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La leche materna tiene para el niño beneficios psicoafectivos, orgánicos y nutricionales que nunca podrá suplir la leche artificial./HOY
Bebés amamantados, niños más inteligentes
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Bebés amamantados, niños más inteligentes

Sólo el 20% de las mujeres da el pecho a su pequeño hasta los seis meses del parto, periodo recomendado por los pediatras

RAFAEL HERRERO

Martes, 20 de enero 2009, 10:39

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LA lactancia materna exclusiva es la mejor alimentación que puede tener un niño durante sus primeros seis meses de vida». Así lo corroboró ayer Alfonso Delgado, presidente de la Asociación Española de Pediatría (AEP), durante la presentación del 'Manual de Lactancia Materna. De la teoría a la práctica', una publicación que nace con el objetivo de poner a disposición de los especialistas un material actualizado y completo con el que apoyar a las madres durante este periodo. Y es que amamantar a los bebés presenta «múltiples beneficios psicoafectivos, orgánicos y nutricionales, unas propiedades óptimas que nunca podrá suplir la leche artificial». Las ventajas de dar el pecho a los niños, al menos hasta que cumpla medio año, están demostradas científicamente. Una lactancia durante esta etapa o superior propicia que los niños tengan un mejor desarrollo psicomotor y social durante el primer año de vida. Además, «obtienen mayores puntuaciones en los tests cognitivos y de coeficiente intelectual en la etapa escolar, más evidentes cuanto más prolongado ha sido el amamantamiento», certificó la doctora María José Lozano, coordinadora del comité de lactancia materna de la AEP. A pesar de estas ventajas, las cifras de lactancia en nuestro país no son nada alentadoras. «El porcentaje de madres que deciden amamantar a sus niños se sitúa entre el 80% y el 90% cuando dan a luz. Sin embargo, esta cifra disminuye hasta el 52% a los tres meses y al 20% a los seis meses», indicó Lozano. Es decir, tan solo una de cada cinco madres da el pecho a su pequeño a los seis meses del parto, periodo mínimo recomendado por los especialistas. A partir del medio año de vida, los expertos recomiendan complementar la toma de pecho con otros alimentos. Pero la madre, arguye Delgado, puede seguir amamantando a su niño «el tiempo que quiera o pueda», incluso hasta los dos o tres años de vida. «Existen evidencias sobre los inconvenientes de un destete precoz; sin embargo, no se ha descrito ninguno sobre la lactancia prolongada», subraya Delgado. La técnica, fundamental Con la lactancia materna todo son ventajas, suscribieron ambos especialistas, quienes insistieron en erradicar la «percepción equivocada» de muchas madres de que su leche no alimenta al bebé o de que no tienen la cantidad suficiente. Son los motivos que aducen para abandonar la lactancia y por el que deciden recurrir a las ayudas con sucedáneos. En realidad, esto se debe a errores en la técnica de amamantamiento, es decir, a que la madre no adopta la postura correcta o el niño no se agarra bien al pecho. «La leche materna siempre es buena, se tenga más o menos», y hay que procurar que el pecho se vacíe del todo. Prácticamente todas las mujeres producen la leche necesaria para alimentar de forma natural a uno e incluso dos hijos. Durante las primeras semanas de vida del bebé, se recomiendan un mínimo de entre ocho y diez tomas diarias durante el día y la noche. En ocasiones, lo que ocurre es que, aún siendo la producción de leche suficiente, el bebé no es capaz de obtener toda la que necesita. El origen está en que el lactante no está succionando lo suficiente o no lo hace con eficacia. Por ello, «es muy importante que el pediatra y la enfermera vigilen y aseguren que el niño succiona adecuadamente», explicó Lozano. A su juicio, es fundamental que en las dos primeras horas de vida del bebé , «contacte con su madre piel con piel y sea capaz de hacer su primera toma». Si la madre conoce bien la técnica, o se la enseña, «el niño consigue toda la leche que necesita». En los casos de recién nacidos muy prematuros o enfermos, cuando una madre no dispone de leche para su propio hijo o no produce suficiente volumen, la leche humana donada pasteurizada es la opción más recomendable. En estos casos, los bancos de leche han supuesto un avance fundamental en la promoción de la lactancia materna.

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