40.000 mascarillas para protegerse del polen

Para grandes males, grandes remedios. Los alérgicos extremeños se quitan la vergüenza y ya se ponen la mascarilla cuando el polen les complica la vida. El año pasado, a pesar de que no fue una primavera especialmente mala para los alérgicos al polen, se vendieron 40.000 mascarillas en las farmacias extremeñas, la mayoría entre los meses de marzo y mayo por lo que su uso era «alérgico», según datos del Colegio Oficial Farmacéutico de Extremadura. La mitad de las vendidas eran de las que disponían de un sistema de filtro del aire, más efectivas para evitar el contacto con el polen, pero que pueden taponarse; y la otra mitad de las solicitadas fueron del modelo más básico, sin sistema de filtrado, pero más económicas. Aunque aún no ha empezado oficialmente la primavera, esta estación llega antes a las farmacias y a las consultas de Alergología, como saben farmacéuticos y médicos especialistas. Cecilio Venegas, presidente del Colegio Farmacéutico de Extremadura, destacó ayer la anécdota de que las dos primeras personas que entraron ayer por la mañana en una de las farmacias de Olivenza, donde se encontraban para poner en marcha de forma oficial el sistema de la receta electrónica, solicitaron información sobre lo que podían tomar para los síntomas de la alergia. «Los alérgicos no se automedican más que otros, pero sí acuden mucho a la farmacia en busca de consejo para paliar el picor o el lacrimeo, aunque luego acudan al médico», comenta. La novedad La principal novedad este año en el tratamiento de las alergias es la venta de la primera vacuna oral que se dispensa concretamente para los alérgicos a las gramíneas. Comenzó a a comercializarse recientemente y aún no se tienen datos de su venta en Extremadura. Sin receta cuesta 106 euros, y con receta, 42, pero necesita además autorización de la Inspección.