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¿Qué ha pasado hoy, 18 de marzo, en Extremadura?
La suciedad es una de las molestias que genera a los ayuntamientos la costumbre del botellón./ HOY
Los principales municipios no secundarán a Navalmoral en la supresión del botellón
ley de convivencia y ocio

Los principales municipios no secundarán a Navalmoral en la supresión del botellón

Admiten que genera molestias, pero las consideran asumibles en los lugares habilitados. Los responsables municipales confían en los futuros centros de ocio y el autocontrol

PABLO CALVO

Jueves, 10 de enero 2008, 12:09

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El botellón está a salvo. Los ayuntamientos de los municipios más grandes de la comunidad autónoma reconocen que esta costumbre de los jóvenes genera molestias (suciedad, ruidos) y problemas puntuales (consumo de alcohol por parte de menores, algo difícil de controlar, sostienen), pero consideran que los trastornos son asumibles y dan por encarrilada esta particular forma de entretenimiento con la aplicación de la Ley de Ocio y Convivencia, en vigor desde 2003, que les empujó a habilitar espacios donde se permite el consumo de alcohol en la vía pública. Salvo el de Navalmoral de la Mata, que ya ha adoptado la decisión, ningún otro municipio se plantea prohibir el botellón. Algunos trabajan en fórmulas alternativas como centros de ocio, y la mayoría intenta garantizar que los lugares habilitados reúnan unas mínimas condiciones de salubridad.

BADAJOZ

La capital pacense es el único municipio que tiene habilitado dos sitios para el botellón, el paseo fluvial y junto al estadio de fútbol Nuevo Vivero. «No hay incidentes graves, los problemas que genera son equivalentes a los de los locales de ocio, que no es tanto en el sitio, sino en el tránsito: los ruidos que genera la magnitud de gente que va y viene», indica José Antonio Monago, primer teniente de alcalde. Monago reconoce que ese ruido ocasionado por el botellón «tiene una difícil solución, porque es complicado mandar callar a la gente que está en la vía pública», pero precisa que las molestias fluctúan según la época del año.

Lamenta, no obstante, que la Junta de Extremadura no aprovechara la oportunidad de acabar con el botellón cuando elaboró la Ley de Ocio y Convivencia. «Podía haber prohibido el consumo de alcohol en la vía pública, en cualquier sitio. En cambio, dijo que se podían habilitar lugares, y los jóvenes los demandan». Así pues, el Ayuntamiento no se ha propuesto eliminarlo. «Es una realidad, los jóvenes toman la calle como costumbre y forma de ocio».

En cualquier caso, rompe una lanza en favor del colectivo juvenil. «Los destrozos en el mobiliario urbano no se producen sólo donde hay botellón, ni sólo por jóvenes. También se han puesto grandes maceteros en la ciudad, y las flores se las han llevado las señoras». Monago sí expresa su preocupación por el consumo de alcohol por menores. «La Policía Local lo controla discretamente».

CÁCERES

El botellón forma parte de los presupuestos municipales de 2008: 60.000 euros para dignificar el recinto ferial, un lugar apartado del centro urbano hasta donde llega una línea específica del bus durante los meses menos fríos, los más concurridos. El equipo de gobierno socialista ya realizó varias actuaciones de mejora cuando se hizo cargo del Ayuntamiento en 2007, y no se ha propuesto eliminar la costumbre del botellón. «Que hagamos éso no quiere decir que lo fomentemos, personalmente no lo defiendo, aunque los jóvenes se encuentran bien, se relacionan. Lo que queremos es garantizar las condiciones de salubridad en que se celebra», asegura la alcaldesa, Carmen Heras.

Cáceres tiene en marcha el proyecto de un centro de ocio, pero Heras opina que esta medida por sí sola no acabará con el botellón. «Hay que ser realistas, se seguirá haciendo, pero seguro que se reducirá, y los jóvenes observarán que hay otras formas de entretenerse. Debemos trabajar también en el campo de la educación. La Ley de Ocio y Convivencia respondió a las necesidades del momento y no es sólo prohibitiva, dice más cosas e incluye medidas para reducir el consumo de alcohol entre los jóvenes», añade. No cree, asimismo, que la prohibición de Navalmoral vaya a tener demasiado efecto. «Es muy difícil cambiar una costumbre por orden y mando».

MÉRIDA

«Hasta ahora no se han creado problemas... bueno, sí se han creado, pero por parte de grupos reducidos, digamos que son asumibles», señala el alcalde, Ángel Calle. En Mérida, el botellón se celebra en el recinto ferial, pero Calle advierte que a medio plazo habrá que buscar otro sitio porque es el lugar donde se ubicará la futura estación del AVE. Además, reconoce que las nuevas urbanizaciones ya se han aproximado a esta zona. «Ya hemos empezado a recibir algunas quejas por ruidos».

En cualquier caso, el alcalde basa sus esperanzas en el proyecto de centro de ocio y convivencia, que también se levantará en ese mismo entorno, en la desembocadura del Albarregas en el Guadiana. «El botellón tiene que desaparecer. Lo ideal es que los jóvenes desterraran esta costumbre, y por nuestra parte se le van a ofrecer otras formas de ocio más creativo, no sólo el reunirse para beber». «La Ley de Ocio», añade, «fue positiva porque acabó con el ruido del botellón donde había vecinos, pero no ha resuelto el problema de fondo que es el consumo excesivo. Al alcalde de Navalmoral le deseo mucha suerte».

Mientras tanto, se han reanudado los controles de alcoholemia, «que no se hacían desde hace dos años», y en dos semanas se contará con un radar móvil para controlar el tráfico en la zona.

PLASENCIA

La cercanía del lugar habilitado, El Berrocal, a las viviendas genera en Plasencia quejas de ruidos por parte de los ciudadanos. El concejal de Interior, Francisco Martín, reconoce que la Policía Local debe estar muy pendiente para intentar reducir los niveles de música procedente de vehículos tuneados. «Tratamos de compatibilizar el derecho a la diversión y al descanso, y creo que la situación está encarrillada». A veces, donse se generan más molestias es en los itinerarios urbanos que siguen los jóvenes hasta llegar o venir de regreso de El Berrocal.

Martín apela a las familias para que no consientan que sus hijos menores acudan al botellón.

ALMENDRALEJO

Tras pasar por los alrededores de la zona de la marcha, la plaza de Extremadura, las traseras del campo de fútbol y el Pío, desde julio el botellón se celebra en el nuevo recinto ferial, en la avenida A Rúa. Un lugar amplio, con alumbrado y servicios públicos, alejado de viviendas y más próximos al polígono industrial y ganadero; a nadie molestan allí. La afluencia no se ha visto mermada, a pesar de que muchos llegan a él en coche.

El alcalde, José María Ramírez, respeta la decisión de su homólogo en Navalmoral, y entiende que esté motivada por las molestias a los vecinos. «Aquí no molestamos a nadie por lo que se seguirá haciendo en el mismo sitio». Ramírez declara que en este tema lo que más le preocupa es que los menores participen en le botellón, informa Paz Sánchez Pintor.

DON BENITO

Desde que se inició el fenómeno del botellón, a finales de los 90, y antes de suscitarse cualquier alteración en la convivencia, el Ayuntamiento ya desvió el problema al polígono Las Cumbres. Allí se celebra en las cercanías del centro de ocio, una zona a las afueras de la población. La mayoría de los locales de copas se encuentran cerca y los jóvenes solo tienen que desplazarse unos metros a pie para ir del botellón a los pubs. Esa facilidad hace que el de Don Benito sea uno de los más concurridos de Extremadura. La concejala de Juventud, Anabel Cidoncha, manifiesta no ser partidaria de prohibir el botellón, salvo que se den situaciones de alteraciones de la convivencia, que no le constan. Sí lamenta algunas actitudes temerarias en la conducción de motos. Ayuntamiento y Junta han llevado a cabo diversas campañas contra el abuso de alcohol en este botellón, informa Raúl Haba.

VILLANUEVA DE LA SERENA

En Villanueva de la Serena no se han planteado la medida de prohibir el botellón. «En nuestra localidad no genera molestias a la ciudadanía», dice el alcalde, Miguel Ángel Gallardo. El botellón tiene lugar en la ciudad deportiva.

«No se puede coartar la libertad de los jóvenes, con prohibiciones de un fenómeno que considero un foro social, donde se charla entre los jóvenes sin necesidad de tener que beber obligatoriamente», agrega Gallardo, que admite haber estado de botellón, eso sí, sin beber. «Ahí es donde están las mejores tertulias políticas», recomienda.

Cree que los jóvenes que beben en exceso no son mayoría, pero en cualquier caso, aboga por «idear alternativas más atractivas», informa Fran Horrillo.

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