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¿Qué ha pasado hoy, 28 de marzo, en Extremadura?
Actuación de saxofones del Conservatorio de Cáceres, en la plaza de San Atón. / EMILIO PIÑERO
La música inunda las calles de Badajoz
XXV Festival Ibérico

La música inunda las calles de Badajoz

La lluvia fue incapaz de suspender el XXV Festival Ibérico de Música, y Portugal participa en esta edición con la actuación de la Banda Filarmónica de Borba

NURIA GONZÁLEZ PINEDA

Domingo, 25 de mayo 2008, 14:28

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Badajoz parecía París, por esa inestabilidad atmosférica que le caracteriza. Durante un sábado pasado por agua, a las nubes le seguía la lluvia y luego regresaba el sol, y todo mezclado con sinfonías, coros, melodías, teatro para celebrar el XXV Festival Ibérico de Música que abrió con los saxofonistas del Conservatorio de Badajoz, bajo la dirección de la profesora Cecilia García.

Cuando sus alumnos se arrancaron a tocar, empezó a diluviar, pero mantuvieron el tipo y continuaron con la pieza. Más tarde trasladaron instrumentos y sillas hacia los soportales de El Corte Inglés. «Con las partituras mojadas seguiremos adelante», afirma rotundo Alejandro. Su madre estaba pendiente de él en todo momento, colocándole un paraguas para impedir que la lluvia lo mojara. Carmen explicaba cómo Alejandro practica todos los días en casa: «Claro que a horas adecuadas para no molestar a los vecinos. Él lleva cinco años en el Conservatorio, y éste es el primer año que participa. Yo lo veo muy ilusionado, y sin nervios». Alejandro empezó a tocar el saxofón cuando tenía siete años. «Era muy gracioso verlo con el saxo que era más grande que él», recuerda Carmen muy orgullosa.

Para la profesora Cecilia García que lleva participando durante cuatro años, «es un día de convivencia para acercar la música clásica a los ciudadanos».

Esta edición del Festival Ibérico de Música está organizada por la Sociedad Filarmónica, y cuenta con la colaboración de la Diputación de Badajoz, el Gabinete de Iniciativa Transfronteriza, y la Consejería de Cultura y Turismo de la Junta de Extremadura.

Esta iniciativa que pretende que el ciudadano contacte con la música, nace de la Sociedad Filarmónica, un grupo de amantes de la música, compuesto por más de 400 socios, convencidos de la importancia que tiene.

Iniciativa

Felipe Hernández, es miembro de esta asociación y uno de los organizadores del evento. Participa desde los años noventa, aunque este festival nace en 1973. «Esta idea surge debido a la escasa actividad musical en la ciudad. Teníamos el firme propósito de acercar la música a la ciudad de Badajoz, y de potenciar un festival que estaba casi muerto. Hemos pasado de doce conciertos a cincuenta. Llevamos tan sólo ocho ediciones saliendo a la calle», explica.

Francisco García acudió al Teatro López de Ayala para que su pequeña Candela de 17 meses asistiera al concierto para bebés. «Le ha gustado. Además ha participado mucho aplaudiendo. Quería comprender qué pasaba. Era algo nuevo para ella. Observaba más que disfrutaba. Pero no se ha dormido, todo lo contrario, yo he notado que se lo ha pasado en grande», comentó a la salida.

Con tan solo cinco meses, Leyre escucha a Mozart, tal vez influya que su padre José Antonio Álvarez fue figurante de ópera en Bilbao. «Estaba muy contenta, y atenta. A mí me gusta mucho la música clásica», declaró.

Francisco y José Antonio que son amigos han asistido al concierto con sus respectivas hijas, Candela y Leyre. «Yo he venido porque me avisó Francis», explica José Antonio. «Y no queremos esperar al año que viene. Deseamos que sea antes», agrega Francisco.

Rubén Tortosa toca el fagot en el conjunto vocal-instrumental de la profesora Lola Navarro. Este pacense de 15 años, alumno de primer año de Armonía en el Conservatorio de Música de Badajoz, participa desde hace dos años en el festival. «Esta iniciativa sirve para animar a los más pequeños a que se apunten al conservatorio. Para mí es la segunda vez que vengo», explica sosteniendo entre los brazos un fagot casi de la misma altura que él.

Justo al lado, el Grupo Coral del Círculo pacense cantó Siyahamba, una canción popular africana y Szello Zug, una melodía húngara. «Ensayamos una vez a la semana. No nos dedicamos a la música, tan sólo somos aficionados», comenta una de las participantes.

Ecología musical

La nota curiosa la puso el grupo de la profesora María Quintanilla, profesora del aula de lenguaje musical de las Escuelas Municipales de Música de Badajoz. Con tubos de cartón colocados en una tabla de palé, los alumnos de María Quintanilla consiguieron hacer música. Algún chiquillo sostenía entre sus manos un cable rojo empleado en la construcción, como si de un violín se tratara. «Nosotros reciclamos todos los materiales», comenta María. Y con semejantes utensilios, los alumnos de esta mujer interpretaron la Sinfonía número 40 de Mozart.

La Banda Filarmónica de Borba del profesor José Francisco Pombeiro cuenta con alumnos de muy diversas edades. Como Mónica de 24 años y Ana de 12, que admitieron que ellas a Badajoz vienen para ir de tiendas. «A tocar es la primera vez, pero venimos todos los fines de semana a Zara», reconocen estas portuguesas.

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