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PASIÓN POR EL CINE. David Garrido Bazán cree que la gente sigue interesada en este espectáculo. / BRÍGIDO
«Los jóvenes siguen viviendo el cine como la experiencia social que es»
DAVID GARRIDO BAZÁN PROGRAMADOR DEL FESTIVAL DE CINE INÉDITO DE MÉRIDA

«Los jóvenes siguen viviendo el cine como la experiencia social que es»

Es uno de los fundadores de esta convocatoria cinematográfica que ha logrado traer a la región títulos que de otra forma no se hubieran proyectado en Extremadura

MERCEDES BARRADO TIMÓN

Jueves, 18 de diciembre 2008, 11:15

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David Garrido Bazán suele dejar sus vacaciones para los últimos meses del año porque es a partir de septiembre cuando comienzan los grandes festivales cinematográficos del país. Eso le permite recorrerlos casi todos, seleccionando las películas que luego se exhiben en el Festival de Cine Inédito de Mérida, cuya tercera edición se celebra en estos días. Parece difícil de creer en pleno siglo de la imagen, pero en Extremadura ha habido que recurrir a convocatorias como la emeritense para que se proyecten películas interesantes y premiadas que, de otra forma, no tendrían oportunidad de ser vistas en la región. -¿Qué otras virtudes hay que tener para ser programador, además de amar el cine? -Hay que tener tiempo libre o estar dispuesto a sacrificar las vacaciones que uno tiene en su trabajo para pasarlas de festival en festival de cine viendo películas para poder elegir lo que se quiere traer. Hay gente que se va a la playa, otros a la montaña y hay gente que aprovecha sus vacaciones para ir a festivales de cine, compaginando lo que más le gusta con ejercer las tareas de programador seleccionando lo mejor que ve por allí. Pero hay que tener muchas ganas. -Más ese es el ideal de cualquier cinéfilo. -Hasta cierto punto sí. Pero la verdad es que uno sólo tiene 22 días de vacaciones al año y, si se pasa 17 metido en los festivales, alguna vez te dices que no has tenido ni un fin de semana libre al año. Aunque lo cierto es que, cuando los resultados son tan buenos y la gente te agradece el cine que les has descubierto, tiene su compensación. -Si un programador puede hacer esto, ¿por que las salas de cine fracasan a la hora de ofrecer títulos que interesen a la gente? -Eso es un problema más delicado que tiene que ver con el mercado. El eterno problema del cine es que, aparte de ser un bien cultural, es un bien comercial y hoy la gente consume cada vez más cine, pero lo hace en la tranquilidad de su casa. No existe esa cultura de cine que había antes, al que se iba sistemáticamente todas las semanas. La mayor parte de la gente no tiene interés en compartir el cine en su hábitat natural y vive esa pasión desde la comodidad de su casa pues, quien más y quien menos, tiene sistemas que si no son equiparables a la experiencia de una sala de cine, sí la simulan bastante bien. Lo que está claro es que, cuando tú ofertas este tipo de películas, la gente responde y acude a los cines, pero lo hace de forma concentrada en un tiempo determinado, como ocurre ahora en el festival, o una vez a la semana. El problema es que la mayor parte de las pantallas están ocupadas por una manera de hacer cine que tiene más que ver con lo comercial y la recaudación y se dirige a un público juvenil que sigue acudiendo en masa a las salas. Los jóvenes sí siguen viviendo el cine como esa experiencia social. Todo eso y la escasez de pantallas para que se vean estas propuestas minoritarias hace que este trabajo que realizamos desde el festival, el Cine Club Fórum y la Filmoteca de Extremadura sirva para paliar esa necesidad. Cultura y comercio -¿Le extrañaría o le molestaría que el sector cinematográfico acabe pidiendo ayudas al Gobierno como ha hecho el sector estratégico del automóvil? -No me molestaría. El cine siempre ha tenido mala prensa por esa doble variante entre lo cultural y lo comercial. Una mentira muy extendida es que la mayor parte de la producción del cine español dependa íntegramente de las subvenciones. Eso es falso. Porque las subvenciones se conceden en función de los resultados en taquilla que las películas y quienes las presentan han obtenido en ejercicios anteriores. Las subvenciones al cine del Ministerio de Cultura son menos que las que se conceden a otros espectáculos culturales como la ópera o el teatro. Pero, por alguna razón, el cine tiene esa especie de posicionamiento ambiguo entre el elemento comercial y el artístico que es susceptible de muchas utilizaciones políticas y de un tratamiento muy injusto por parte del público que, en cualquier caso, sigue disfrutándolo aunque sea desde la comodidad de su casa. La gente no va a cansarse nunca de que le cuenten historias. Lo que yo sí exigiría es que se aplicara con mucha mayor firmeza el sistema de cuotas, que parecer ser la única solución para que el cine minoritario pueda llegar a verse en las determinadas pantallas. En comunidades como Extremadura vemos semana tras semana que las propuesta más cinéfilas o más arriesgadas no se estrenan en ninguna pantalla de la región. Eso es muy lamentable y produce uniformidad. -¿Cuál fue su papel en la gestación del festival? -Fui uno de los fundadores. El Festival de Cine Inédito surge de forma paralela a la fundación del Cine Club Fórum, en el año 2006, y como respuesta al posible cine, que luego sería definitivo, de los Multicines Mérida. Se intentó crear una plataforma desde la que ofrecer el cine que nos interesaba seguir viendo en Mérida. Además, ese año optamos a las subvenciones de la Consejería de Cultura de la Junta y, de manera un poco sorprendente para mí, nos concedieron ese año la segunda subvención mas alta que le dieron a una asociación cultural relacionada con el cine. Con lo cual, nos vimos obligados a montar un festival, que era lo que habíamos presupuestado en apenas dos meses, aprisa y corriendo, y fue el I Festival de Cine Inédito que, para haber sido montado así, la verdad es que no nos quedó nada mal.Vimos que había viabilidad y respuesta del público y el año pasado ya nos planteamos hacerlo de forma mucho más profesional y planificada. De ahí surgió el II Festival de Cine Inédito, que ya tuvo en su programación películas que no habían sido estrenadas comercialmente en España. Esa es la política que hemos seguido este año, tratando siempre de corregir deficiencias, mejorar y seguir creciendo. Salas -¿Entre esas deficiencias está la disponibilidad de sitios para exhibir las películas? -Hay que reconocer que el Centro Cultural Alcazaba ha supuesto un verdadero alivio. En su momento no fue planificado para poder proyectar cine y su salón es un multiusos de esos que sirven lo mismo para un roto que para un descosido, pero es verdad que la Consejería de Cultura, a través de la Filmoteca de Extremadura y el Ayuntamiento de Mérida, ha hecho un esfuerzo muy importante para poder habilitar una sala de cine. Algunas condiciones de la sala no son las ideales para ver cine, porque son butacas que tras dos horas pueden resultar un poco incómodas; el sonido no es el ideal como se conseguiría en una sala completamente aislada, pero lo reproduce con suficiente fidelidad. Las deficiencias quedan bastante disimuladas por la calidad de las películas que se proyectan. El otro día lo dijo el asesor de Cultura del Ayuntamiento de Mérida, que es voluntad de esta institución que el V Festival, dentro de dos años, pueda realizarse en el nuevo Centro María Luisa que se levantará donde está ubicado el antiguo Cine María Luisa. Y nosotros encantados, porque eso significará que la ciudad podrá disponer de un nuevo espacio donde poder programar no sólo el festival sino los ciclos que el Cine Club Fórum lleva a cabo y las películas de la Filmoteca de Extremadura. -El festival tiene un jurado joven. ¿Eso significa que el relevo está asegurado? -Eso es una obsesión particular mía. Soy de la opinión de que hay que tratar de fomentar el cine entre la gente joven. El problema es que ellos no están acostumbrados porque no conocen otra cosa, salvo que tengan la suerte de provenir de una familia en la que sean muy cinéfilos. Ellos viven el cine de centro comercial que, ¿ojo! a mi me gusta como al que más. Nosotros tenemos un fuerte interés en que los jóvenes se impliquen en este tema y la forma de hacerlo fue este jurado joven, compuesto de chavales que se comprometen a ver todas las películas de la Sección Oficial y a reunirse conmigo el sábado por la mañana y emitir un fallo y a veces una mención especial. El año pasado me encontré con la sorpresa de que siete de los diez miembros del jurado joven no habían visto nunca un película subtitulada. Pero hicieron el esfuerzo y luego le pierden el miedo a los subtítulos, que no es algo que tienen sólo ellos, sino mucha gente. Nosotros nos esforzamos porque la gente joven acuda al cine, y es una apuesta por la que vamos a seguir luchando. Cine-fórum -La vieja fórmula de cine-fórum parece seguir funcionando. A lo mejor pasa como con los clubes de lectura y un día vuelven con la vitalidad que tuvieron un día. -Por lógica. En el fondo existe una demanda que no cubre ninguna oferta, y ahí estamos nosotros para tratar de responder a ella. Lo que sí ocurre con el Festival de Cine Inédito es que se produce un periodo con una especie de síndrome de abstinencia por parte de la gente que acude todos los días y luego se encuentra con la dura realidad de que lo único que tiene para elegir en las carteleras de Mérida vuelve a ser el cine comercial. Hasta que la Filmoteca o el cine-club presentan alternativas. El año pasado ya tratamos de satisfacer esto e hicimos dos ciclos, uno en junio y otro en septiembre. Y para el año que viene queremos hacer cuatro ciclos al menos, uno por trimestre, y seguir colaborando con la Filmoteca para tener una película distinta todos los jueves. Poco a poco la gente se puede ir alimentando de eso hasta diciembre. _¿Cuándo empieza su periplo para elegir las películas del año que viene? -Suele empezar en San Sebastián. Ahí se va gestando la programación que, normalmente, suele culminarse en Sevilla o, si la cosa va un poquito mal, en el Festival de Cine Iberoamericano de Huelva, que es el último al que acudo.

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