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sociedad

Por la cara

Un estudio de 'Science' demuestra que los adultos no votan a los políticos por sus programas, si no por su apariencia física

N. RAMÍREZ DE CASTRO

Viernes, 27 de febrero 2009, 10:23

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QUIENES se dedican a 'fabricar' líderes políticos y diseñar campañas electorales saben que lo que moviliza a los votantes es el pensamiento inconsciente. Votar no es un acto racional, planteado para responder a unos intereses objetivos, sino algo más emocional en el que influyen mensajes machacantes y cuestiones tan banales como el aspecto físico o la indumentaria del político. Esta idea, presente en el manual del buen candidato, ha quedado reforzada con una investigación que hoy publica la revista científica 'Science'. El voto está más determinado por un juicio rápido a partir de la imagen que por los mensajes lanzados durante la campaña, reza el trabajo científico. El voto, lejos de obedecer a una decisión reposada, se convierte en un acto simple casi infantil, asegura el investigador John Antonakis. Este profesor del comportamiento de la Universidad de Lausana (Suiza) basa sus conclusiones en un curioso experimento en el que participaron tanto adultos como niños. Un rostro atractivo fue más decisivo que el mensaje. Los científicos utilizaron fotos de dos políticos franceses, candidatos en las últimas elecciones en el país galo. Una de ellas pertenecía al vencedor y la otra al segundo en votos. Las dos imágenes se mostraron a adultos suizos que no conocían a los candidatos franceses ni sabían nada del proceso electoral. Cuando se pidió a los participantes que evaluaran las cualidades de los dos candidatos basándose sólo en las fotos, la mayoría de los voluntarios seleccionó al ganador. Juego de niños Los investigadores después repitieron el experimento con un grupo de niños. En este caso, no se les propuso que eligieran al mejor candidato para gobernarles, se les propuso un juego: pensar en quién sería el mejor capitán para gobernar un barco. Al elegir a su líder, al capitán que les llevaría a buen puerto, las decisiones de los pequeños no se diferenciaron nada de las de los adultos. La mayoría eligió al candidato vencedor. Aunque el estudio no deja claro qué rasgos faciales serían indicativos de competencia o liderazgo, para el profesor Antonakis no hay duda de que se clasifica a las personas por lo que sean capaces de transmitir con su rostro. Estos descubrimientos sugieren que los adultos están utilizando el mismo tipo de esquema de inferencia facial que los niños usan cuando deducen la competencia de los líderes. La investigación confirma lo que publicistas y asesores hacen valer cuando defienden la importancia de su trabajo: cuenta más la imagen de las cosas y de las personas que las cosas en sí mismas. O, como dicen los americanos, lo que importa es el 'packaging'. El mismo regalo bien presentado y envuelto con un lazo resulta más bonito con independencia de lo que haya en su interior. «En política es igual, debemos crear la imagen más atractiva de un líder», apunta Daniel Ureña, director de MAS Consulting España, una empresa que ofrece sus servicios de asesoramiento y formación a gobiernos y líderes políticos de todo el mundo. Ureña reconoce que es muy difícil saber los motivos que nos inducen a inclinarnos por uno u otra persona. Unos lo hacen porque el candidato les parece más inteligente, otros por su ingenio o por su atractivo, los hay también que se dejan llevar por su simpatía... «La mayoría son razones que no son muy racionales. Obedecen a criterios más emocionales, como sugiere el estudio». Con esos mimbres se diseña una campaña electoral. Se juega con las emociones que despierten los líderes y también con mensajes que pudieran resultar infantiles. Los expertos en comunicación insisten a los candidatos en que deben hablar como si lo hicieran para niños de 10 años. Deben identificar a su público y lanzar mensajes simples, directos y machacones.

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