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SOCIEDAD

Diana regaló a Dodi los gemelos de su padre

El abogado de Al Fayed da un golpe de efecto con unas cartas que demuestran el amor de la princesa

IÑIGO GURRUCHAGA

Sábado, 15 de diciembre 2007, 02:41

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El proceso judicial abierto en Inglaterra para investigar las circunstancias de la muerte de la princesa Diana y de Dodi Al Fayed vivió ayer un día con lágrimas. Las primeras en derramarse fueron las de Rosa Monkton, amiga de Diana , que argumentaba que la relación entre Diana y Dodi no había hecho más que comenzar y que no se encaminaba al matrimonio.

Mohamed Al Fayed, padre de Dodi, ha denunciado desde hace diez años que fueron víctimas de una conspiración orquestada por el duque de Edimburgo y los servicios secretos para evitar, entre otras cosas, que la madre del futuro rey británico contrajese matrimonio con su hijo. Por eso, el asunto es relevante. Pero el abogado de Al Fayed, Michael Mansfield, presentó al tribunal una sorpresa. Fueron dos cartas de Diana a Dodi en las que expresa sentimientos muy afectuosos. Eso era típico de Diana, argumentó Monkton, su manera de hacer felices a los demás.

El juez Scott Baker se sumó sorprendentemente al argumento: «Tenía una gran capacidad para hacer que la gente se sintiera bien».

Mansfield leyó su segunda carta: «Querido Dodi . Estos gemelos fueron el último regalo que recibí del hombre que más he querido en mi vida, mi padre. Te los entrego porque sé cuánta alegría le hubiese dado que estuviesen en manos tan especiales y seguras. Con el más sentido amor, Diana». Mansfield preguntó a Rosa Monkton, que había pasado unos días de vacaciones con Diana , antes de su regreso a Saint Tropez con Dodi : -¿Eso es algo que hizo simplemente para hacer a alguien feliz?

-No, no lo es. Claramente, es algo más que eso.

Después reconoció, en contra de lo que había afirmado en su testimonio, que quizá su amiga no le contó toda la verdad sobre su relación con Dodi .

Monkton lloró y la sesión debió interrumpirse. Cuando se reanudó pidió perdón, de una manera muy inglesa.

Explicó que su hija pequeña no está muy bien, que no ha dormido en las últimas semanas. Llorar es, en la cultura de las clases elevadas de Inglaterra, una muestra quizás condenable de emoción.

Anillo de compromiso

La modelo Kelly Fisher también lloró. Su testimonio llegó con una voz herida, tímida ante el inglés culto de los abogados, que amagaba fortaleza, pero reconocía que era 'humillante' tener que explicar en público que ella fue la novia de Dodi durante más de un año. Que le regaló joyas -el anillo de compromiso era enorme y Fisher exclamó al recibirlo que era parecido al de Diana con Carlos-, que le pidió la mano ante su familia, en la boda de su hermana. Que pensaban casarse el 9 de agosto e irse a vivir a una casa en Malibú, que Dodi había comprado por diez millones de dólares.

Pero el 14 de julio, día de la Bastilla, Dodi recibió en París una llamada de su padre y partió a Saint Tropez.

Fisher, la bellísima modelo americana, que había abandonado sus estudios de Ciencias Políticas y que entonces tenía 29 años, había sido abandonada por una princesa. Dodi la había retirado de su profesión de modelo pagándole con un cheque sin fondos.

Duro con los empleados

Fisher se ofreció al tribunal de París para explicar que Dodi «trataba a sus empleados como mierda» y que, si el coche conducido por Henri Paul iba a gran velocidad, era con seguridad porque Dodi se lo ordenó.

Mansfield intentó quebrarla en ese punto. Kelly Fisher también lloró, pero se mantuvo entera y su testimonio caló. Cuando Mansfield le preguntó si así era el hombre que amaba ella respondió que sí.

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