazadas en la cárcel o en dependencias policiales. Éste es otro tema que denuncia el Consejo de Europa, la violencia contra las mujeres. La Ley de la Memoria no sólo se olvida de los niños, sino que también se olvida de las mujeres, no tiene una sóla palabra para ellas. La segunda vía era reclamar la devolución de los niños republicanos que se enviaron a las colonias de Francia o Inglaterra, para lo que se organizan operaciones de secuestro en otros países. Es la caza del niño rojo, de la que no saben cifras, pero que ha sido demostrada gracias a la recuperación de un informe interno del Servicio Exterior de Falange, de noviembre de 1949, en el que se habla de la repatriación, si no es por unos medios por otros, en ese lenguaje ambiguo con el que hablaba el Régimen, de los niños a los que los países de acogida no querían devolver por ser España una dictadura.

-En Extremadura esta vía de secuestro debió ser poco común, ¿no? porque la región fue tomada tan rápido que apenas dio tiempo de organizar el envío de niños de familias republicanas al extranjero.

- Sí, lo de Extremadura fue un desastre porque al principio no había ni ejército republicano, y para cuando se organiza, ya es demasiado tarde para la región. Seguramente se utilizó más la primera vía y la tercera vía, que se inicia ya acabada la guerra, durante los años 40 y 50, o sea, mientras dura el movimiento Maqui. Ésta consiste en apresar a los niños de las familias maquis. En los casos conocidos, como de Emilia Girón, la mujer va al hospital a parir, se llevan al niño con la excusa de bautizarle, y ya nunca se lo devuelven tras decirle que el pequeño ha muerto, y lo han enterrado. Es uno de los casos que se presentó ante la Audiencia Nacional. Antes sólo se hablaba de esto como un asunto histórico, pero lo que yo argumento es que esto es algo más, porque ha ocurrido tras la entrada en vigor de la Convención de la Haya. Debe enjuiciare igual que las desapariciones del nazismo, y cabe aplicar el Estatuto de Londres, que sirve para los crímenes cometidos a partir de enero del 33.

-Siendo el asunto tan grave, en Extremadura no se han denunciado apenas casos, y de los que se tienen noticias, tampoco se han investigado ¿por qué cree que es un tema del que apenas se habla?

-Partimos de la base de que lo que nos falta es una investigación oficial, efectiva e independiente. La primera obligación que marca el Tribunal Europeo de Derechos Humanos es que es el Estado el que debe iniciar una investigación en cuanto se tiene noticia de un caso de estos. Pero aquí estamos al revés. Los pocos casos que se conocen es porque algunas personas, incluso en contra de la opinión de su entorno familiar, han decidido dar un paso adelante con muy poco apoyo, y escasa comprensión. Es normal la oposición de las familias, que prefieren dejar las cosas como están, porque la desaparición forzada es algo muy doloroso, que está diseñada para paralizar a la población. Hace 30 años teníamos que haber actuado con los 150.000 desaparecidos que hay en España. En uno de mis últimos trabajos demuestro que la Ley de la Memoria no solo es mala, sino que viola varios derechos humanos del Convenio Europeo. Ahora estoy cerrando otra sobre la prolongada ausencia de una investigación oficial en el caso de los desaparecidos del franquismo como violación del derecho a la vida familiar y trato inhumano de sus familiares.

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