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Un cochino llevado por un manifestante permanece frente a la Presidencia de la Junta. / BRÍGIDO
El campo sale de nuevo a la calle
REGIONAL

El campo sale de nuevo a la calle

HOY acompaña en autobús a los ganaderos que viajan a Mérida para protestar contra la política de la Junta ante la crisis que está viviendo la ganadería extremeña

LUIS EXPÓSITO

Sábado, 23 de febrero 2008, 11:45

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SI el cabreo tuviera patria, su capital ayer fue Mérida. Varios miles de ganaderos se manifestaron para protestar por lo que consideran una situación insoportable para su sector. De nuevo, el campo extremeño se echó a la calle para reivindicar lo que considera sus derechos, una constante que parece ya cíclica. Madrid o Bruselas han sido destinos frecuentes de los productores, pero Mérida es desde hace muchos años la Corte de las Mercedes adonde acudir en busca de soluciones.

El nuevo caballo de batalla se llama ganadería. La caída de los precios que perciben los profesionales, unido al alza de los costes, hace que la situación se haga insostenible para muchos. En el ovino, el panorama se completa con la enfermedad de la lengua azul.

Para la organización agraria Apag Extremadura Asaja, las medidas que se han adoptado desde la Junta no valen para hacer frente a la situación. Por ello, convocaron una manifestación. Como es usual en estos casos, se movilizaron los consabidos autobuses. Partieron desde toda la geografía regional, especialmente del sur de Badajoz. Uno de ellos pasó por La Morera sobre las once. Le esperaba una treintena de ganaderos, cuyo estado de ánimo oscilaba entre el cabreo y el temor ante el futuro.

Uno de ellos era Antonio, que como sus compañeros estaba bastante enfadado con el consejero. «No nos quejamos porque sí. Los precios son cada vez más bajos y el pienso está más caro. En el caso del porcino no nos hacen caso porque no recibe subvenciones, como pasa con el tomate y el olivar». Entre ellos hay unanimidad: es necesaria más fuerza. «Cuando en el norte del país hay crisis, de la minería o del transporte, se dedican a cortar carreteras. Aquí, somos borreguitos, nos pasan las manos por encima, nos contentan con cuatro 'enreos' y ya está. Necesitamos soluciones», se podía oír en los corrillos.

Ruina con mayúsculas

Otra treintena de personas esperaban el autobús en Santa Marta de los Barros. Sólo cabían unos pocos, y el resto siguió en coches particulares. Entre los que subió estaba Félix Corbacho, vicepresidente de Apag. Casi al mismo tiempo que saludaba a sus compañeros de viaje aseguraba que «la manifestación está más que justificada». «El sector está sufriendo una crisis importantísima y te puedo hablar de ruina con mayúsculas». Sin pérdida, el autobús atraviesa Aceuchal y Almendralejo. Para tomar ánimos de cara a lo que se avecina, empieza a circular la consabida bota de vino.

A la convocatoria se unió la Asociación de Productores de Cerdo Ibérico de Extremadura, muy dolida con el consejero de Agricultura. Consideran que Juan María Vázquez les vino a decir en una entrevista que se aguantaran porque en los últimos años habían ganado mucho dinero. «Eso lo podrá decir él en su casa, porque yo en la mía tengo un problema grandísimo», asegura picado José Ángel, que cría cochinos. «El dinero que hayamos podido ganar lo hemos invertido. En estos años hemos dado trabajo al albañil, al fontanero, al del transporte», abunda Antonio.

Protesta

Ya en Mérida, el jaleo parece montado desde bien pronto. Un remolque sirve de escenario frente a la consejería, donde un auténtico 'speaker' como los del fútbol anima a las masas. Como hilo musical, 'Libertad sin ira' se repite una y otra vez. Pero no parece que nada de eso haga falta. La gente viene 'calentita' de casa. Además de las pancartas 'oficiales' surgen otras espontáneas: «Vara y Zapatero, nos echáis al extranjero» y «Vázquez consejero, trabaja de porquero». Ha venido gente de toda la región, como Alejandra, que viene desde las cercanías de Plasencia para protestar en nombre de su marido.

Aún hay gente llegando cuando la protesta sube de tono. Los silbatos y petardos arrecian, se lanzan huevos y sueltan cochinos ante la tranquilidad de la abundante presencia policial. Sólo actúa un agente privado de seguridad cuando un manifestante salta la valla y entra en la consejería.

El siguiente paso del guión pasa por marchar hacia la Presidencia de la Junta, donde la cola se queda atascada. Como siempre, hay guerra de cifras, más de 5.000 personas para la organización y 1.500 para la Delegación del Gobierno. Sea como fuere, al verles pasar por el Puente Romano parecían ser muchos.

En la Plaza del Rastro, espera una veintena de antidisturbios, pero no hay sensación de peligro. Parece que agentes y dirigentes agrarios saben cuál es la línea roja que no hay que traspasar. Unos lanzamientos aislados de huevos y botellas vacías de agua valen para que desde megafonía se pida calma y Ángel García Blanco, de Asaja Cáceres, se interponga.

Ya en los parlamentos aflora el tono más mitinero. Se acusa al consejero, a Vara, a la ministra Espinosa y al propio Zapatero de no hacer nada. Se denuncia la pasividad de los gobernantes ante lo que llaman el 'pollo ibérico', cerdos sin controles, hacinados en naves, fuera de la región. Y se piden medidas «de verdad», no las «de mentira» que se han aprobado últimamente.

El último en hablar es Bibiano Serrano, presidente de Apag. Para unos es un martillo pilón de la oposición, para otros un atrevido que no tiene miedo al poder. Pero no deja a nadie indiferente.

-¿En cuántas manifestaciones ha participado?

-Ni me acuerdo. Empecé en el sindicalismo agrario con 22 años y tengo 47, así que echa cuentas. Vídeo de la manifestación en hoy.es

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