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Jaume Funes, psicólogo pedagogo catalán estuvo en Badajoz. / JOSÉ VICENTE ARNELAS
«El 'jarabe de palo' es el peor de los métodos para educar»
JAUME FUNES PEDAGOGO Y PSICÓLOGO

«El 'jarabe de palo' es el peor de los métodos para educar»

«El enfrentamiento generacional no es hoy el único problema que se plantea con los adolescentes, son muchos y muy complejos»

JULIÁN LEAL

Lunes, 23 de febrero 2009, 09:36

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julián leal badajoz La educación de los adolescentes sigue siendo una de las grandes asignaturas que los adultos tienen pendientes de aprobar. Nunca ha sido sencillo formar a los chicos en esa conflictiva etapa de la vida, pero ahora, «en una sociedad cambiante y compleja como la actual lo es mucho más», asegura Jaume Funes, psicólogo y pedagogo, gran conocedor del contradictorio mundo juvenil que observa atentamente desde hace años. Este profesor de la Universidad Ramón Llul de Barcelona ofreció días atrás una conferencia en Badajoz en la que desveló algunas claves para amortiguar los choques generaciones. -La educación de los adolescentes parece constituir un verdadero conflicto hoy ¿A qué se debe? -En una sociedad cambiante y compleja como la actual es lógico que la educación de los jóvenes sea ahora ciertamente complicada. Hoy no es el enfrentamiento generacional el principal factor del desencuentro, sino que son varios y diversos los que se combinan. Para empezar, los intereses generales han cambiado y el sistema productivo ya no requiere una pronta incorporación al sistema productivo como antes. Ahora la adolescencia se prolonga mucho más tiempo y la sociedad no sabe qué hacer con ellos, cómo encauzarlos. -¿Se reproducen aquí y ahora los problemas que planteaban algunas películas americanas de los años 60 como 'Rebelde sin causa'? -Una parte de aquellos problemas de los 'teenagers' americanos se ven aquí reflejados, pero sólo algunos. A diferencia de aquella época, la adolescencia se plantea ahora como una segunda etapa educativa, no se pasa de la infancia a la juventud, sino que entre estas dos etapas surgen estos años complejos y además en una sociedad muy cambiante. La difícil etapa -¿Tal difícil es encontrar las claves para encauzar los problemas educativos en esta etapa? -Todo puede obedecer en que se ha pasado de una situación muy cómoda en la que no se daba esa difícil etapa intermedia. O eras menor o eras adulto. La adolescencia rompe este esquema. A un chaval de 15 años no le puedes pedir responsabilidades penales por sus actos, porque no es un adulto, aunque tampoco es un niño. La cuestión está en cómo enseñamos a los adolescentes a ser responsables. En mi opinión es aquí donde radica el problema, porque o los protegemos o les aplicamos un mal código penal adulto con imputación de responsabilidad legal. Lo ideal sería hacerle razonar y comprender las consecuencias que tienen sus actos para todo lo que le rodea y quienes le rodean. -¿El diálogo es la única vía para llegar a un entendimiento? -Naturalmente. Es comprensible que los padres sientan angustias por el temor que sus hijos tomen un camino equivocado. Pero lo que no se puede hacer es poner un vigilante detrás de nuestros hijos, de prohibirles que experimenten y encerrarlos en una campana de vidrio. Lo adecuado sería enseñarles a gestionar sus propios riesgos, a educarles para que poco a poco puedan desenvolverse en ese mundo complejo en el que deben vivir. El 'jarabe de palo' no es el mejor método para formarles. Lo que necesitan los hijos es que se les estimulen sus capacidades para pensar, tener adultos cercanos que les ayuden a aprender de su experimentación, facilitarles valores en que apoyarse. -Sin embargo, los adolescentes no muestran demasiada disposición al acercamiento con los mayores -Tal vez porque no confían demasiado en los adultos al no encontrar en ellos respuestas a sus problemas. Esto puede explicar que busquen refugio en otros mundos donde son objeto de muchas influencias. No hay que olvidar que el 80% ó 90% de los chicos tienen sus propios espacios virtuales, sus blogs, facebook, tuenti..., se encuentran y relacionan en universos cada vez más alejados de los adultos. Mientras, los padres sólo parecen decir: ay, ay, ay, que mi hijo se me echa a perder...! -Uno de los reproches que se hacen al sistema educativo es el de no ser capaz de crear esa conciencia crítica a la que antes aludía -La cuestión es ¿cómo se puede enseñar, de qué forma educar en la sociedad digital? No se trata de si se estudian los Reyes Católicos o si hay que dar una hora más de castellano. En mi opinión, la crisis educativa no obedece tanto a los alumnos como a la docencia. Muchos sectores han tenido que adaptarse a los tiempos con duras reconversiones, pero la educación se sigue planteando como en el pasado. Los políticos y los padres siguen imaginando que la escuela es suya, no de los alumnos. Los reyes godos ya no tienen sentido en este mundo. Debía definirse el concepto, porque si no los profesores están perdidos. A estos se les exige que los alumnos pasen a la Universidad con buena nota. ¿Pero no quedamos en que la escuela está para enseñar a pensar, a razonar, a resolver los problemas, a enseñar a aprender? -Estos problemas trascienden el ámbito español o son exclusivos de nuestro país? -Hombre, hay comunidades que han dado pasos en la buena dirección. Y Extremadura es una de ellas con la implantación de la informática en las aulas. Pero hay que entender que no se trata sólo de enseñarles a manejar un ordenador, sino que el alumno descubra, investigue y aprenda de otra manera. Cada país tiene sus propio modelo educativo y ni siquiera el de Finlandia, que se tiene como el idea,l resuelve los problemas. En ese país un tutor acompaña en todo momento al alumno en toda su experiencia escolar y sin embargo allí se dan una de las tasas más altas de violencia juvenil. -Como experto en esta materia ¿qué solución se le ocurre? -Ojalá tuviera yo la solución... Pero, sintetizándolo mucho, creo que lo primero que se debería hacer es aclararse qué hacer con el sistema educativo. Hay que identificar la raíz del problema, dónde se encuentra la dificultad. -Ministerios, consejerías, gabinetes, consejos asesores, jornadas y seminarios dedicados a esta cuestión y sigue siendo una asignatura pendiente. ¿No le resulta sorprendente? -Probablemente porque la institución educativa sea la más reacia a los cambios. Si se encontrara un médico del siglo XIX con uno actual de poco podrían hablar, pero sin embargo dos maestros seguro que encontrarían puntos de coincidencia. Una película francesa muy desesperanzadora, titulada 'La clase', refleja la realidad sobre esto. Digamos que lo que a los profesores están más preocupados por desarrollar el programa establecido que cualquier otra cosa. Yo creo que el error de fondo es no detenerse a analizar la realidad y no ser capaz de detectar las verdaderas necesidades de los chavales, cómo viven, cómo entienden ellos la realidad. Universos virtuales -¿Que influencia ejercen esos universos virtuales en los que se desenvuelven los adolescentes en la formación de su personalidad? -Las nuevas tecnologías han transformado radicalmente las pautas. Al ver cómo mi nieta, de tres años, enseña a su abuela cómo funciona la Nintendo, me doy cuenta que los esquemas se han invertido, se está imponiendo una nueva forma de pensar y de razonar. Nos enfrentamos a una nueva realidad muy alejada de lo que la mayoría de los adultos hemos conocido. Un chaval puede estar simultáneamente en cinco redes sociales en las que va a conocer valores y culturas muy diferentes. Los problemas que esto plantea pueden solventarse si el adolescente tiene un adulto cercano que le enseñe a diferenciar, a comparar. -Muchos adolescentes se encuentran atrapados en esas redes, atados a las nuevas tecnologías... -Efectivamente, surge un nuevo tipo de adolescente multicanal que maneja el teléfono fijo, el teléfono móvil, utilizan sistemáticamente la mensajería instantánea, participan en blogs y chats, además de utilizar el correo y, por supuesto, internet. En definitiva, una suma de medios de comunicación que constituyen un peligro pero al mismo tiempo ofrecen muchas oportunidades. ¿Cómo podemos educar en un entorno como este? -¿Qué consejos puede ofrecer a los padres? -El primero, que los niños no son un desastre. La adolescencia es una etapa que se acaba. Los padres no debieran olvidar esta máxima: su tarea no es inútil, aunque eso sí, no se nota demasiado, pero sólo de momento. Con el tiempo, con la edad, la conflictividad desaparece. El problema lo tienen los chavales sin padres o que no se preocupan de ellos. Hay que tener paciencia y esperanza, pero sobre todo, tratar de comprender su mundo, su realidad.

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