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PUES DICEN...

La Virgen, el dragón y los pijos del XVI

J. R. ALONSO DE LA TORRE

Jueves, 23 de abril 2009, 11:06

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El martes bajó la Virgen. El miércoles bajó el dragón. Ha empezado la Feria del Libro. Ya está liada. Cáceres se vuelve a poner bonita. Desde esta semana hasta mediados de julio, lo nuestro será un sinvivir de citas, salidas, paseos, 'enreos'... Al llegar abril, no cambio Cáceres por ningún sitio. Miles de rosas florecen en la Avenida de la Hispanidad. El Parque del Rodeo al atardecer es un remedo de Berkeley con sus praderas verdes llenas de estudiantes tumbados a la sombra. Antonio Hurtado es la Quinta Avenida, pero sin la prisa: aquí te puedes parar, es más, te debes parar, es mucho más: si no te paras, te pararán. La semana que viene llegan Juan Madrid, Gutiérrez Caba, Fernando Delgado, Sánchez Adalid, Víctor Chamorro... Después, el arte: Foro Sur con sus señores canosos vestidos de negro, que siempre tienen su aquel. A la semana siguiente, el Womad y su inyección de eterna juventud: los de 50 podrán vestirse como los de 20 sin parecer patéticos. A continuación, el juego y la finura de la hípica, la locura y el vale todo de la feria... Y llega junio con el festival de teatro, que asienta el espíritu y saca brillo a la sensibilidad: pasas de bailar como un descosido en una caseta con cubanos de torso desnudo a permanecer quieto y callado dos horas en una grada ante un condenado por desconfiado. Este año, la fiesta ha empezado más tarde porque no ha habido Extremúsika, pero también acabará más tarde, mediado julio, porque al teatro clásico le sucederán el Festival del Oeste, con su rock descosido, y el Cáceres Evocado o así eran los pijos de Cáceres en el 1600. Ya es abril y de aquí no me mueve nadie.

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