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¿Qué ha pasado hoy, 28 de marzo, en Extremadura?
Jairo Miguel en su debut./L CORDERO
Jairo Miguel llena de luces su debut en Cáceres
TOROS

Jairo Miguel llena de luces su debut en Cáceres

Jairo Miguel se había propuesto que la próxima vez que entrara en la Plaza de Toros de Cáceres lo haría vestido de luces y el sueño lo cumplió ayer tras una jornada en la que paseó por el parque del Príncipe y comió en un restaurante con su cuadrilla

J. J. GONZÁLEZ

Domingo, 31 de mayo 2009, 22:47

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Le dio un abrazo a su madre y se fue al hotel para vestirse de torero. «Ya mamá, ya», le decía a Celia Rosa cuando ésta se afanaba en transmitirle calma, seguridad y le pedía que estuviera tranquilo, tranquillo, muy tranquilo. Eran las 3 de la tarde de ayer y Jairo Miguel acababa de comer con su cuadrilla en el restaurante Venecia. Sólo tomo un plato de espaguetis y una coca-cola. Acto seguido se dirigió al Hotel Extremadura, donde su mozo de espada, Antonio Doncel, le vistió de luces tras un tiempo de relajación y espera. Le aguardaban cinco mil personas en el Coso de la Era de los Mártires, la Plaza de Toros de su cuidad natal, Cáceres. Una de sus citas taurinas más importantes, quizá la más importante y transcendental de su carrera.

Momentos antes del íntimo ceremonial de vestirse de torero, que quiso reservarlo de miradas ajenas para serenar los nervios y garantizar esa tranquilidad que quería preservarle a toda costa su madre, Jairo Miguel resaltaba a este periódico lo transcendental del momento que le esperaba. «Son muchos nervios y estoy ya deseando que salga el toro y tengo mucha fe», explicaba y manifestaba su deseo de que el toro embistiera y diera juego para poder cumplir su sueño de triunfar en la plaza de Cáceres ya que se trataba, además, de su presentación en España. Miles de ojos estarían observándole, escudriñando cada movimiento y lance para examinarle como matador. Miles de ojos de sus paisanos, de espectadores y de la gente del mundo taurino que ha esperado este momento para comprobar lo que tiene que decir Jairo Miguel en el arte del toreo tras dos años de su andadura mexicana, primero como novillero y después como matador, tras su alternativa en Aguascalientes en mayo de 2007.

El año pasado estuvo en Cáceres descansando y coincidió con la feria de mayo. Entonces dijo que sólo volvería a entrar en la plaza de toros de su ciudad vestido de luces. Y así ha sido. «Ese deseo se ha hecho realidad y estoy muy contento, es uno de los momentos más importante de mi carrera. Ahora tengo que echarle suerte y cabeza y lo que todo el mundo sabe».

El niño torero se hizo ayer adulto para todos los que pudieron verle, pero la noche anterior la había pasado entretenido con lo que hacen todos los niños: jugar a la play. Para eso, para que estuviera relajado y tranquilo y separado de su padre de y de su madre, Jairo durmió ya en el Hotel Extremadura, acompañado de su banderillero de confianza, Vallito. Con él estuvo a la mañana siguiente en el parque del Príncipe, para pasear e intentar calmar los nervios que le atenazaban desde hace varios días a causa de la transcendental cita del sábado. La expectación en la ciudad era grande y Jairo pasea ya figura de torero y de famoso. No en vano han sido muchas sus apariciones televisivas en programas incluso del corazón. En el restaurante Venecia, los clientes se asomaban al salón donde comía con su cuadrilla y murmuraban: «es Jairo, el torero».

Con sólo 16 años recién cumplidos, su carrera taurina es prolongada. De hecho, ocupa la mitad de su vida ya que todo comenzó una tarde del 8 de octubre de 2002 en Alcuéscar, donde con tan sólo ocho añitos mató a su primer novillo en un festejo. Después, con 12 años se marchó a México para abrirse camino en un mundo que le estaba vetado en España a causa de su edad. Su primera entrevista como niño torero se publica en HOY el 1 de febrero de 2006. Después, la dramática cogida del 15 de abril de 2007 le llevó a las portadas de todos los medios de comunicación del mundo.

Cuentan sus padres que un día Jairo, de niño, entró en el salón de casa vestido con la chaquetilla del traje de luces de su padre, el ex matador Sánchez Cáceres. Las mangas le llegaban al suelo. Ayer, Jairo entró vestido de torero en la Plaza de Cáceres. Y triunfó.

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