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¿Qué ha pasado hoy, 18 de abril, en Extremadura?
Imagen tomada por sus familiares a la pequeña Candela, con las heridas en el lóbulo izquierdo.|CEDIDA
Piden la retirada de unos pendientes que hirieron a una niña de 10 meses
REGIONAL

Piden la retirada de unos pendientes que hirieron a una niña de 10 meses

Tras la denuncia, Consumo ha mandado analizar una muestra en laboratorio

MANUEL-M. NÚÑEZ

Domingo, 12 de abril 2009, 12:15

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Fue un regalo de su madrina y a tenor de los llantos que vinieron después pareció que se tratase de la venganza de su peor enemigo. Las imágenes muestran a la pequeña Carlota, en febrero, con solo 10 meses, en un rictus de lágrimas y dolor, con el lóbulo de la oreja izquierda desgarrado y sin que haya consuelo posible ni para ella ni para sus familiares. Su abuela Conchita vivió la experiencia en primera persona. Ese día su nieta estaba con ella. Carlota se enganchó con la redecilla en el parque infantil y cada intento de despegarse de ella fue un corte, una herida más que le provocaban sus pendientes de estreno. Se trata del famoso osito de la prestigiosa firma Tous, por lo que a priori se da por sentado que el producto cumple con todas las normas y controles de calidad. Sin embargo, el caso ha sido denunciado ante la oficina de Consumo y la Junta de Extremadura ha abierto un expediente, además de enviar una muestra a un laboratorio oficial de Madrid. La familia afectada pide la retirada del producto del mercado. «Se venden como pendientes para bebé, la gente los adquiere con toda la confianza del mundo y te encuentras con casos como el de Carlota. La superficie del pendiente no es roma, sino que es cortante. En la oreja de una niña de esa edad eso es un peligro», se lamenta la abuela, Concha Montero, que avala su denuncia con un parte médico y más testimonios. «Conozco dos casos más, aunque no sé si han denunciado. Yo lo he hecho con un único fin: que a otras niñas no les ocurra lo mismo». Los pendientes siguen a la venta y su precio ronda los 100 euros. Parte médico «Se ha cortado en la oreja izquierda según refiere con unos pendientes al enganchárselos en el parque infantil». El parte médico, con fecha de 30 de enero, confirma la existencia de «heridas en el lóbulo», algo que no hace falta investigar demasiado si se echa un vistazo a las fotografías que la propia abuela hizo. «Quise dejar constancia de lo que pasaba. Por eso hemos denunciado en Consumo y también acudimos a Comisaría, aunque nos dijeron que ese no era el sitio indicado». La familia de Candela fue al Instituto de Consumo y presentó su denuncia el 9 de febrero. Adjuntó el parte médico que le facilitaron en Urgencias de la Clínica San Francisco y varias fotos como la que acompaña esta información. En su escrito, alude a la peligrosidad de los pendientes, y expresa su petición de «intentar que lo retiren del mercado y perfeccionen el modelo». Loida, otro caso «Al estar sin rematar su forma -dice la denuncia- (es bastante aristosa) cualquier enganchón produce cortes». Candela sufrió desgarros y cortes en la parte anterior y posterior. Incluso ahora, dos meses después, la niña conserva secuelas y en la oreja le han quedado marcadas las cicatrices. «Cualquiera que sea padre o abuelo se puede imaginar cómo lo pasé. Fue muy duro -recuerda la abuela-. Lo que no se entiende es que se pueda vender alegremente un producto así y no se valoren los daños que puede llegar a causar. Conozco otros dos casos en Cáceres, así que lo que ha ocurrido no es tan extraño». Loida Montero tiene 20 meses, y a los nueve vivió con los mismos pendientes una experiencia similar. Así lo cuenta su madre, Ruth, que reconoce que todo quedó «en un susto»: «Se enganchó con la red del parque infantil y tuvimos que cortarla. Si no hubiésemos estado allí, se hubiese producido un desgarro grande en la oreja». Al contrario que Ruth, que prefiere pasar página, Concha Montero se fue a Consumo a denunciar. No quiere que se les compense económicamente ni provocar daños a la firma. Su única pretensión es que se retire ese modelo del mercado, o en su defecto que se perfeccione. Tras su denuncia, el Instituto de Consumo levantó acta el pasado 20 de febrero. Dos meses «Se decide hacer una toma de muestras y el 27 de febrero se visita nuevamente el establecimiento pero no tiene existencias», señalan en Consumo. Desde el organismo dependiente de la Junta resaltan que la dueña de la tienda de Cáceres en la que se compraron «colabora en todo momento y pide tres unidades». El día 2 de marzo se realizó la toma de muestra y cuatro días más tarde se envió a Madrid, al laboratorio de Barajas. Aún se está analizando. Han pasado dos meses y la familia de Candela sigue a la espera de noticias. «Me dijeron que en tres días sabría algo, y nada. Me sorprende que se hayan tomado el caso de esta forma». Según sus propias comprobaciones, los pendientes se siguen vendiendo con total normalidad. En Tous restan dramatismo al asunto y subrayan que sus productos, incluidos los pendientes, cumplen todos los protocolos establecidos y normas de calidad. La empresa, en un correo electrónico, se fija en el sistema de seguridad que establece la propia tuerca del pendiente. Sin embargo, esas medidas de seguridad de la rosca, la abuela de Candela las pone en entredicho: el mecanismo no pudo evitar que la propia rosca se le incrustase en el lóbulo. La familia continúa esperando a que le digan algo. Candela, mientras, pasea su sonrisa por Cánovas, ajena a todo. Su madrina jamás pensó que los pendientes que le regaló pudieran llegar a borrarla.

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