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Una mujer telefonea a su familia en el Locutorio Público Extremeño. / JOSÉ VICENTE ARNELAS
La crisis también se ceba con los locutorios
BADAJOZ

La crisis también se ceba con los locutorios

Los usuarios de estos establecimientos telefonean a sus familias con menos frecuencia para ahorrar unos euros

Mª ÁNGELES CUENDA

Domingo, 17 de agosto 2008, 13:50

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Hace ya algunos años que las cabinas telefónicas pasaron a formar parte de los elementos decorativos de la ciudad. El móvil y los locutorios fueron los causantes de su pérdida de utilidad. Ahora a muchos de los locutorios abiertos les queda poco más que el nombre. Cuentan con un único teléfono y han diversificado la oferta, convirtiéndose en un negocio de venta de prensa, bebidas, helados, chucherías, envíos de dinero, servicio de fax y recargas de móviles.

En las inmediaciones de la plaza Conquistadores cerró hace unos meses el locutorio Ciber Latino II y en la calle República Argentina un locutorio cambió de dueño y pasó a ser una tienda sin teléfonos, sólo de helados y chucherías.

Los móviles, las tarjetas de llamadas internacionales, el 'messenger' y el 'skype' -sistemas de comunicación por voz gratuitos basados en internet- están restando rentabilidad a este negocio, que proliferó con la llegada de inmigrantes a la ciudad. A pesar de ello, los dueños de los establecimientos que ofrecen servicio telefónico e Internet aseguran que cada servicio tiene un tipo de cliente diferente. «Los que se conectan a Internet no son los mismos que los que llaman por teléfono», afirma la empleada del Ciber Latino.

«De llamar no se privan»

Además la crisis se nota. «La gente que antes compraba dos periódicos ahora sólo se lleva uno y se venden menos revistas», aclara José Francisco Campiñez, empleado del Locutorio San Isidro. Pero de llamar no se priva nadie. Los usuarios habituales de los locutorios no dejan de hablar por teléfono con su familia, pero las conversaciones son más cortas y menos frecuentes. «Algunos que antes venían a hablar todos los días, ahora sólo vienen dos o tres veces a la semana», explica Marta Pizarro, empleada ecuatoriana del Locutorio Público Extremeño II. Una versión muy optimista del el negocio es la que ofrece Janeth Díaz, que acaba de abrir en Juan Sebastián Elcano un local en el que ha unido varios negocios. «Ahora a los locutorios no sólo acuden inmigrantes, vienen más españoles que extranjeros porque las llamadas son más económicas», apunta.

Inicios

Cuando el negocio de los locutorios comenzó en Badajoz, hace más de una década, el precio de las llamadas era igual que el de cualquier llamada realizada desde un teléfono fijo instalado en casa. Años después Telefónica comenzó a homologar a algunas empresas que fijaron una tarifa más asequible para los locutorios, permitiendo que los usuarios consiguieran un ahorro importante al llamar desde éstos. Sólo los locutorios que cuentan con ese acuerdo con Telefónica tienen clientes que acuden a llamar, el resto mantienen los teléfonos en sus locales para satisfacer la urgencia de algún ciudadano despistado que haya olvidado el móvil en casa.

Desde entonces las cabinas han dejado de utilizarse porque los precios son superiores y los usuarios no controlan el dinero que gastan. «Tenemos mejores precios que en las cabinas», asegura Manoli Carrasco, una de las dueñas del Locutorio Público Extremeño, que lleva quince años abierto en la ciudad.

En los locutorios también se ponen a la venta productos de origen latinoamericano para que los inmigrantes no añoren los alimentos típicos de sus tierras. Pero últimamente algunos locales, como el Ciber Latino, están dejando de comercializar esos artículos porque ya se encuentran en los centros comerciales a mejores precios. Janeth Díaz traspasó su locutorio para poner en pie una idea que tenía desde hacía tiempo: unir en el mismo local un bar, un ciber, una heladería y un locutorio en una zona en la que, según ella, hay poca competencia. Ante los sectores que van cubriendo las grandes superficies y las nuevas tecnologías, los dueños de los locutorios tendrán que plantearse un nuevo negocio que añadir a sus locales para no perder rentabilidad.

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