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La fachada del Colegio Notarial de Extremadura, situada en la calle Camberos y a sólo unos pasos de la Plaza de Santiago, está llena de pintadas. / MARISA NÚNEZ
El deterioro de la Plaza de Santiago suscita las quejas de los vecinos
CÁCERES

El deterioro de la Plaza de Santiago suscita las quejas de los vecinos

Excrementos caninos, pintadas, baches y el botellón ilegal de los fines de semana motivan las denuncias de los residentes en la zona Los scouts Sant Yago inician una campaña para recuperar la plazuela

MARÍA JOSÉ TORREJÓN

Martes, 19 de mayo 2009, 11:19

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«Esta plaza está hecha una mierda, está dejada de la mano de Dios». Así de tajante es Pedro Llanos cuando se le pregunta por el estado de la Plazuela de Santiago. La opinión de este vecino es compartida por muchos residentes, que denuncian el deterioro acumulado por uno de los rincones más castizos del casco viejo. Están cansados de los excrementos caninos, de las pintadas, de los baches, de los coches mal estacionados y del botellón ilegal que cada fin de semana se instala en el parque que hay junto a la iglesia.

El grupo de scouts Sant Yago tiene su sede en Santiago. Y ellos también se han hartado de ver la plaza en el estado actual. Por eso, acaban de poner en marcha una campaña para la recuperación de este enclave. La propuesta consiste en enviar durante esta semana un correo electrónico masivo a la Comisión de Cultura del Ayuntamiento dirigido a la alcaldesa de Cáceres, Carmen Heras, con el siguiente texto: «Queremos informar de que la Plazuela de Santiago se halla en un estado lamentable de suciedad y deterioro, desde los grafitis aparecidos hace casi un año en la puerta, fachada trasera y crucero hasta el estado ruinoso del firme, que consideramos inapropiado para este rincón Patrimonio de la Humanidad. Los focos artísticos que alumbran la iglesia están robados o fundidos y las obras de rehabilitación de viviendas están dejando la plaza en un estado de abandono muy preocupante. Rogamos que algún responsable tome cartas en el asunto y pueda devolver a este bello rincón su atractivo turístico, infantil y social».

Elena Comín, monitora del grupo scout, explica que la iniciativa consiste en reenviar el contenido del mensaje a amigos y conocidos para que la bandeja de entrada del correo electrónico del Ayuntamiento reciba una lluvia de 'e-mails' con idéntico texto. «La Plaza está cada vez peor. No la cuidan tanto como al resto de plazas de la Ciudad Monumental», subraya la monitora de Sant Yago.

A Guadalupe Martín la fachada de su supermercado le duró limpia 15 días. Los grafitis han vuelto al comercio de alimentación de Santiago y han echado por tierra el trabajo de los pintores profesionales. Suele pasar, lamentan con resignación los vecinos. Pero hay algo que irrita aún más a la tendera del barrio: los excrementos caninos a la puerta de su establecimiento. «Es vergonzoso», denuncia. Los residentes en Santiago detallan que son muchos los propietarios de perros que pasean a sus mascotas por la plaza sin molestarse en recoger las heces.

No es el caso de César Serrano, que ayer a mediodía sacó a su perro a dar una vuelta. Guardaba la bolsita negra para los excrementos en un bolsillo de su pantalón. «Santiago podría ser una de las mejores plazas de Cáceres», apunta.

Y, a continuación, enumera los motivos que hacen que, de momento, no lo sea. El contenedor instalado para echar los cascotes de la excavación del yacimiento arqueológico -posiblemente la romana Vía de la Plata- que el Ayuntamiento lleva a cabo a las puertas de la iglesia se ha convertido en un vertedero. «Deberían retirarlo durante los fines de semana», sugiere Serrano. La Plaza de Santiago es un lugar de visita obligada para todos los peregrinos que llegan a la ciudad.

«La circulación es penosa. Esto parece la ley de la selva», apunta María del Carmen Borges, la peluquera de Santiago. Coincide con César Serrano en señalar que abundan los vehículos mal estacionados en el recinto. Algunos, ilustra, aparcan a las puertas de la iglesia. En las ventanas de la casa de María del Carmen hay restos de cristales de botellas. Es la huella del botellón del fin de semana. En rique García, propietario del bar 'La Chicha', aclara que en su establecimiento no se despachan las bebidas que los jóvenes consumen en la calle. Y se queja de que en verano no puede montar la terraza junto al césped porque «huele mal por los excrementos de los perros».

Francis Domínguez abrió hace tres años su restaurante en la calle Camberos, a sólo unos pasos de Santiago. La ubicación, dice, le enamora. «Santiago es como el pueblo de Cáceres», subraya. Pero el propietario de Madruelo también padece los 'males' que arrastra el barrio. «No está muy bien controlada la zona de ocio de los jóvenes durante los fines de semana. Y a nosotros el botellón nos causa molestias: orines, ruidos y violencia contra el mobiliario urbano», concluye.

Los scouts no aguantan más. Por eso han puesto en marcha su campaña para recuperar Santiago.

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