El aumento en las listas de espera sanitarias obliga a un estudio urgente

Los años felices se acabaron. El idilio de la Junta de Extremadura con la disminución constante de las listas de espera se rompió definitivamente el año pasado como si todos los males se apuntaran a la crisis económica. El Parlamento regional tomó ayer cartas en el asunto y aprobó por unanimidad la realización de un estudio con medidas urgentes. El Gobierno extremeño se hizo cargo de la Sanidad en el 2002. Los primeros ejercicios fueron de acoplamiento pero en el 2005 se produjo un descenso brutal de las listas de espera y de ellas desaparecieron 16.829 nombres, uno de cada cinco. Tras otro año positivo, 2006, el 2007 dio un aviso con un incremento ligero y el pasado 2008 ha confirmado el problema. Un total de 65.667 personas aguardando una consulta, una prueba o una operación a fecha 31 de diciembre. Son 4.722 más que el año anterior lo que significa una elevación del 7,7 por ciento; desde el 2004 no se producía una variación tan negativa de un año para otro. Especialmente malo el dato de la demora para operarse ya que la cifra asciende a 14.019 pacientes, un 10 por ciento más. Hay que operar más El Partido Popular ha tirado del carro del remedio. Hace un mes presentó en la Asamblea de Extremadura una propuesta para que la Junta haga un plan de reducción de esperas sanitarias que haga posible cumplir la ley autonómica de plazos (60 para que te vea el especialista, 30 para la prueba diagnóstica y 180 días para operarse). Para su portavoz Teresa Angulo algunos datos son los peores desde la llegada de las competencias sanitarias, e incluso duda de que sean reales debido al 'maquillaje' con que los embellece el Servicio Extremeño de Salud (SES). El plan debería 'atacar' en especial las listas quirúrgicas porque eso reduciría las otras en opinión de Angulo. ¿Cómo?. Dejando de anular citas por motivos «organizativos» del centro; aumentando el número de operaciones tanto en hospitales concertados como públicos, y en cada uno de estos últimos redactar un programa para que haya más actividad en los quirófanos en verano, Semana Santa y Navidad, «en vez de cerrarlos»; un plan hecho con los sindicatos. Ante el incendio político que esta propuesta del PP presentada hace un mes provocaba por la evidencia de las cifras, la Junta y su grupo parlamentario socialista han echado mano de las mangueras parlamentarias apagafuegos. Como la mejor cuña es la de la misma madera, el grupo socialista presentó hace sólo diez días su propia propuesta, que se debatió ayer conjuntamente con la del PP. En ella deja el trabajo de atajar las demoras sanitarias en manos de un observatorio para al análisis y control del problema que hay creado dentro del SES, encargado de vigilar las cifras y proponer actuaciones. Rosario García (PSOE) trató en el pleno de darle la vuelta inútilmente a las cifras, apoyándose en que la espera media quirúrgica ha bajado. El SES cada vez ofrece más servicios, alegó también, para terminar admitiendo que «por primera vez» se ha producido un «pequeño ascenso de las listas». Guerra de guerrillas La popular Angulo sabía que con sus 27 diputados estaba perdida de antemano frente a los 38 del PSOE, por eso tuvo que plegarse a una posible unanimidad pero lo hizo con su propia estrategia, dando por derrotada su propuesta a la vez que enmendaba la del rival. Decía encontrarse ante una situación «surrealista». La consejera de Sanidad, María Jesús Mejuto, dijo días atrás que iba a potenciar el observatorio del SES y ahora venían sus compañeros de partido instándole a hacerlo «como si no se lo creyeran», atacaba Angulo, y además el contenido de la propuesta del PSOE se reducía a pedir a ese observatorio que haga lo que en teoría ya hace: vigilar y enderezar las listas de espera. La maniobra de Angulo fue enmendar al PSOE para poner la coletilla de que debe haber un plan en dos meses y con presupuesto; la contramaniobra del PSOE fue enmendar la enmienda alargando el plazo a seis meses pero quitándole la obligación de traer un presupuesto. La buena voluntad del PP, a la vez que su escasa artillería en votos, quedaron fuera de duda. Angulo aceptó que le enmendaran su enmienda en aras a «colaborar a una solución» y a que el observatorio «por fin haga algo», La única propuesta viable, la del PSOE, salió con los 59 votos a favor.