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EUROPA PRESS |
Jueves, 10 de enero 2008, 11:36
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La subida del 40 por ciento de los piensos y la bajada generalizada de los precios de los productos animales registrados en 2007 ha sumido a la ganadería española en la peor crisis de los últimos 20 años, según han denunciado hoy las organizaciones agrarias COAG y UPA en su balance anual.
El azote de la lengua azul
Además de estos problemas, la ganadería ha padecido los efectos de las importaciones de terceros países y de la enfermedad animal de la 'lengua azul', que ha diezmado las cabañas de diversas regiones, lo que convierte a 2007 en un año "horrible" para los productores, según COAG.
El encarecimiento de los cereales ha marcado el ejercicio debido al aumento mundial de la demanda en un escenario de escasez como consecuencia de la bajada de las cosechas en grandes países productores y del impulso del consumo de países emergentes como China o India.
A raíz de la subida de las materias primas, los consumidores han sufrido la espiral alcista de los alimentos básicos, mientras que los productores de cereales han recibido un precio "razonable" por sus cosechas después de dos décadas de precios a la baja, dice COAG.
En este sentido, su secretario general, Miguel López, reclama una reforma de la Política Agraria Común (PAC) para avanzar en la regulación de los mercados como fórmula de "evitar fluctuaciones desmedidas de los precios tanto al alza como a la baja y garantizar una estabilidad a productores y consumidores".
Destrucción de empleo
Por su parte, UPA destacó que el incremento de la renta general del sector en 2007 del 9,8% en términos corrientes, tras los fuertes descensos de años anteriores, no ha impedido que continúe la destrucción del empleo en el campo ni ha evitado las "graves consecuencias" de las crisis de los ganaderos.
Concretamente, según UPA, la evolución del empleo ha mantenido la tendencia de años anteriores, con una "progresiva e imparable" pérdida de de ocupados en el sector agrario, con una reducción media de 70 personas diarias.
Para UPA, uno de los mayores problemas de 2007 se ha registrado en los sectores ganaderos, por el incremento de los precios de los piensos compuestos para alimentación animal, que en un año aumentaron su precio en unos 10 céntimos de euros por kilo, con un efecto directo sobre la economía de las explotaciones, hasta el punto de producir por debajo de costes de producción.
"Ello significa que por cada animal llevado a matadero el ganadero no sólo no gana sino que pierde dinero. En definitiva, cuesta mucho más el precio de los camiones de pienso que el de los animales vendidos", resaltó UPA.
De esta forma, a finales de 2007, por cada cerdo llevado a matadero se pierden 30 euros, similar a lo que ocurre con conejos y terneros.
Según la organización agraria, esta realidad "crítica" se agrava en el caso de las explotaciones intensivas y que, en ningún caso, los ganaderos pueden trasladar al resto de la cadena agroalimentaria, porque los precios que están recibiendo por sus producciones no recogen los incrementos en los costes de producción.
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