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MARCELA VALENTE
Viernes, 20 de junio 2008, 03:10
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A dos años de las revueltas de estudiantes y profesores en Chile que sacudieron al Gobierno de la recién llegada presidenta Michelle Bachelet, la Cámara de Diputados aprobó ayer una nueva Ley de Educación que reemplaza a la que regía durante la dictadura. Pero la medida no contenta ni a alumnos ni a docentes y las protestas han regresado a las calles con su secuela de numerosas detenciones. «La guerra continúa», afirmó el presidente del Colegio de Profesores, Jaime Gajardo, una vez finalizada la votación en la sede del legislativo. Los docentes, que están en huelga desde el lunes, analizarán si continúan el paro por tiempo indefinido mientras los estudiantes organizan nuevas marchas de rechazo a la normativa.
Con 96 votos a favor, 12 en contra y 7 abstenciones, los diputados aprobaron la Ley General de Educación (LGE), que ahora deberá ser sometida al debate en el Senado. Para lograr su sanción, resistida por numerosos congresistas del oficialismo, la presidenta reunió a los jefes de los partidos de la coalición gobernante y les prometió enviar al Parlamento una nueva normativa que complementa la actual, un gesto que reconoce los límites del actual documento.
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