Un ordenador con alas

Versátil, cómodo, económico y seguro, el Airbus A-330 'asesinó' al Boeing 767 en la década de los 90 y se convirtió en una de las piezas clave que le permitieron al fabricante europeo superar en ventas a su contrincante estadounidense. Este bimotor estilizado es capaz de transportar a 293 personas a 12.500 kilómetros de distancia, lo cual lo convierte en el aparato ideal para cruzar 'el charco'. Permite a las aerolíneas añadir más vuelos en rutas populares frente al exceso de capacidad que supondría utilizar aeronaves de mayor tamaño, como el Boeing 747 'Jumbo' o el recién nacido hermano gigante, el A-380.

En la actual coyuntura de crisis, además, el Airbus A-330 es ideal para hacer frente a la caída en el número de pasajeros. Sin embargo, las aerolíneas comienzan a considerar obsoleto este modelo, razón por la que la empresa con sede en Toulouse está diseñando ya su sustituto, el A-350, que se verá las caras con el Boeing 787, anunciado como un gigantesco avance en el campo de la aviación comercial.

En cualquier caso, hasta ayer, el expediente de seguridad del A-330 era intachable. Este avión, el primero diseñado íntegramente por ordenador, sólo había sufrido un accidente con víctimas mortales, que se produjo en 1994 durante una prueba de vuelo en la que el piloto apagó deliberadamente uno de los motores durante la operación de despegue, la más crítica de cualquier vuelo. Para hacer la maniobra más complicada, además, se estaba simulando una pérdida del centro de gravedad de la carga. El Airbus se estrelló y los siete tripulantes murieron.

Sin motor

No obstante, el A-330 ha protagonizado alguna de las hazañas aéreas más espectaculares. El 24 de agosto de 2001, un aparato de la versión 200, idéntico al que ayer se estrelló, consiguió volar durante 18 minutos y aterrizar con daños menores sin ningún motor operativo. También cruzaba el Atlántico, de Toronto a Lisboa, y a unos 200 kilómetros del aeropuerto más cercano tuvo un problema que inutilizó el motor izquierdo. En el inicio de la operación de aterrizaje se apagó también el derecho y, aun así, nadie resultó herido. Para las aerolíneas, el uso del A-330 supone un ahorro importante en personal, sobre todo si utilizan otros aviones de la familia del Airbus A-320 que suman ya un millar en todo el mundo. El fabricante europeo revolucionó la industria al introducir una cabina y procedimientos estándares para todos sus modelos, de forma que un piloto que pueda dirigir el hermano pequeño de la familia, el A-318, también puede hacerse cargo del mayor, el A-340, y, por supuesto, del A-330.

Sin embargo, hay pilotos que critican el papel que juega el ordenador en las aeronaves de Airbus. Lo controla absolutamente todo. «Es una filosofía completamente diferente a la de Boeing, que otorga más autonomía y control al piloto», explica el instructor de vuelo Egoitz Elorz. «En un Airbus el ordenador puede impedir que el piloto tome decisiones en situaciones críticas si considera que pueden poner en peligro el avión, pero a veces eso puede tener el efecto contrario». Eso llevó a que un Airbus A-320 resultara gravemente dañado en un aterrizaje en Bilbao, ya que, por un error de cálculo, no permitió al piloto realizar una operación brusca para evitar el choque contra el suelo. «Pero luego estos problemas se tienen en cuenta a la hora de actualizar el software», asegura Elorz. Y no hay que olvidar que la mayoría de accidentes son debidos a fallos humanos.