El Museo Romano lidera un proyecto pionero de digitalización de piezas

Cuando Augusto llegó al poder, una de sus primeras medidas fue construir un gran foro en su honor en Roma. La decoración de este espacio público mostraba elementos escogidos, como el grupo escultórico en el que Eneas, hijo de Venus, huía de Troya junto a su padre y su hijo para emprender su destino: la fundación en la península itálica de una nueva estirpe llamada a dominar el mundo. De esta forma, Augusto, descendiente de Eneas, pretendía recalcar su origen divino, lo que avalaba su poder al frente del recién nacido imperio. Sin embargo, este conjunto nunca se halló entre los restos de la antigua Roma. Sólo se conocía por fuentes documentales, hasta que el investigador alemán Walter Trillmich agrupó varias piezas sueltas descubiertas en Mérida e identificó el grupo escultórico de Eneas, que hoy se guarda en el Museo Nacional de Arte Romano y que tiene una réplica en el Museo de los Foros Imperiales de la capital italiana.Un proyecto pionero de investigación virtual permitirá ahondar aún más en esta y otras piezas de escultura romana, gracias a un trabajo conjunto entre el Museo de Arte Romano y las universidades de Extremadura y Castilla-La Mancha. Esta línea de investigación cuenta con un presupuesto de 300.000 euros, financiado por el Ministerio de Ciencia e Innovación. En la actualidad, 20 personas trabajan en los equipos formados en Extremadura y Castilla-La Mancha. El proyecto comenzó hace dos años y tiene prevista su finalización a lo largo del próximo ejercicio. Está coordinado por Santiago Salamanca, del Departamento de Ingeniería Eléctrica, Electrónica y Automática de la universidad extremeña, y por Antonio Adán, del departamento homónimo de la universidad manchega. Láser de precisión La intervención consiste en la utilización de técnicas de digitalización en 3-D de gran precisión. Un escáner láser (se dispone de dos máquinas, una para grandes piezas y otra para más pequeñas) recorre la obra para tomar puntos de referencia, que se trasladan al ordenador. Esto permite virtualizar modelos tridimensionales a tamaño real y guardar los archivos como si de una fotografía digital se tratase. Hasta la fecha, los técnicos han culminado la virtualización de más de 30 piezas. Aunque será imposible completar todo el catálogo del centro, sí podrán ofrecer un amplio abanico de archivos a los responsables del museo. Las aplicaciones son numerosas. Santiago Salamanca explica que se pueden utilizar impresoras tridimensionales que permiten obtener una réplica de la pieza en cera. A su vez, se puede volcar en un molde, gracias a lo cual existe la posibilidad de reproducir la obra en cualquier material que se desee, lo que abre puertas a cesión de copias exactas para exposiciones, nuevas formas de exhibición, etc. Junto a esto, ofrece grandes posibilidades a los investigadores, ya que facilita el estudio de las piezas sin necesidad de tocarlas o moverlas, lo que supone grandes riesgos para su conservación y no pocos costes. En el caso del grupo escultórico de Eneas que se exhibe en Mérida, ni siquiera se conoce con exactitud cómo era el conjunto, ya que sólo han llegado hasta nuestros días multitud de componentes, algunos de gran tamaño y otros muy pequeños. La reproducción en 3-D permite 'jugar' en el ordenador con sus distintas piezas, con lo cual se podrá afinar en el conocimiento de una obra que aún guarda muchas sorpresas.