«Nos subimos a un alto a dar voces»

«Ahora mismo mientras hablo con usted por el fijo, en el móvil tengo cobertura de TMN u Optimus». Dos operadores lusos que entran como un cañón en el domicilio de Rodrigo Nacarino, alcalde de Herrera de Alcántara, población de 300 habitantes 30 kilómetros al norte de Valencia de Alcántara. El caso de esta localidad es el mismo de decenas de poblaciones extremeñas próximas a la Raya, incluida la propia ciudad de Badajoz en cuyo hospital regional, el Infanta Cristina, pacientes desprevenidos que atienden las llamadas de sus hijos son víctimas inocentes del roaming, la conversación internacional por el móvil. En Herrera de Alcántara tienen la lección aprendida por la cuenta que les tiene. Escasa cobertura del operador español dominante, Movistar, que les obliga a veces a buscar un alto del pueblo para hablar por el móvil «dando voces como los pastores, ¿aquí tengo una raya de cobertura!», cuenta el alcalde. Lleva tiempo detrás de Movistar para mejorar la señal sin éxito, compañía que a su vez intenta firmar un acuerdo local con la lusa Optimus. Cerca, en la también lusa Malpica do Tejo, hay un repetidor de TMN que entra sin problemas en Herrera, y es algo que el alcalde no se explica, «cómo no le dejaron a Movistar poner una antena más alta, porque interfería a Portugal, y sin embargo ellos nos interfieren a nosotros». Obligados a seleccionar manualmente el operador, cuando ven en la pantalla un número desconocido no cogen la llamada, porque son 50 céntimos de establecimiento para cada uno en lugar de 15 sólo para el que llama. Javier Rubio, secretario regional de la Unión de Consumidores, piensa sobre todo en las personas mayores que no saben manejar los teléfonos y pagan facturas altas por el roaming en la Raya. El problema es que legalmente no se puede reclamar. «La cobertura no está regulada».