Borrar
Directo Directo | Jueves Santo de decepción con la mayoría de procesiones suspendidas por la borrasca
UN EXTRAÑO EN LA ALCAZABA | CRÓNICA URBANA JOAN-IGNASI ORTUÑO

Cuando la vida tiene cadencias de pasodoble

El director de la Banda Municipal de Música compone una canción dedicada a Emilio González Barroso y el polifacético extremeño anda emocionado

PPLL

Domingo, 14 de diciembre 2008, 02:16

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

Son amigos y residentes en Badajoz. Vicente Soler Solano (Benaguacil, Valencia, 1858) y Emilio González Barroso (Calzadilla, Cáceres, 1942) se conocieron hace poco más de un año y un trimestre, cuando el primero llegó a la ciudad para dirigir la Banda Municipal de Música. Director y flautista, además de compositor, Vicente Soler Solano es un músico prestigioso y prestigiado. El segundo no necesita presentación. Quien no conozca a Emilio González Barroso es que no es de este mundo: además de acordeonista, presentador de un sinfín de festivales musicales, maestro, crítico musical, director de corales y, sobre todo, animador de cualquier actividad en la que se le ponga un micrófono por delante, este pacense de adopción (lleva más de cuarenta años residiendo en Badajoz) e hijo adoptivo de Fuente de Cantos, es más popular que, póngase por caso, y con ánimo de loar y no ofender, la estatua del pintor Luis de Morales sentado y mirando hacia el edificio de la Catedral. «Yo no sabía nada de nada de Badajoz y, ya en el primer concierto en el que dirigí la Banda Municipal, Emilio colaboró conmigo -explica Soler Solano-. Es un hombre entusiasta, al que le agradezco lo mucho que me ha ayudado». A propósito, y sin que venga al caso, o sí, por una peseta (de las antiguas, claro, pues modernas no se ha fabricado ninguna), nombres de pasodobles famosos, como, por ejemplo, 'Paquito el chocolatero'. Un, dos, tres responda otra vez: 'Paquito el chocolatero'. 'Manolete'. 'Valencia'. 'El Gallo'. 'En er mundo'. 'España cañí'. 'Emilio González Barroso' ¿'Emilio González Barroso'? Pitido estruendoso de los 'tacañones'. Oigamos la voz de los 'supercicutas': «Es el de González Barroso un nombre tan noble ¿que bien merece un pasodoble!» Pues nada, y con el permiso del guiño al ancestral programa de marras de Chico Ibáñez Serrador (tan patrimonio de la Humanidad como la ciudad vieja de Cáceres, pongamos por caso), he aquí la noticia, ya conocida por todos, pero no por ello menos singular, curiosa y llamativa: Vicente Soler Solano ha compuesto un pasodoble que lleva por título 'Emilio González Barroso'. Lo que confirma, aunque parezca mentira, que para dar nombre a un tema del mencionado género no hay que ser, necesariamente, ni manipulador de cacao ni matador de toros. «Emilio es un hombre alegre, vital, dinámico, siempre dispuesto a ayudar -argumenta el compositor-, y hace tiempo que pensaba dedicarle una canción. Aquí quizá no, pero en Valencia, se suelen componer pasodobles dedicados a gente relevante que hace cosas importantes». Pero el primer sorprendido ante la noticia ha sido, sin lugar a dudas, el propio Emilio: «Me produce una satisfacción muy especial, claro, pero, sí, también una gran sorpresa. Por ejemplo, cuando se lo comento a mis amigos me dicen, ¿qué te han hecho un pasodoble? Un, soneto, bueno, pero, ¿un pasodoble? Eso no es normal. ¿Si tú ni siquiera eres torero!» El pasodoble 'Emilio González Barroso' se estrenó recientemente, en presencia de su 'titular', en el concierto en honor a Santa Lucía celebrado el 16 de noviembre en el teatro López de Ayala. En el programa de mano se podía leer este comentario: «El maestro Vicente Soler Solano, director de la Banda Municipal de Música de Badajoz, ha querido dedicar con cariño este pasodoble a su querido amigo Emilio González Barroso por su dedicación y profesionalidad al servicio de la música y la cultura. Es un pasodoble de carácter alegre y festivo para un hombre activo y dinámico». ¿Qué más se puede añadir? Nada. O mejor si, que leído con la música del pasodoble de fondo el efecto debe de ser, como mínimo, atronador. Y fue en el siguiente concierto de la Banda, celebrado con motivo del XXX Aniversario de la Constitución, cuando el maestro titular, cogiendo 'por sorpresa' al homenajeado, le pidió, públicamente, al 'otro' maestro que fuera él mismo quien dirigiera a la Banda para tal ocasión. Total que, batuta en mano, la reacción de González Barroso no se hizo esperar. Emilio regaló a la treintena de músicos de la formación, durante los tres minutos que duró la ejecución del tema, un festival interminable de ademanes, gestos y aspavientos. Obsequio que hizo extensible, claro está, al numeroso público que asistía al concierto. Otra cosa no, pero una emoción indefinible embargó, de un modo especial, a todos los asistentes. «Sin ser material -dijo el presentador, más emocionado que nadie- éste es el mejor premio que nunca me han dado». Nunca sonará, probablemente, en 'Los 40 principales', pero 'Emilio González Barroso lleva camino de convertirse en un 'hit'. Como mínimo, por estas tierras. «Los músicos se lo pasan muy bien tocándolo y la gente se lo pasa muy bien escuchándolo. Es accesible», explica el compositor, con orgullo de padre y de madre al mismo tiempo. Y aunque no sea su 'primogénito' (tiene en su faceta de compositor otros temas), habla de este pasodoble como si fuera su hijo único. «Es más difícil de componer un pasodoble que un poema sinfónico», razona el homenajeado, que anda, a su vez, con la canción como si de un niño con juego de ordenador de enésima generación se tratara. Y la verdad, después de esta alegoría musical en torno a su persona, que le catapulta automáticamente hacia la posterioridad, a ver quién es el castizo que le baila el agua. Si hasta el mismísimo y de por sí 'inmortal' Crhistopher Lambert se moriría de envidia...

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios