Ellas opositan mejor

«Por lo general, la mujer es más persistente y organizada y prefiere preparar una oposición a arriesgarse en el terreno privado», afirma Mónica Barroso, delegada de AENOR en Extremadura y hasta ahora presidenta de la Asociación de Jóvenes Emprendedores. En las pruebas objetivas del Grupo A, es decir, las oposiciones de un nivel más alto, ellas obtienen en Extremadura calificaciones superiores a las de los hombres. Los resultados de las últimas pruebas convocadas por la Junta así lo reflejan.

Analizando el número de personas que han superado las pruebas selectivas en 31 titulaciones superiores, el 68,5% tienen nombre de mujer y el 32,5%, de hombre. Tras constatar las cinco mejores calificaciones de cada titulación, el 55% pertenecen a exámenes realizados por mujeres. En lo que a formación exigente se refiere, y en un entorno de méritos y competencias objetivo, ellas se llevan la palma. «La empresa privada no es una de las opciones que contemplan las mujeres, aunque cada vez se involucran más», indica Barroso.

Empresa privada

Después de tres años en su puesto de trabajo, Inmaculada Gil, de 32 años, tiene tantas ganas de seguir forjando su empresa como el primer día. Es la directora del Centro de Negocios Inda, en Badajoz. Se considera «muy optimista», aunque reconoce que, como mujer, durante este tiempo se ha encontrado con algunos obstáculos, «quizá por mi juventud» apostilla. Se relaciona asiduamente con empresarios o directivos de compañías, en su mayoría hombres que superan los 40.

Casos de emprendedoras como el de Inmaculada comienzan a tomar forma muy poco a poco en el panorama empresarial extremeño. Las plazas de altos cargos ocupados por féminas en las empresas de la región se pueden contar sin demasiadas dificultades pues suponen una cifra ínfima si se compara con el de cargos de relevancia donde se instalan hombres.

Para Carmen Tortonda, directora de proyectos de la compañía Alzyra, «la representatividad de las féminas en las empresas es una cuestión de imagen; un hombre impone más que una mujer y la presencia femenina en este campo es relativamente reciente, por lo que en ese 'círculo de directivos' no se le da tanta credibilidad».

Administración

Los puestos de mayor responsabilidad en la administración, en educación y sanidad a nivel regional los siguen acaparando ellos. También en la administración local se reflejan las mismas cifras. Las alcaldías de Extremadura están ocupadas en un 72,8% por hombres y en un 27,2% por féminas. Otro ejemplo: las mujeres representadas en el Consejo Consultivo de Extremadura, presidido por María Rosa Elena Muñoz, son pese a ello menos del 30%.

Un estudio daba a conocer recientemente que en la Universidad de Extremadura ejercen 114 catedráticos y 10 catedráticas. Ana González es una de ellas. Experta en Filología Francesa, obtuvo esta plaza en el año 83. «El hecho de que haya pocas mujeres catedráticas en algunos casos depende de decisiones personales de la mujer, cuyas obligaciones familiares le resultan difíciles para compaginarlas con una tarea que implica mucho tiempo», explica.

Después de varios años en la UEx, González confiesa que «en la elección de cargos se nota que les prefieren a ellos... Aunque también puede que ellas no se presten». En cualquier caso, esta catedrática asegura que en algunos momentos, «ocupando un puesto de cierto poder, que se asocia a cierta autoridad, sí se puede notar un rechazo».

Los datos del Servicio Extremeño de Salud, a cargo de la consejera María Jesús Mejuto, también son un claro referente. De las ocho áreas de Salud de la Comunidad Autónoma, sólo dos gerencias corresponden a mujeres. En cargos de dirección de hospitales no existe presencia femenina y en subdirección se encuentra una. En cuanto a Personal, hay tres cargos de subdirección en este área.