Aumenta en la provincia el consumo de medicamentos mezclados con droga y alcohol

Mezclar aspirinas con Coca-cola para 'colocarse' es una leyenda urbana que la mayoría de los jóvenes han escuchado alguna vez. Pero es sólo eso, un historia no verídica que conlleva nocivas consecuencias. Combinar fármacos con otras sustancias para sentir en primera persona 'sensaciones únicas' es una práctica habitual entre los que suelen ser consumidores de drogas, pero los resultados de estos experimentos pueden terminar incluso en un infarto. El Colegio Oficial de Farmacéuticos de Badajoz quiso alertar ayer sobre el aumento en la provincia del uso de medicamentos que se mezclan con el alcohol, la cocaína, la heroína o las drogas de diseño en busca de un fin lúdico y recreativo, es decir, con el objetivo de potenciar estados de alerta, vigilia o atención.

Por ello, desde esta entidad se ha puesto en marcha una campaña que aplicarán todas las farmacias de la geografía pacense y que consistirá en evitar, en la medida de lo posible, la venta al público de principios activos susceptibles de ser combinados, como pueden ser los antidepresivos, los ansiolíticos o los analgésicos.

Pistas para detectarlo

La coordinadora del laboratorio del Colegio pacense de Farmacéuticos, Lourdes Gallardo Vellido, explicó ayer varias pistas para detectar que el usuario hará un mal uso del medicamento que está comprando: que éste se preocupe más del fármaco que de la enfermedad, que pida marcas específicas y rechace los genéricos, que demande grandes cantidades de la misma sustancia y que haga excesivas preguntas, son algunos ejemplos.

Cecilio Venegas, presidente de este Colegio, apuntó que con la nueva campaña los farmacéuticos podrán consultar una base de datos donde aparecen los 30 principios activos susceptibles de ser mezclados, podrán mandar información al Observatorio de Medicamentos de Abuso (OMA) y tener aún más libertad a la hora de negarse a vender un fármaco a una persona que considere sospechosa. «El perfil de estos consumidores suele ser hombre de entre 25 y 45 años y de nacionalidad española», indicó.

Robar recetas o Internet

«Aunque ahora está en auge, esto no es un fenómeno nuevo, de hecho, las urgencias de los centros de salud no tienen talonarios de recetas porque se las roban y después la falsifican para acceder a fármacos que necesitan prescripción médica», subrayó Cecilio Venegas.

A lo largo del presente año han desaparecido a nivel nacional 110 talonarios de recetas y 37 sellos médicos.

«De todas formas, también existe un mercado negro a través de Internet en el que se pueden conseguir todo tipo de medicamentos y además se explica cómo mezclarlos para conseguir los efectos deseados», agregó Lourdes Gallardo.

Según los datos del OMA, un 72% de los usuarios intenta acceder a estos fármacos sin receta, un 19% lo hace con recetas falsificadas, lo que ocasiona que el 70% de las veces los farmacéuticos se nieguen a vender.

«Se tiene la percepción de que al ser medicamentos son más seguros que las drogas, además el temor para conseguirlos es menor, es más fácil acceder a ellos y hay menos miedo de que estén adulterados. Pero éstos son igual de peligrosos si se hace un mal uso de ellos, tanto los que van sin o con receta. Es importante concienciarnos acerca de esto», aseguró Gallardo.

«Un tercio de los ingresos en las urgencias hospitalarias son debido a los efectos indeseables de los fármacos, especialmente cuando se combinan con el alcohol u otras drogas», apostilló la coordinadora del laboratorio del Colegio de Farmacéuticos.

Chicles de nicotina

El abuso de los medicamentos que se usan con fines terapéuticos también se ha convertido actualmente en un problema. «Hay mucha gente que ha dejado el tabaco pero que se ha enganchado a los chicles de nicotina», afirmó.

Según los últimos datos registrados, a nivel nacional son un millón y medio los españoles que hacen mal uso de algún tipo de medicamento.