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¿Qué ha pasado hoy, 18 de abril, en Extremadura?
Vara, Celdrán y Pereira contemplan la estatua una vez descubierta./ ALFONSO
La ciudad salda su deuda con Godoy
BADAJOZ

La ciudad salda su deuda con Godoy

Autoridades y expertos glosan la memoria del 'Príncipe de la Paz' en la inauguración de su monumento

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Domingo, 15 de junio 2008, 15:08

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Hace exactamente 201 años, el Ayuntamiento de Badajoz acordó levantar un monumento a su paisano Manuel Godoy, en esos momentos el hombre más poderoso de España. Luego vino el Motín de Aranjuez y la invasión napoleónica, y todo quedó rápidamente en el olvido. Como si una capa de moho la fuera recubriendo, la memoria del Príncipe de la Paz fue desapareciendo con el curso de la historia. Llegó la hora del descrédito, de las insidias, que han durado hasta hace bien poco.

La ciudad de Badajoz saldó ayer la deuda que mantenía con Manuel Godoy, y lo hizo con todo el boato que era necesario. Como si quisiera pagar los intereses de dos siglos de olvido. Así lo dijo Teresiano Rodríguez, ex director de HOY e introductor de la ceremonia: «Badajoz ha cumplido con su promesa».

Llegó el día esperado, y fue inaugurado formalmente el monumento con el que la ciudad rinde tributo a uno de sus hijos más ilustres. Atrás queda el trabajo realizado por las organizaciones que han apoyado esta iniciativa, entre las que está el Diario HOY. En el corazón de la ciudad, la estatua fue descubierta por el presidente de la Junta, Guillermo Fernández Vara; la delegada del Gobierno, Carmen Pereira; y el alcalde badajocense, Miguel Celdrán.

Antes, la sede del Colegio de Abogados acogió el primer capítulo del evento. En un sencillo pero emotivo acto académico, diferentes personalidades glosaron la figura del homenajeado desde diversos puntos de vista. Los oradores hablaron sobre el Godoy humano, el político, el estadista internacional, el militar y el ilustrado. Uno por uno, derribaron los prejuicios que aún permanecen sobre su persona.

Cuestión de justicia

«La justicia ha llegado por fin a Godoy», afirmó Consuelo Rodríguez Píriz, concejal de Cultura, quien hizo una semblanza sobre la labor de recuperación de su figura que se ha realizado en el devenir histórico. También habló Enrique Rúspoli, descendiente del Príncipe de la Paz. En su discurso, narró algunos pasajes de la vida de su antepasado.

José Miguel Santiago Castelo une a su condición de presidente de la Real Academia de Extremadura de las Letras y las Artes una gran cultura. Con tono apasionado, aseguró que el personaje en cuestión fue proscrito, pasó más de la mitad de su vida en el destierro, porque «pagó por los pecados de otros». Recalcó que fue «producto de la ilustración», muy alejado por tanto del oscurantismo que le achacaron sus enemigos. Para él, «grande ha sido el esfuerzo» de organizar este homenaje, «como grande era la injusticia cometida».

Su trayectoria como militar fue comentada por Casimiro Sanjuan, general jefe de la Brigada de Infantería Mecanizada Extremadura XI. Destacó que su simpatía y su don de gentes le granjearon gran popularidad entre sus tropas. La suya fue la «carrera militar más fulgurante de la historia de España», dijo, al tiempo que rechazó la fama de inculto y ambicioso. Por contra, tenía una notable inteligencia.

Alfonso Bullón, historiador, se centró en la labor del estadista extremeño como Gran Almirante de España e Indias. Recordó por ejemplo los numerosos viajes al Nuevo Continente que auspició o los contactos que mantuvo con el primer presidente de los Estados Unidos, George Washington.

También intervino Fernández Vara, que habló sobre el Godoy político. Recordó que fue él quien recuperó Olivenza, su localidad natal, para España. De su labor gestora, destacó que «caminó en dirección a la luces», en referencia al pensamiento ilustrado. También destacó su impulso a la libertad económica, y la creación de las escuelas primarias y la de Canales, Caminos y Puertos. Cerró sus palabras pidiendo que se siga estudiando su figura, pero sin volver a las lecturas superficiales sobre su trayectoria.

Esta parte de la ceremonia se cerró con la entrega de una reproducción de la estatua, que Celdrán le hizo a Fernández Vara.

Expectación

Ya fuera, varios centenares de pacenses esperaban a que se descubriera el monumento. Fue entonces cuando se leyeron los acuerdos municipales de 1807 y este mismo año sobre el prometido homenaje. Asimismo, el cronista de Badajoz, Alberto González, explicó la importancia del acto y los simbolismos que encierra. Narró que la obra, realizada por Luis Martínez Giraldo, porta en una mano el Tratado de Badajoz, por el que se dio fin a la Batalla de las Naranjas. Este hecho también se evoca con las frutas que aparecen a sus pies. Justo al lado, la efigie de Godoy pisa un cañón, símbolo de la paz. Finalmente, el recuerdo a Portugal aparece en el mármol de Borba. El conjunto se ubica además junto adonde estuvo el seminario de San Atón, donde estudió el Almirante antes de marchar a Madrid. Para González, con el acto de ayer «Badajoz recupera a uno de sus hijos más destacados».

La última intervención corrió a cargo del primer edil de la ciudad. Celdrán recalcó que con este homenaje alcanza una de las satisfacciones más grandes de su mandato. «Badajoz se hace más grande», subrayó. Recordó también que el personaje cayó en la leyenda negra por culpa de la «desidia y la inquina», pero que su figura se engrandece, como «hombre ilustrado y estadista de talla».

Esta deuda está saldada, pero queda todavía por cumplir con la última voluntad del Príncipe de la Paz. Como recordó Celdrán, se espera que en breve sus restos mortales dejen París y vuelvan a reposar en la tierra que le vio nacer con el recuerdo que se merecen. Y es que, como ya dijo el propio Godoy, «razón y verdad nunca envejecen».

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