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¿Qué ha pasado hoy, 18 de abril, en Extremadura?
NO SOMOS LOS ÚNICOS: El cerdo ibérico era hace años casi exclusivo de Extremadura pero ahora se producen fuera de la región tantos o más animales que dentro. |HOY
Los ganaderos de porcino ibérico pierden cada día medio millón de euros por la crisis
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Los ganaderos de porcino ibérico pierden cada día medio millón de euros por la crisis

La mayoría de las explotaciones familiares, el 80% del total, cerrarán si no se toman medidas, asegura la nueva asociación de productores

LUIS EXPÓSITO

Lunes, 4 de febrero 2008, 18:52

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El paraíso del ibérico está en peligro. Durante muchos años, se trataba del único sector ganadero extremeño que aseguraba año tras año rentabilidad a los productores, hasta tal punto que representaba casi la mitad de la renta familiar ganadera. De hecho, más de una vez algún consejero de la Junta alababa su potencial de futuro al tratarse de una producción que no necesitaba de subvenciones para poder sobrevivir.

Sin embargo, el paisaje idílico se viene ensombreciendo con negros nubarrones, especialmente desde el pasado verano. Los ganaderos de la región están perdiendo diariamente medio millón de euros debido a la crisis, según cálculos de la Asociación de Productores de Cerdo Ibérico de Extremadura. Este grupo nació hace unos meses ante la delicada situación del negocio y ya agrupa a 800 socios. En breve esperan reunir a más del 50% de los ganaderos y de la producción regional. A esta cifra habría que añadir el impacto de los puestos de trabajo que se pierden, que están calculados en torno a los 10.000, sin tener en cuenta las explotaciones familiares ni los empleos indirectos.

Sus cuentas están claras. Actualmente, cada profesional vende cada cerdo cebado 100 euros más barato de lo que le cuesta criarlo. Por cada lechón de 23 kilos se pierde 35 euros, y por cada tostón de 7 kilos, las pérdidas rondan los 20 euros. Sin embargo, la caída de precios no parece tener final. La semana pasada se ofertaban seis euros por tostón, cuando los costes de producción rondan los 35.

Según Javier Solano, presidente de la asociación, se da la circunstancia además de que esta bajada de precio no se está repercutiendo en el consumidor. Es decir, paga lo mismo por el producto que antes de la crisis. Como en tantas ocasiones, los márgenes se los queda algún intermediario.

Cerrando granjas

La consecuencia es que cada día está cerrando alguna explotación de ibérico en Extremadura, especialmente las más pequeñas. El resto sobrevive como puede sacrificando madres y tostones para reducir costes. Además, se está dando el proceso de que las granjas de tipo medio se están integrando en grandes empresas de industriales, principalmente de fuera de la región y multinacionales fabricantes de pienso.

En este escenario, y si no se le pone remedio, esta asociación calcula que en apenas tres meses habrá desaparecido el 80% de las explotaciones porcinas, que se corresponden con las más pequeñas, por su falta de competitividad. Aunque éstas sólo producen el 20% de los animales de la región, se trata del sustrato más social, puesto que se trata de granjas de las que dependen muchas familias y dinamizan además los pequeños entornos rurales.

Según Solano, las explotaciones más rentables, las mejores, se tendrán que integrar con empresas, sobre todo de fuera de la región. Esto hará que disminuya de manera considerable el PIB de la región (hasta un 50%), puesto que los ganaderos pasarán a ser empleados de la empresa que sólo cobrarán un sueldo. Además, se teme que al quedar la mayor parte de la producción en manos de 'integradoras', los pocos ganaderos independientes que queden verán cómo los precios del mercaso son manejados al antojo de los compradores.

Pero, ¿a qué se debe una situación tan delicada? En esencia, se puede resumir en que sobre todo desde fuera de la región se está matando la gallina de los huevos de oro. El cerdo ibérico, especialmente el que se alimenta exclusivamente de bellotas, era hace años un animal casi exclusivamente extremeño, que por razones económicas se venía sacrificando y elaborando en su mayoría en Guijuelo y Jabugo. La situación ha cambiado, y ahora se están produciendo fuera de la región tantos o más animales que dentro. Regiones como Murcia, Cataluña o Aragón no tienen una legislación tan restrictiva como Extremadura en lo que se refiere a tamaño de explotaciones o número máximo de madres, lo que ha hecho que el censo se dispare.

A esto hay que añadirle que la picaresca también se ha disparado. Muchos de los productos que actualmente tienen etiqueta de ibérico de bellota o recebo no son más que animales engordados con pienso en el campo. En este punto no faltan historias que alimentan esa leyenda.

Todo ello hace que la calidad de muchos de los productos ibéricos caiga en picado, lo mismo que los precios. Esta circunstancia también incide en la calidad de las piezas que realmente sí cumplen los parámetros contenidos en la Norma de Calidad del Ibérico, que es la 'Biblia' por la que en teoría se debe regir todo este sector.

A la sobreproducción hay que añadir otro factor que influye en los precios. Más de una vez, los ganaderos extremeños han denunciado que los industriales compradores de fuera de la región, especialmente Guijuelo, actúan como un auténtico cártel, pactando previamente los precios máximos que ninguno de ellos puede sobrepasar.

En el otro lado de la crisis está el incremento de los costes de producción, especialmente en lo referido a los piensos. El auge de los biocombustibles y los cambios en la tendencia de consumo de países como India y China han provocado una escalada imparable.

Medidas

Para hacer frente a esta situación, esta asociación considera que el sector está abocado a una reestructuración, quiera o no. Opina que la superviviencia de este negocio pasa por mantener los niveles de producción, aumentar de forma racional los niveles de industrialización en la región y mentalizar a los ganaderos para que mantengan los precios contra viento y marea. Y para todo esto, considera que hace falta adoptar medidas urgentes.

Por este motivo, representantes de la asociación mantuvieron hace un par de semanas una reunión con el presidente de la Junta, Guillermo Fernández Vara. En este encuentro le expusieron los problemas que, a su juicio, tienen los ganaderos de ibérico.

Además, le presentaron un escrito en el que muestran un calendario de actuaciones concretas. En primer lugar, reclaman un plan de choque para salvar la situación mientras hacen efecto otras medidas. Este plan contempla el sacrificio de al menos 500.000 tostones, subvencionados con créditos a bajo interés o ayudas al almacenamiento, comercialización o promoción. También se piden créditos de 25 euros en los que se deje en prenda el lechón. Otras de las peticiones a la administración pasan por la retirada de canales.

En segundo lugar, se solicita que la Junta de Extremadura exiga el cumplimiento estricto de la Norma de Calidad. «En este punto lo único que pretendemos es que se cumpla la ley. Para ello, sería conveniente que Extremadura y Andalucía, las dos regiones realmente productoras, alcanzaran un acuerdo para defender sus intereses frente a los de terceros. Este año se están certificando cerdos de bellota procedentes de provincias como Soria, cuando allí no hay encinas, ni los animales pueden estar en extensivo, debido a las frías temperaturas que allí se soportan. Son animales encerrados en una nave. También se dan casos de reproductoras de raza duroc que se venden como ibéricas o de sacrificios con seis meses cuando deben esperar hasta los diez», asegura Solano.

Por ello, lo que se propone es acabar con el «descontrol» que a su juicio se está produciendo en la vigilancia del cumplimiento de la norma. De igual manera, también se asegura que es imprescindible rechazar «de plano» la reforma del actual Decreto de Extensivo.

La tercera de las medidas que propone pasa por una industrialización del sector, «pero ordenada y con mucho cuidado». Y es que consideran que los 180 millones de euros que los ganaderos van a perder este año serían suficientes para crear la industria necesaria para sacrificar y transformar los cochinos de la región.

Dada la gran extensión de la misma, esta asociación propone instalar 3 ó 4 industrias que transformen un mínimo de 60.000 cerdos al año, localizadas en distintos puntos. «No tiene sentido que alguien de Zafra venga a sacrificar a Badajoz o de Llerena vaya a Jerez», incide Javier Solano. El objetivo sería de esta manera ir ampliando estas instalaciones a medida que fuera posible con un objetivo de sacrificar 1 millón más de cerdos anuales en el horizonte de la próxima década. Con esto se lograría triplicar el PIB de la industria cárnica, la creación de 2.000 puestos de trabajo directos y otros tantos indirectos y mantener las explotaciones necesarias para criar ese millón de cerdos.

Los representantes de la asociación aseguran que vieron al presidente Vara con interés de tomar medidas para paliar la situación. Sin embargo, no descartan adoptar medidas de protesta si la situación no mejora.

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