Borrar
¿Qué ha pasado hoy, 27 de marzo, en Extremadura?
Los vecinos de Cristina se manifestaron en el año 2003 para pedir justicia. Cinco años después sigue sin saberse qune matóa a Justa./HOY
Siete crímenes recientes ocurridos en la provincia no han podido ser resueltos
BADAJOZ

Siete crímenes recientes ocurridos en la provincia no han podido ser resueltos

EVARISTO FERNÁNDEZ DE VEGA

Sábado, 26 de julio 2008, 13:02

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

Podría caer de un momento a otro. Cuando ese momento llegue, la Guardia Civil podrá esclarecer las circunstancias que rodearon la muerte de Antonio Rodríguez Campos, el joven de 32 años de edad que ha muerto esta semana tras recibir un impacto de bala que le penetró por el hombro y le salió por la espalda.

Aunque el juez ha decretado el secreto de sumario, ya ha trascendido que la Guardia Civil sigue la pista a un vecino de Santa Amalia que ha estado ingresado en prisión, un dato que no podrá confirmarse hasta que los agentes logren dar con su paradero y averigüen si fue él quien apretó el gatillo de la pistola.

La detención de ese sospechoso podría poner fin a la última gran investigación abierta en la provincia, pero ese arresto sólo será un paso más en el camino que recorren a diario los equipos de Policía Judicial de la Guardia Civil y el Cuerpo Nacional de Policía, cuyos investigadores tienen el encargo de resolver los crímenes que siguen sin respuesta.

En una provincia como la pacense no son muchos los expedientes abiertos, pero sí hay casos tan significados como el ocurrido en el parque Infantil de Badajoz a mediados de la década de 1980, cuando fue asesinado un joven.

Los investigadores encontraron bajo una de las uñas del cadáver un pelo que se correspondía al 90% con las características del cabello del principal sospechoso de la muerte, pero aquella coincidencia no resultó concluyente para el juez que llevaba el caso.

Muchos años después el abogado que defendía a la familia de la víctima pidió que ese pelo fuera sometido a las modernas pruebas de ADN, un test que no se pudo llevar a cabo porque el cabello había desaparecido del lugar donde estaba guardado.

Es posible que el crimen del parque Infantil de Badajoz jamás lleve a resolverse por ese incomprensible extravío, un desenlace que también podría darse con otro de los asesinatos más espeluznantes registrados en la provincia de Badajoz durante su pasado reciente.

Crimen en Cristina1

Ocurrió en diciembre del año 2000 en la pequeña localidad de Cristina, próxima a Guareña. Allí murió de forma violenta Justa Pérez Isidoro, una mujer de 56 años de edad que fue cosida a cuchilladas.

Quienes vieron su cuerpo aseguran que el asesino se ensañó con ella como jamás habían visto antes, un cruel delito que no se ha olvidado en el pueblo a pesar del tiempo transcurrido.

El alcalde de esta población, Pedro Frutos, ha reconocido esta semana el esfuerzo realizado por la Guardia Civil desde que ocurrió el crimen. Aún así, teme que el tiempo transcurrido y los sucesivos cambios de responsable en el equipo de Policía Judicial terminen estropeando una investigación que considera imprescindible para devolver la tranquilidad a Cristina. «El problema fundamental es que el asesino anda suelto y nadie sabe qué puede hacer el día de mañana».

Frutos asegura que los investigadores siguen visitando el pueblo, la última vez hace dos meses, pero cree que no hay avances significativos. «Yo tengo las esperanzas perdidas. Ver que no hay resultados desanima mucho».

Sólo un año después del crimen de Cristina, murió desangrado en la ciudad de Badajoz un joven de 29 años. La agresión tuvo lugar en la ronda del Pilar pero el cuerpo fue encontrado en la calle Madre de Dios.

En entonces jefe superior de la Policía en Extremadura, Julián Martínez Izquierdo, pidió la colaboración de los ciudadanos para encontrar alguna pista que condujera al autor del único pinchazo que le provocó la muerte, pero el tiempo pasó sin que se produjeran avances y hoy sigue sin haber condenados.

Paliza en Badajoz

También la capital de provincia fue escenario en noviembre de 2002 de una nueva muerte violenta. El fallecido tenía 23 años y recibió una brutal paliza en la calle Eugenio Hermoso, que pertenece al Casco Antiguo de Badajoz.

Laureano M. C. murió a causa de los golpes que le pudieron propinar dos personas, pero la Policía tampoco encontró pruebas suficientes para inculpar a los autores y la Justicia no ha podido hacer su trabajo.

Incluso anterior es el asesinato del ganadero emeritense Manuel Delgado, que permaneció durante siete meses en paradero desconocido y apareció sin vida en el río Aljucén. Cuatro años después del hallazgo fueron realizadas unas sospechosas pintadas en un camión colocado por la familia en el centro de Mérida para recordar el cuarto aniversario de la muerte, una pista que fue estudiada por la Policía sin llegar a resultados concluyentes. «Quien ha escrito eso puede ser el asesino, y desde luego la persona que lo ha hecho tiene muchos puntos a su favor porque parece que se ha sentido directamente aludido», dijo en aquel entonces un hijo del ganadero.

También en Cristina aparecieron en el año 2003 unas pintadas que acusaban directamente a un vecino, aunque en el pueblo se especula con la posibilidad de que pudieron ser realizadas por el propio asesino para desviar la atención. «Luego se ha visto que el señor al que acusaban las pintadas no era el asesino, pero ese día nos dimos cuenta de que el autor del crimen estaba muy cerca de nosotros», reflexiona el alcalde.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios